El Rey convoca a los espa?oles a librar con firmeza la batalla contra el desempleo
"La crisis nos afecta a todos y requiere un esfuerzo colectivo", advierte don Juan Carlos
"Sin duda, 1993 ha sido un a?o dificil". El rey Juan Carlos convirti¨® en protagonistas de su mensaje de Nochebuena a todos los espa?oles que han visto alterada la intimidad de sus hogares por los estragos de la crisis econ¨®mica. El Monarca reconoci¨® que "tras un periodo de prosperidad, hemos entrado en recesi¨®n" y aludi¨® al coraz¨®n de quienes m¨¢s sufren este periodo de adversidad. "Pienso de manera especial en los j¨®venes y en todos aqu¨¦llos que se encuentran en una situaci¨®n de desempleo prolongado", indic¨®. En contraste con los "¨¦xitos" del 92, a los que don Juan Carlos se refiri¨® con "orgullo" en su discurso del a?o pasado, el Rey apel¨® el viernes "a todos" para combatir el paro "con absoluta firmeza". "Tenemos que ganarle la batalla". subray¨®.
El mensaje de Nochebuena del Rey fue directo. A un mes de la huelga general convocada por los sindicatos para finales de enero y en plena reforma laboral por parte del Gobierno, don Juan Carlos convoc¨® a los espa?oles a librar una batalla conjunta contra el paro. "El problema m¨¢s grave es, sin duda, el desempleo", advirti¨®. "Son muchos hoy los que no pueden acceder a un puesto de trabajo y los que, con honda preocupaci¨®n, ven amenazado el que tienen o han perdido el que ten¨ªan. Pienso de manera especial en los j¨®venes y en todos aqu¨¦llos que se encuentran en una situaci¨®n de desempleo prolongado".Tras este expl¨ªcito reconocimiento al dolor de los parados -3,5 millones seg¨²n la ¨²ltima Encuesta de Poblaci¨®n Activa-. el Rey lanz¨® su propuesta para encauzar el di¨¢logo social. "Tenemos que afrontar el problema del desempleo con decisi¨®n y absoluta firmeza. Tenemos, entre todos, que ganarle la batalla".
Inspirado en "la sinceridad y el cari?o", el Rey inici¨® su mensaje a los espa?oles en estos t¨¦rminos: "Cuando el a?o pasado os habl¨¦, en estas mismas fechas, destaqu¨¦ los resultados alcanzados a lo largo de un a?o particularmente significativo para nosotros. Al mismo tiempo evoqu¨¦ las inquietudes y los problemas que proyectaban su sombra sobre nuestro quehacer colectivo y tambi¨¦n sobre la vida individual de muchos ciudadanos. 1993 ha sido un a?o sin duda dif¨ªcil".
Con la misma sinceridad don Juan Carlos se intern¨® en la gravedad de la crisis. "Despu¨¦s de un periodo de prosperidad y crecimiento, nos enfrentamos hoy con una situaci¨®n de recesi¨®n y crisis. Importantes sectores de la econom¨ªa pasan por serias dificultades que, l¨®gicamente, repercuten de manera muy directa en la vida de un considerable n¨²mero de personas. La crisis que vivimos tiene su dimensi¨®n m¨¢s dolorosa en los problemas de orden social que trae consigo. Son problemas que trascienden la frialdad de las estad¨ªsticas y de los despachos. Problemas que irrumpen en el ruido de las ciudades o en el silencio de los campos y que entran en la intimidad de los hogares y en el coraz¨®n de las personas".
Un esfuerzo colectivo
Este crudo pre¨¢mbulo sirvi¨® al Monarca para pedir a los espa?oles que demuestren que son capaces de superar momentos dif¨ªciles. En plena ruptura de di¨¢logo entre los sindicatos, el Gobierno y la patronal, el Rey advirti¨®: "No podemos dejar que el des¨¢nimo, la inercia o el miedo nos lleven a refugiamos en posiciones ego¨ªstas e insolidarias, ni esperar que otros vengan a resolver nuestros problemas. La situaci¨®n nos afecta a todos y requiere un esfuerzo colectivo".A juicio del Monarca, "s¨®lo estar¨¢n en condiciones de afrontar el presente con garant¨ªas de ¨¦xito" los pueblos que sepan sacar de s¨ª mismos "sus mejores energ¨ªas y capacidades". "Los pueblos decididos a convivir en armon¨ªa y concordia, exigentes en el respeto de unas normas ¨¦ticas de conducta, austeros, pero a la vez generosos con los m¨¢s d¨¦biles y desprotegidos. Los pueblos capaces de perfeccionar sus sistemas educativos y sociales, de estimular la investigaci¨®n y la cultura, de renovar sus equipos productivos y de proteger y potenciar el entorno natural".
M¨¢s all¨¢ de la crisis econ¨®mica y las cuestiones sociales, el mensaje real tampoco eludi¨® esta vez adentrarse en la situaci¨®n pol¨ªtica. En alocuciones de a?os anteriores don Juan Carlos hab¨ªa apelado a "cuidar con cari?o" la democracia, a huir de resaltar lo negativo, a condenar a los corruptos y a respetar la verdad. El viernes pidi¨® impedir que el normal funcionamiento de las instituciones se vea alterado por desacuerdos superables y que la democracia pierda transparencia y vigor. "Para evitarlo, tenemos en nuestras manos un instrumento de tolerancia y libertad: nuestra Constituci¨®n", enfatiz¨®.
Brotes de fanatismo
Tambi¨¦n tuvo un recuerdo el Rey para los pueblos que viven en la pobreza y el subdesarrollo, con los que invit¨® a ser solidarios. "Europa -advirti¨®- se encuentra en una dificil encrucijada. Por una parte, se ha liberado de los sistemas que la oprim¨ªan y divid¨ªan, pero, por otra, apuntan de nuevo brotes de fanatismo, de ego¨ªsmos nacionales y de violencia. que parec¨ªan ya olvidados, y que tanta destrucci¨®n y padecimientos trajeron en el pasado".En este contexto, el Monarca demand¨® esforzarse "para que los valores de la libertad, la justicia y el respeto al derecho sean los que primen y rijan la convivencia y para que Europa siga siendo un espacio seguro. Aprovech¨® para referirse "especialmente a la labor humanitaria de los cascos azules espa?oles en la ex Yugoslavia. "Son nuestros soldados, que con su abnegaci¨®n y sacrificio est¨¢n prestando una ayuda inestimable a v¨ªctimas inocentes de la horrenda violencia que asola esos territorios".
"Con frecuencia", a?adi¨®, "he tenido un recuerdo para ellos y he reconocido el m¨¦rito y la grandeza de su tarea. En esta Nochebuena deseo recordar especialmente a las familias que perdieron a algunos de sus hijos en aquellas tierras y transmitir a los que all¨ª, se encuentran ahora mi saludo, y, en nombre del pueblo espa?ol, nuestro agradecimiento por la labor ejemplar que llevan a cabo en tareas humanitarias y en favor de la paz".
Al igual que otras Navidades, el Rey lament¨® el terrorismo. "Este a?o, otros espa?oles han perdido la vida o han sufrido infames agresiones como consecuencia de la fan¨¢tica violencia terrorista, ¨²ltimo basti¨®n del totalitarismo y la intolerancia, que cre¨ªamos definitivamente superados. Todos ellos ocupan un lugar especial en mi recuerdo".
Los marginados, los emigrantes, los pueblos de Iberoam¨¦rica, los extranjeros que viven en Espa?a y otras "personas queridas que nos han dejado durante el a?o que ahora termina" [en referencia a su padre] merecieron tambi¨¦n el "recuerdo y aliento" del mensaje real.
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