Boadella: "Si dependiera del contribuyente, me llevar¨ªa m¨¢s subvenciones"
El pol¨¦mico director de Els Joglars estrena en Madrid su obra 'El Nacional'
Albert Boadella, el enfant terrible de los teatreros espa?oles, llega a Madrid con su tima provocaci¨®n y su m¨ªtico grupo Els Joglars. El Nacional, que se estrenar¨¢ el pr¨®ximo jueves en el teatro Alb¨¦niz, es, en opini¨®n de su autor, "una apolog¨ªa del teatro",y que arremete contra los que llama bur¨®cratas de la escena y la pol¨ªtica de subvenciones. Boadella, sin embargo, no se considera un hip¨®crita por recibirlas, convencido de que, si se permitiera al contribuyente elegir ad¨®nde debe ir a parar su dinero, "me llevar¨ªa mucho m¨¢s, aunque no tanto como Lina Morgan".
Cuando se le recuerda que El Nacional ha sido tachado de hip¨®crita porque arremete contra los teatros subvencionados, cuando el suyo lo es, responde: "?Por qu¨¦?; ?es porque recibo ayudas?". Y aclara que es tan solo una parte muy peque?a lo que le llega del dinero del contribuyente: un 15% del presupuesto. "Ello no quita que se pueda hacer una cr¨ªtica feroz de lo que llamar¨ªamos el teatro de Estado, el teatro p¨²blico", a?ade. "Si no fuera as¨ª, si se piensa que la subvenci¨®n sirve para comprar, confirma totalmente mi teor¨ªa de que est¨¢ hecha para conseguir un cierto tributo de vasallaje; un vasallaje del creador hacia su se?or. Desde luego, mi silencio no se compra con un 15%", sentencia.
Punto de malicia
Amparado en el ¨¦xito de p¨²blico que tienen sus montajes, y con un punto de malicia en la voz y en la mirada, asegura: "si las subvenciones fueran a la carta, y al contribuyente se le dejara elegir en la declaraci¨®n de la renta d¨®nde quiere que vaya a parar su parte de dinero dedicada al teatro, me llevar¨ªa m¨¢s del 15%, as¨ª como otras personas sin subvenci¨®n, como Lina Morgan. Ella mucho m¨¢s que yo".No duda en entrar al trapo a la hora de tomar postura en la pol¨¦mica suscitada entre directores -acusados de exhibicionismo y protagonismo- y autores teatrales -a la defensiva por quedar proscritos-, para ponerse al lado de estos ¨²ltimos argumentando que "cuando un creador de teatro se expresa escribiendo, lo que hace es intocable, salvo por las necesidades casi mec¨¢nicas de lo que es la reproducci¨®n esc¨¦nica". Seg¨²n Boadella, "si los directores tienen ideas, es muy l¨ªcito que tengan narices, y, por tanto, no se tienen que escudar detr¨¢s, de las narices de otro. Si no, que se conviertan en dramaturgos, como hemos hecho muchos, como Nieva o yo, y, por qu¨¦ no decirlo, Moli¨¨re o Shakespeare".
Y si se le pregunta qu¨¦ hace con el gusanillo que le reclame escenificar a alguno de los grandes, dice: "Salvando las distancias, es como decirle a Mol¨¨re: 'Oiga, ?por qu¨¦ usted no hace un Shakespeare?".
El Nacional, que se estren¨® el pasado mes de octubre en Gerona, ha iniciado su gira por la Red Nacional de Teatros, y llega ahora al teatro Alb¨¦niz de la Comunidad de Madrid, algo que le encanta tanto a Els Joglars como al director de obras m¨ªticas, como Mary Dous o Laetius. "Me relaja ir a Madrid con mis espect¨¢culos, tengo una sensaci¨®n agradable que, viene dada por el p¨²blico" asegura. Del espectador madrile?o dice: "Es un p¨²blico equilibrado, tiene una dosis de costumbre teatral, es extrovertido, bueno y agradecido en su conjunto, salvo el d¨ªa del estreno; no es un p¨²blico resabiado, que es lo peor que puede existir".
Para Boadella, hay ciudades que crean una especie de sentido de ¨¦lite, donde el p¨²blico se cree m¨¢s inteligente. Y pone ejemplos concretos: "El p¨²blico musical de Viena y el de teatro de Barcelona, donde hay una especie de resabio por el hecho de vivir en una ciudad que te¨®rica y publicitariamente es culta, vanguardista, contempor¨¢nea y de dise?o". Pero ¨¦l opina que Barcelona ha tenido momentos m¨¢s felices que otros, y que ¨¦ste no es precisamente uno de los buenos.
Paranoia persecutoria
"La sociedad catalana de los ¨²ltimos siglos", asegura, "ha sido creada y acostumbrada a la dificultad, a la tensi¨®n y, a una cierta persecuci¨®n cultural. Cuando esto no se da se vive de las glorias del pasado y se pierde esa tensi¨®n". De ah¨ª que crea que cuando el Bar?a gana al Real Madrid por cinco goles a cero se produce un' hecho nefasto para la cultura catalana: "Lo mejor ser¨ªa lo contrario, ya que ello instiga el sentido paranoico de persecuci¨®n, y la cultura catalana ha sido muy trabajada en estos t¨¦rminos".Tanto Boadella como Els Joglars, grupo que ya ha cumplido sus bodas de plata, abordan el proceso de creaci¨®n aislados en el monte, a unos kil¨®metros de Rupit, un peque?o pueblo catal¨¢n. El adem¨¢s vive permanentemente en una min¨²scula localidad del Ampurd¨¢n, al lado de su mujer, la pintora Dolors Caminal, pero no, cree que este hecho haga que sus productos esc¨¦nicos sean diferentes a los que har¨ªa bajo la atm¨®sfera cargada de una gran ciudad: "Si no lo creyera, ser¨ªa un masoquista, teniendo en cuenta lo caro que resulta este sistema".
Babelia
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