La disciplina del detalle
EDWARD W. SAIDMientras los israel¨ªes han tenido siempre un plan concreto, elaborado hasta el m¨¢s m¨ªnimo detalle, los palestinos se han basado en ideas generales, y han fracasado.
Conforme pasan las semanas es m¨¢s evidente que la poblaci¨®n palestina, d¨¦bil, poco preparada y dividida, se est¨¢ viendo obligada a ocupar posiciones en un terreno preparado de antemano por los israel¨ªes. ?stos cuentan con la mayor¨ªa de las bazas -tierra, agua, asentamientos, seguridad y, por encima de todo, Jerusal¨¦n- y negocian los detalles de los acuerdos de Oslo desde una posici¨®n de fuerza consolidada. En El Cairo, los comit¨¦s de seguridad se han encontrado con diversas pegas, todas ellas resultado de los tard¨ªos esfuerzos palestinos por desafiar el control israel¨ª. Estos comit¨¦s se han venido reuniendo en secreto, principalmente para disimular la debilidad, la falta de coordinaci¨®n y la carencia de preparaci¨®n de los palestinos, que se enfrentan a unos expertos israel¨ªes armados con unos datos, expedientes y poder sin equivalente en el otro bando. Hasta ahora no hemos sido capaces tan siquiera de realizar un censo de nuestro propio pueblo. Dependemos de Israel para obtener datos sobre la tierra y el agua, y, hasta la fecha, rara vez hemos producido nuestras propias fuentes de informaci¨®n. ?Existe un mapa palestino preciso y ¨²til de Cisjordania, Gaza, Jerusal¨¦n?Cada vez hay m¨¢s palestinos desalentados. No ha llegado el dinero, diariamente surgen noticias sobre la incompetencia, autocracia y corrupci¨®n de la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP), y las brutalidades de la ocupaci¨®n (por no hablar de la resistencia incontrolable palestina) parecen aumentar d¨ªa a d¨ªa. Hoy se escuchan por doquier quejas por la falta de alternativas (?estamos tan gobernados por hechos predeterminados?) y por la necesidad de una cr¨ªtica constructiva. Dejando a un lado la incompetencia b¨¢sica y, en mi opini¨®n, irremediable, de la actual OLP, y a sus decadentes l¨ªderes e instituciones, tenemos que considerar que la situaci¨®n actual muestra una crisis cultural y moral mucho m¨¢s seria que la simple incompetencia y corrupci¨®n. Estoy pensando en nuestra incapacidad hist¨®rica como pueblo para centramos en objetivos nacionales, y perseguirlos con m¨¦todos y principios adecuados.
La lucha en Palestina ha sido, desde sus comienzos, una batalla por la soberan¨ªa territorial: "Otro territorio, otra cabra" era el lema de los asentadores sionistas bajo Chaim Weizmann. Israel es ahora el ¨²nico propietario del territorio de la Palestina hist¨®rica. La idea sionista ha sido siempre coordinar pasos concretos con una pauta que raramente var¨ªa. As¨ª, los israel¨ªes mantienen su soberan¨ªa y construyen asentamientos, cogen tierras y agua, construyen carreteras, despliegan fuerzas armadas.
La t¨¦cnica ¨¢rabe ha sido la de hacer afirmaciones generales, y considerar que los detalles concretos se resolver¨¢n m¨¢s tarde. La OLP acept¨® la Declaraci¨®n de Principios de Oslo pensando que la autonom¨ªa palestina conducir¨ªa de alg¨²n modo a la independencia, si se hac¨ªan las suficientes declaraciones ret¨®ricas sobre el Estado palestino independiente; pero cuando lleg¨® el momento de negociar los detalles (por ejemplo, qu¨¦ partes de Jeric¨® y Gaza se cuestionaban) no ten¨ªamos ni planes ni detalles reales. Ellos ten¨ªan los planes, el territorio, los mapas, los asentamientos, las carreteras; nosotros, el deseo de autonom¨ªa y de la retirada de Israel, sin detalles y sin poder para cambiar nada demasiado. Necesitamos una disciplina del detalle.
Entender el mapa
Una idea general como la de la autonom¨ªa limitada puede llevar a la independencia, pero tambi¨¦n a una mayor dependencia y dominaci¨®n. En cualquier caso, la labor principal de los palestinos consiste en conocer y entender el mapa global de los territorios que los israel¨ªes han estado creando, y elaborar una t¨¢ctica concreta de resistencia. La esencia del plan israel¨ª consiste en un control total del territorio dentro de los l¨ªmites anteriores a 1967, y en evitar la autonom¨ªa real de los palestinos de los territorios ocupados manteniendo una Jerusal¨¦n unida y en expansi¨®n como centro de una red que se extienda hasta Cisjordania y Gaza. Los planes israel¨ªes para Jerusal¨¦n y las pr¨¢cticas a llevar a cabo all¨ª son, por tanto, el desaf¨ªo principal al que se enfrentan los palestinos.
Que yo sepa, Jerusal¨¦n nunca ha sido el foco de una estrategia palestina concentrada, ni nunca ha habido una campa?a sistem¨¢tica para resistir al control israel¨ª sobre la ciudad y sus alrededores; "Gaza-Jeric¨®" parece, pues, una especie de trampa o de distracci¨®n complicada para que la energ¨ªa palestina se consuma en controlar y administrar la periferia, mientras se deja el n¨²cleo a los israel¨ªes. Tal como lo describe el experto holand¨¦s Jan de Jong, la idea consiste en rodear todo Jerusal¨¦n con dos anillos de asentamientos, uno dentro del otro; esto comprende la mayor parte de Cisjordania central desde Birzeit en el norte hasta las afueras de Hebr¨®n (al-Jalil) en el sur.
Dentro de esta enorme zona, Israel se mantendr¨¢ sin peligro, aunque se permitir¨¢ la autonom¨ªa palestina "en unidades territoriales separadas". Cisjordania y Gaza, por tanto, ya han sido divididas en diez u once cantones, con corredores que discurren desde Jerusal¨¦n hacia el Este y hacia el Sur para asentamientos y carreteras -todos controlados por Israel- que se cruzan entre s¨ª. Incluso ha habido una propuesta para edificar una nueva ciudad de 300.000 habitantes llamada al-Quds [nombre ¨¢rabe de Jerusal¨¦n], cerca de Hizma (bien lejos de los dos anillos). Se ha insinuado que ¨¦sta se ofrecer¨¢ a los palestinos como sustituta de la verdadera Jerusal¨¦n.
Sin embargo, el punto m¨¢s importante de De Jong es que mientras los israel¨ªes planifican, se asientan y controlan, los palestinos no han desarrollado todav¨ªa una estrategia de resistencia, sea mediante proyectos de construcciones p¨²blicas colectivas, sea colocando el Jerusal¨¦n metropolitano en el centro de su plan de independencia. Discutir eso como una alternativa, con esfuerzos visibles hechos "en su nombre" -dice De Jong-, lo que "har¨¢ que la gente crea en ¨¦l", y pueda convertirse en la base para una acci¨®n colectiva en comparaci¨®n con la individual.
Se ha hablado mucho ¨²ltimamente de aportar expertos y profesionales para ayudar a la OLP a crear infraestructura de un Estado palestino, con la idea de que los expertos en desarrollo y planificaci¨®n son m¨¢s objetivos y menos propensos a la pol¨ªtica en el sentido estricto de la palabra. Estas normas para la reforma y el desarrollo est¨¢n secundadas por el Banco Mundial, la Uni¨®n Europea y EE UU, que consideran que la OLP deber¨ªa entregar su Gobierno a expertos que actuar¨ªan de acuerdo con normas m¨¢s s¨®lidas que las de una autoridad nacional. Debo confesar mi relativa indiferencia ante estos argumentos. La dif¨ªcil situaci¨®n actual de pa¨ªses como Egipto e India, por no hablar de numerosos pa¨ªses latinoamericanos y africanos, se debe a que el desarrollo se ha dictado desde el exterior, con el Banco Mundial y el FMI actuando como agentes de EE UU para promover un as¨ª llamado mercado libre; el resultado ha sido empobrecer a la mayor¨ªa y mantener a esos pa¨ªses a¨²n m¨¢s dependientes econ¨®mica y pol¨ªticamente de los pa¨ªses desarrollados, para los que el Tercer Mundo es una fuente de nuevos y amplios mercados, mano de obra barata y recursos baratos.
Seguridad y prosperidad
Tanto Israel como la OLP han defendido la idea equivocada de que, desde el 13 de septiembre, iba a haber un flujo de seguridad y prosperidad para ambas partes. Nada m¨¢s alejado de la verdad. Israel ha practicado una pol¨ªtica fuertemente represiva en Cisjordanla y Gaza y ha ampliado sus lazos diplom¨¢ticos y comerciales con naciones no europeas como China, Indonesia y, seg¨²n la prensa israel¨ª, Irak. Por parte palestina, la euforia se ha extinguido casi por completo y las muertes y detenciones han convencido a casi todo el mundo de que todav¨ªa no ha llegado la edad de oro. Mientras, Arafat viaja por todo el mundo, el Mossad se ha introducido en sus oficinas, y sus lugartenientes y cortesanos o bien se pelean entre s¨ª o se dedican a hacer sus propios negocios.
Muy poco hay en la situaci¨®n actual que puedan arreglar los expertos de Washington: no se puede llevar a cabo un plan, a¨²n ideado por el intelecto m¨¢s brillante y distante, si no existe una voluntad nacional com¨²n, ni un sentido nacional com¨²n de urgencia y movilizaci¨®n. El mundo ¨¢rabe, Europa y EE UU est¨¢n repletos de palestinos dotados y pr¨®speros que han dejado su huella en la medicina, el derecho, la banca, la planificaci¨®n, la arquitectura, el periodismo, la industria, la educaci¨®n. La mayor¨ªa s¨®lo ha contribuido al esfuerzo palestino con una m¨ªnima parte de sus posibilidades.
Comparados con las comunidades jud¨ªas de Occidente no hemos hecho pr¨¢cticamente nada, aunque estoy convencido de que ah¨ª hay un gran potencial. Quiz¨¢ el mayor fracaso de la OLP no haya sido firmar una declaraci¨®n de principios apresurada y est¨²pida, sino fallar, antes y despu¨¦s de Oslo, en la movilizaci¨®n del gran potencial de su gente. Hoy la mayor¨ªa de los palestinos se sienten o descontentos y confusos, o irracionalmente optimistas y fuera de la realidad. Los palestinos estamos separados tanto por la geograf¨ªa como por los designios de Israel para mantenernos aislados unos de otros; los de Palestina y los que viven fuera de ella llevan vidas diferentes, con escasa comunicaci¨®n entre s¨ª. Para sobrevivir como naci¨®n no basta repetir consignas, o insistir en la supervivencia de la identidad palestina.
Datos reales
Lo primero que hay que hacer es ver tan concreta y exactamente como sea posible cu¨¢les son los datos reales, no para ser vencidos por ellos, sino para inventar formas de contraatacar con nuestros propios datos e instituciones, y, as¨ª, reafirmar nuestra presencia nacional. Si Jerusal¨¦n es el coraz¨®n de nuestro problema, tambi¨¦n lo es de la soluci¨®n. Mientras contin¨²a el proceso de asentamiento, el pueblo palestino tiene que reunir los recursos y la voluntad de concentrarse en c¨®mo evitar el control unilateral israel¨ª. Pero esto s¨®lo se puede hacer colectivamente, y por un pueblo movilizado hasta el ¨²ltimo hombre, mujer y ni?o. Esto exige compromiso, honradez y competencia. De otra forma seguiremos el mismo camino que otros pueblos ind¨ªgenas, destruidos o absorbidos en esquemas controlados por otros.
Cada palestino debe preguntarse si ha empleado la suficiente energ¨ªa y esfuerzo.Tenemos la necesidad inmediata de empezar a pensar colectivamente y dejar de reaccionar individualmente. Y la cuesti¨®n principal, de la que Jerusal¨¦n es el s¨ªmbolo, es c¨®mo resistir, no c¨®mo beneficiarse. Los israel¨ªes deben ser expulsados de la tierra palestina que ahora ocupan ilegalmente, pero s¨®lo puede hacerlo un pueblo en el que hasta el ¨²ltimo hombre y la ¨²ltima mujer se consideren parte de un esfuerzo nacional dedicado a esa misi¨®n.
?stos son los hechos. Independencia parcial o autonom¨ªa limitada: No existe tal dilema. O se es pol¨ªticamente independiente, o no se es. Si no se es, los hechos indican que no hay ni soberan¨ªa ni libertad real, ni tampoco igualdad con un Estado jud¨ªo israel¨ª que destruy¨® a Palestina en 1948 y que no est¨¢ ansioso por darle otra oportunidad en 1993. El reto es evidente.
Edward W. Said es ensayista palestino, profesor de la Universidad de Columbia, EE UU.
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