Yeltsin concentra en sus manos el poder del ex KGB
El presidente ruso, Bor¨ªs Yeltsin, ha presentado la disoluci¨®n del Ministerio de Seguridad (el heredero del tenebroso KG.B) como el fin del espionaje sobre las organizaciones pol¨ªticas internas y sobre los ciudadanos. Pero al igual que en ocasiones anteriores, cuando esta noticia fue anunciada a bombo y platillo, ahora tampoco es del. todo exacta. Los diferentes departamentos del citado ministerio no desaparecen, sino que pasan a subordinarse a otras instituciones. Y es en las manos del propio Yeltsin donde m¨¢s poder del antiguo KGB se est¨¢ concentrando.El proceso de arrebatarle facultades al Ministerio de Seguridad, que culmin¨® el martes pasado con su disoluci¨®n, comenz¨® hace tiempo: las unidades m¨¢s preparadas de la lucha antiterrorista (las famosas Alfa y Vimpel) ya estaban subordinadas directamente al presidente. Adem¨¢s, Yeltsin controla la brigada motorizada n¨²mero 27 (emplazada en el barrio moscovita de Tiopli Stan y que particip¨® en el bombardeo al Parlamento el 4 de octubre), y el regimiento de paracaidistas n¨²mero 119.
Nunca antes un presidente o un secretario general del Partido Comunista de la URSS (PCUS) tuvo en sus manos la subordinaci¨®n directa de un poder tan importante, muy por encima, seg¨²n los observadores, del que poseen los jefes de Estado en los pa¨ªses democr¨¢ticos.
Pero no s¨®lo han pasado a las estructuras de Yeltsin estas unidades, sino tambi¨¦n subunidades de la antigua V Direcci¨®n del KGB (espionaje sobre las organizaciones pol¨ªticas internas, es decir, lucha contra la disidencia), adem¨¢s de gran parte del departamento operativo-t¨¦cnico del KGB, seg¨²n muestra una investigaci¨®n realizada hace un tiempo por Alexandr Kudak¨¢yev.
De hecho, como subraya Kudak¨¢yev, esto significa que se crea una nueva estructura potencialmente represiva que se subordina exclusivamente a la persona del presidente. La eliminaci¨®n del Ministerio de Seguridad es la culminaci¨®n de este proceso, que crea una estructura ideal para un futuro dictador.
Zhirinovski
Si el citado ministerio, e incluso el KGB, pod¨ªa ser controlado en ciertos aspectos, la nueva estructura presidencial es simplemente incontrolable. E incluso si Yeltsin mismo no utiliza esta nueva maquinaria para imponer un r¨¦gimen autoritario es muy probable que lo haga el ultranacionalista VIad¨ªmir Zhirinovski si es elegido presidente en 1996. ?ste no tendr¨¢ necesidad de modificar nada en las estructuras de fuerza del pa¨ªs, pues ya lo tendr¨¢ todo preparado para imponer su poder personal.En el proceso de concentraci¨®n de las facultades del KGB en las manos de Yeltsin marca un hito la creaci¨®n del Servicio de Seguridad Presidencial (SSP), que te¨®ricamente, como su nombre indica, deber¨ªa ocuparse de la seguridad personal del jefe del Estado. Sin embargo, la realidad es que este servicio (creado por un decreto secreto de Yeltsin el 11 de noviembre y cuya primera noticia en la prensa rusa apareci¨® m¨¢s de un mes despu¨¦s) tiene facultades que sobrepasan con mucho la necesidad de proteger al presidente.
Una semana despu¨¦s de creado el SSP por otro decreto secreto, Yeltsin funda la compa?¨ªa estatal de exportaci¨®n e importaci¨®n de armas y t¨¦cnica militar Rosvooruzhenie. Pues bien, "el control para garantizar el r¨¦gimen de confidencialidad y el cumplimiento de los intereses del Estado en las actividades de Rosvooruzhebie" recae sobre el citado SSP, aunque esta tarea nada tiene que ver con seguridad personal de Yeltsin.
En los tiempos sovi¨¦ticos, la confidencialidad de semejante compa?¨ªa la garantizar¨ªa el KGB, y de la parte pol¨ªtica (los intereses del Estado, es decir, a qui¨¦n vender y cu¨¢nto) se responsabilizar¨ªa el correspondiente departamento del Comit¨¦ Central del PCUS. El problema es que si antes en el Politbur¨® hab¨ªa una serie de contrapesos entre sus diferentes miembros, hoy todo se concentra en manos de una sola persona: Yeltsin.
No contento con tomar la mayor¨ªa de los poderes del KGB (el nuevo Servicio de Contraespionaje tambi¨¦n se subordina directamente al presidente y no al primer ministro ni al Parlamento), Yeltsin prepara una reforma del Ej¨¦rcito seg¨²n la cual el Estado Mayor General se le subordinar¨¢ directamente y el ministro de Defensa ya no tendr¨¢ derecho a dar ¨®rdenes a las Fuerzas Armadas. S¨®lo el presidente y el Estado Mayor Central podr¨¢n darlas.
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