Ind¨ªgenas aterrorizados buscan refugio en San Crist¨®bal
Con el p¨¢nico reflejado en el rostro, una familia ind¨ªgena de la cercana aldea de San Antonio de los Ba?os lleg¨® el pasado martes al convento de los padres salesianos de San Crist¨®bal. Hu¨ªan de los bombardeos indiscriminados que la aviaci¨®n mexicana lanza sobre la zona donde se han internado los zapatistas tras abandonar las ciudades que tomaron en la madrugada del 1 de enero. El convento Don Bosco est¨¢ ubicado al pie de las monta?as que rodean San Crist¨®bal, por lo que desde su patio central se aprecia con toda claridad el ataque a¨¦reo del Ej¨¦rcito.Diego, como se identific¨® escuetamente el padre de la familia, explicaba que los soldados identifican a los ind¨ªgenas del lugar como zapatistas, por lo que su indefensi¨®n frente a ellos es absoluta. Puntualiz¨® que los bombardeos a¨¦reos han alcanzado las viviendas de familias ajenas al conflicto. Las poblaciones est¨¢n abandonando sus caser¨ªos y se esconden en las monta?as.
Una mujer de edad indefinida, que amamantaba a un ni?o fam¨¦lico, lloraba amargamente porque en su precipitada huida hab¨ªa dejado abandonadas a tres gallinas, que constituyen todo su patrimonio. La mujer temblaba de fr¨ªo -San Crist¨®bal est¨¢ situada a 2.300 metros sobre el nivel del mar-, mientras el cr¨ªo trataba, in¨²tilmente, de sacar algo de leche de aquel pecho est¨¦ril.
Los testimonios de los refugiados, que van llegando a San Crist¨®bal en n¨²mero creciente, se parecen mucho entre s¨ª: huyen de los bombardeos de la aviaci¨®n y del duro control que les ha impuesto el Ej¨¦rcito, que los somete a minuciosos registros y les dificulta sus desplazamientos para proveerse de alimentos. A todo esto se suma la incertidumbre sobre la suerte de familiares y amigos, que intentan llegar hasta San Crist¨®bal en busca de seguridad.
El obispo de Chiapas, Samuel Ruiz Garc¨ªa, hizo un llamamiento a la poblaci¨®n para que contribuya con mantas y alimentos para los refugiados ind¨ªgenas. El prelado anunci¨® que la Iglesia pondr¨¢ a disposici¨®n de estos ind¨ªgenas algunos templos para que puedan resguardarse del intenso fr¨ªo que castiga a esta regi¨®n en horas de la noche.
Patrullas militares
San Crist¨®bal va recuperando su pulso normal. El Ej¨¦rcito mexicano intensific¨® en la noche del pasado mi¨¦rcoles su presencia en la ciudad, sobre todo en las inmediaciones del parque central, ¨¢rea de los edificios p¨²blicos. Veh¨ªculos militares dotados de ametralladoras patrullan por las calles.
El comercio, de acuerdo a las indicaciones cursadas por el gobernador del Estado, Elmar Setzer, cerr¨® sus puertas. a las 19.00 horas, aunque muchas cafeter¨ªas continuaban abiertas pasadas las nueve de la noche. La fisonom¨ªa de la ciudad sufri¨® el mi¨¦rcoles un brusco cambio, con la llegada a San Crist¨®bal de decenas de periodistas que abandonaron la capital del Estado, Tuxtla Guti¨¦rrez para establecer aqu¨ª su cuartel general.
La normalizaci¨®n de la vida ciudadana constituye una preocupaci¨®n evidente de las autoridades locales. Los bancos, que permanec¨ªan cerrados hasta el pasado mi¨¦rcoles abrieron, sus puertas ayer por orden expresa del gobernador Setzer, quien ha pedido tambi¨¦n a todos los sectores econ¨®micamente activos de Chiapas que vuelvan a sus actividades normales con las "debidas precauciones". El gobernador ha ofrecido tambi¨¦n al sector de hosteler¨ªa, la actividad econ¨®mica m¨¢s importante de la regi¨®n, iniciar gestiones ante las entidades bancarias para que los cr¨¦ditos obtenidos antes del alzamiento rebelde sean renegociados con tasas preferenciales de inter¨¦s.
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