VoIver a un planeta desconocido
Los palestinos deportados hace un a?o por el Gobierno de Israel al sur de L¨ªbano regresan a la franja de Gaza incr¨¦dulos y pesimistas
?Pueden los h¨¦roes de ayer convertirse en los l¨ªderes de ma?ana? La pregunta era ineludible ayer al ver c¨®mo Gaza acogi¨® a los palestinos que retornaron a sus hogares tras un a?o de destierro en tierra de nadie. "Bienvenidos a Palestina" rezaban centenares de pintadas en la ciudad de Gaza y en los campos de refugiados de la franja.Para los que volvieron ayer a sus hogares tras un a?o de adversidades en una rocosa ladera del sur del L¨ªbano, cerca de la aldea de Maij El Zohour, la experiencia de ayer debi¨® de resultar, tan sorprendente y extra?a como el retornar a un planeta desconocido.
Cuando los soldados israel¨ªes los sacaron de sus casas el 17 de diciembre el a?o pasado para expulsarlos al desierto del sur de L¨ªbano, la bandera palestina estaba proscrita. Ayer, Gaza era el mismo laberinto miserable que los deportados dejaron atr¨¢s hace un a?o, s¨®lo que estaba pintado con emblemas en rojo, negro, verde y blanco, obra de artistas nocturnos que, de paso, en m¨¢s de un mural, se encargaron de pintarrajear la cara de Yasir Arafat, el l¨ªder de la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP).
Era una manera de decir que "en Gaza mandan el Ham¨¢s y la Yihad Isl¨¢mica". 0 sea, las fuerzas radicales musulmanas que se oponen al proceso de paz con Israel porque lo consideran una claudicaci¨®n imperdonable. El domingo, Israel comenz¨® a poner en libertad a 128 de los palestinos deportados despu¨¦s de someterlos a dos d¨ªas de interrogatorios en prisiones de la Cisjordania ocupada. Sesenta y nueve permanecen encerrados y, supuestamente, la mayor¨ªa volver¨¢n paulatinamente a sus hogares.
Uno de los que anoche permanec¨ªa entre rejas era Abdel Aziz Rantisi, el m¨¦dico q-de se convirti¨® en el portavoz del hoy difunto Campo del Retorno, donde Israel confin¨® hace un a?o a 415 palestinos acusados de apoyar a los movimientos integristas palestinos.
Ninguno de los antiguos desterrados entrevistados ayer en Gaza y los campos de refugiados parec¨ªa haber perdido su fervor por la causa del Islam o por la lucha contra la ocupaci¨®n israel¨ª. Todos condenaron apasionadamente el pacto de paz firmado entre la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP) y el Gobierno israel¨ª de Isaac Rabin.
"Lo que m¨¢s me sorprendi¨® al regresar fue ver a mis camaradas armados, sin m¨¢scaras, marchando orgullosamente por las calles, sin n¨²edo a los israel¨ªes", dijo uno de los deportados que pidi¨® no ser identificado. "Esto no exist¨ªa hace un a?o", dijo pasmado.
En la casa del doctor Malimud Al Zahar, por donde desfilaban los notables del combativo barrio de Sheikh Rad¨²an para abrazar y besar al reci¨¦n llegado, se hac¨ªan evaluaciones m¨¢s profundas sobre el cambio en Gaza. Los visitantes entregaban al doctor ofrendas, dulces, fotograf¨ªas y recortes de prensa. Pero los presentes m¨¢s valiosos eran los informes sobre las transformaciones que se han registrado en la franja despu¨¦s del apret¨®n de manos entre Arafat y Rabin en Washington. "Nadie cree en este proyecto", le susurr¨® un anciano, "Arafat nos ha traicionado". Al Zahar asent¨ªa con la cabeza y le agradec¨ªa el comentario que daba fuerza al argumento que defendi¨® desde el primer d¨ªa que puso pie en el exilio."S¨ª, he notado los cambios", dijo m¨¢s tarde en una entrevista. "Gracias al acuerdo entre Israel y la OLP, la moral de la gente de Gaza est¨¢ por los suelos, la situaci¨®n econ¨®mica est¨¢ peor que hace un a?o, hay m¨¢s violencia israel¨ª contra nuestros hermanos, hay m¨¢s muertos, hay muchos m¨¢s presos. La gente no cree en Arafat ni en su plan. Hay definitivamente un rechazo a esa idea, a la palabrer¨ªa.. Todo ese plan es una falsedad".
En el vecino campo de refugiados de Bureij, Mahmud Bahar, un antiguo constructor de 26 a?os deportado por sus v¨ªnculos con el Ham¨¢s, fue m¨¢s al fondo: "?De qu¨¦ tipo de paz se puede hablar cuando cuatro millones de mis compatriotas est¨¢n desperdigados por todo el mundo? El plan de Arafat es todo un fracaso", dijo, "porque nadie cree ya en sus promesas. ?D¨®nde est¨¢ el Estado palestino? ?D¨®nde est¨¢ Jerusal¨¦n? ?Porque hay m¨¢s de diez mil prisioneros palestinos? ?Que hace Arafat? Nada".
Mientras Malimud hablaba, en la pared de su casa un hombre enmascarado pintaba en la pared: "Bienvenido a tu casa, hermano. ?Palestina ser¨¢ libre!" Por debajo, la firma del Ham¨¢s: Un fusil y la c¨²pula de la mezquita de Jerusal¨¦n.
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