Una falacia in¨²til y caprichosa
El Gobierno espa?ol ha informado al Parlamento que en abril dio por concluidos los programas privados de acogida de refugiados bosnios en nuestro pa¨ªs.Se ha aducido la necesidad de ayudar in situ a las v¨ªctimas de la guerra a trav¨¦s de la ayuda humanitaria que prestan las fuerzas de Naciones Unidas, y muy especialmente las espa?olas, y la voluntad de no colaborar siquiera indirectamente con la limpieza ¨¦tnica de los serbios.
Esta decisi¨®n de cerrar la puerta a los refugiados bosnios se completa con la creciente decisi¨®n del Gobierno de exigir visado a los ciudadanos de la Rep¨²blica de Bosnia-Herzegovina.
Es un esc¨¢ndalo que debe remover la conciencia y la opini¨®n nacional sobre la solidaridad con Bosnia. Nos encontramos ante una cl¨¢sica falacia de confusi¨®n, que trata de evitar la discusi¨®n sobre el fondo del asunto. Y m¨¢s cuando arguye este sofisma quien desde el Gobierno ha desarrollado el discurso de la solidaridad con mayor despliegue de medios informativos. en todos y cada uno de sus pasos en relaci¨®n con el drama balc¨¢nico. Se trata adem¨¢s de una falacia in¨²til y caprichosa que no es digna de la generosidad demostrada con Bosnia por Espa?a all¨ª.
El Gobierno se niega a continuar y coordinar las iniciativas de organizaciones sociales que contribuyen tambi¨¦n a que nuestro pa¨ªs ejerza un papel importante en esa pol¨ªtica de solidaridad europea, de la que hab¨ªamos estado ausentes.
Si somos importantes en el concierto de naciones, si nuestra pol¨ªtica en los Balcanes tiene por primera vez relieve, es adem¨¢s de todo, porque la sociedad espa?ola se ha movido, ha reaccionado con ejemplaridad en ayuda de las principales v¨ªctimas de la guerra y la violencia. Y las razones aducidas por el se?or Solana ante la Comisi¨®n de Asuntos Exteriores del Congreso no se tienen de pie o nos hacen sonrojar, porque la acogida de refugiados bosnios en Espa?a no puede constituir obst¨¢culo alguno al enorme esfuerzo que realizan all¨ª nuestros soldados y nuestros voluntarios.
Mucho menos cabe admitir que la generosidad de la sociedad espa?ola contribuye indirectamente a la pol¨ªtica de limpieza ¨¦tnica. Hay que ayudar all¨ª y tambi¨¦n aqu¨ª. Y ?c¨®mo se puede decir que una pol¨ªtica de acogida contribuye a desplazar a quienes ya han sido desplazados, a quienes ya han sido expulsados por la fuerza de sus hogares? ?C¨®mo se puede mantener que de esta manera se colabora con la agresi¨®n serbia?
La ¨²nica raz¨®n que aparece detr¨¢s de este aut¨¦ntico cerrojazo a la pol¨ªtica de acogida es la dificultad de la Administraci¨®n para coordinar la acci¨®n de las organizaciones sociales que se ofrecen a recibir a estos refugiados. Pero no parece l¨®gico que la ineficiencia o las limitaciones de gesti¨®n de la misma Administraci¨®n sea aducida para una decisi¨®n tan inexplicable como injustificada. Sobre todo cuando, adem¨¢s, esta decisi¨®n parece obedecer al recelo de una Administraci¨®n que cree todav¨ªa en la necesidad de dirigir y controlar el complicado mundo de la solidaridad, que desconf¨ªa de la libre iniciativa de las organizaciones no gubernamentales y que en la duda o el temor prefiere cerrar un programa a confiar en los recursos y la imaginaci¨®n de la sociedad. Y esta situaci¨®n es a¨²n m¨¢s sangrante porque cuando se concluye el programa privado no se desarrolla o ampl¨ªa el programa p¨²blico. Conviene recordar que la cuota oficial es de 1.000 personas y sus familias, y que est¨¢ limitada a los prisioneros bosnios y no se extiende a otras v¨ªctimas, como, por ejemplo, las mujeres violadas... Espa?a, pues, aplica una pol¨ªtica de acogida oficial muy limitada.
Por eso hay que pedir la reanudaci¨®n de los programas privados y la ampliaci¨®n de los programas oficiales. Si no al bloqueo militar, al bloque f¨ªsico a?adir¨ªamos un bloque administrativo que no se corresponde a lo que nos exige la voluntad demostrada por el pueblo espa?ol de ayudar a Bosnia. Porque no hay que olvidar que no se trata de emigrantes voluntarios, sino que los echaron de sus casas, que no quer¨ªan irse y fueron obligados a dejarlo todo.
Cabe tambi¨¦n pedir una pol¨ªtica generosa de visados que mantenga tambi¨¦n vivo el v¨ªnculo, cada vez m¨¢s amenazado, entre Europa y Bosnia. Porque todo va unido, pol¨ªtica de refugio y pol¨ªtica de visados, pol¨ªtica de solidaridad y pol¨ªtica a secas. No caben excusas y no cabe, y menos ahora, cerrar la puerta y echar el cerrojo a las v¨ªctimas de la guerra.
es diputado por C¨®rdoba y secretario de Relaciones Internacionales del PP.
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