La violencia exquisita del cine vasco
Ulloa, Medem, Urbizu y De la Iglesia reflejan los demonios de su entorno
Juanma Bajo Ulloa, estrena hoy en Madrid y Barcelona La madre muerta, una pel¨ªcula que aborda la violencia desde una perspectiva original. Junto a ¨¦l, Julio Medem, Enrique Urbizu, Alex de la Iglesia represen tan el talento emergente M cine espa?ol. Son j¨®venes y vascos, -condici¨®n, esta ¨²ltima, que en ellos aparece despojada de toda presunci¨®n de trascendencia-. No forman una escuela, ni tampoco un grupo de caracter¨ªsticas comunes, por mucho que mantengan entre ellos una relaci¨®n exquisitamente respetuosa. Cada uno va en busca de un estilo propio y radical.
Renovadores, radicalmente comprometidos en sus propios estilos y lenguajes, han cosechado un evidente ¨¦xito de p¨²blico y, generalmente, de cr¨ªtica, adem¨¢s de una colecci¨®n de premios internacionales verdaderamente sorprendente, dada su corta producci¨®n. Con mayor o menor fortuna, los tres primeros han confirmado en su segunda pel¨ªcula su condici¨®n de cineastas, acreditado que el talento y su capacidad para transmitir aire fresco pervive m¨¢s all¨¢ del resplandor de sus ¨®peras primas.. Para aqu¨¦llos que no creen estrictamente en las casualidades, en las coincidencias felices, conviene anotar que estos cuatro cineastas vascos surgieron en un momento en el que, gracias a las ya desaparecidas subvenciones de la Administraci¨®n auton¨®mica, hacer cine en el Pa¨ªs Vasco result¨® una aventura bastante accesible.
Oportunismo
Ciertamente, el oportunismo nacido al calor de las ayudas p¨²blicas y las iniciativas fallidas, a cargo muchas veces de espont¨¢neos, proliferaron en aquellos a?os de fundaci¨®n del cine vasco, pero, junto a las obras conseguidas, aquel clima de -euforia cinematogr¨¢fica tuvo la virtud de agitar las vocaciones latentes de aut¨¦nticos cineastas. Con la excepci¨®n, quiz¨¢, de la particular introspecci¨®n en el mundo de la violencia y del ruralismo vasco que Medem realiz¨® en Vacas, los cuatro j¨®venes directores huyen deliberadamente de la Violencia pol¨ªtica y de la tem¨¢tica local presente en buena parte del cine hecho en Euskadi. "El cine vasco estaba muy ideologizado y desquidaba mucho la forma.
Era poco atractivo. Hoy le damos m¨¢s importancia a la est¨¦tica, al movimiento de la c¨¢mara, al lenguaje de la imagen", ha dicho, en ocasiones, Juanma Bajo Ulloa, con el estilo irreverente, insolente, que le caracteriza. Pese a todo, pese a su marcada lejan¨ªa con esos supuestos de pertenencia al cine vasco la violencia aflora en la obra, personal¨ªsima, de estos cineastas con una fuerza inusitada.
Violencia moral en Alas de mariposa, la primera pel¨ªcula de Bajo Ulloa,, Concha de Oro de San Sebasti¨¢n, Premio del Jurado de Montreal; brutalidad y violencia tambi¨¦n en su segunda obra, La madre muerta, y lo mismo ocurre en Todo por la pasta, de Enrique Urbizu, un thriller ambientado en Euskadi, y en Acci¨®n mutante, de Alex de la Iglesia, aunque en este caso la violencia aparezca en clave de comedia de pol¨ªtica ficci¨®n.
Junto al cuarteto aparece ahora Joaqu¨ªn Trincado, productor de la primeras pel¨ªculas de Enrique Urbizu, que va a empezar a rodar Arruinados, una comedia, ambientada en Bilbao y presentada c¨®mo la versi¨®n de los noventa de Bienvenido, mister Marshall. Con Imanol Arias, Mar¨ªa Barranco, Fernando Guillen, Pilar Bardem y Ram¨®n Barea en los principales papeles, Arruinados narrar¨¢, oportunamente, las vicisitudes de una ciudad de provincias que queda desplazada de los ejes econ¨®micos. Joaqu¨ªn Trincado dice que, desaparecidas las subvenciones, "hacer cine en Euskadi resulta milagroso". Su conclusi¨®n y la de muchos cineastas vascos como ¨¦l es que, ahora mismo, "hay m¨¢s talento que dinero".
M¨¢s informaci¨®n en El Pa¨ªs de las Tentaciones.
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