El Deportivo contin¨²a su cosecha

El Deportivo hizo su trabajo en Valencia con la eficacia de los equipos que saben lo que quieren. Busca la Liga y no perdona las circunstancias favorables. En Mestalla se encontr¨® con un adversario deprimido, sin organizaci¨®n ni car¨¢cter. El Valencia profundiz¨® un poco m¨¢s en su c¨¦lebre crisis, a pesar de ponerse en una situaci¨®n espl¨¦ndida tras el gol de G¨¢lvez en el comienzo de la segunda parte. El Deportivo respondi¨® con el empate en la siguiente jugada y dio por cerrado el partido. Desde ¨¦se momento, el equipo gallego hizo toda clase de aver¨ªas y dej¨® en muy mal lugar a su rival. En el cruce del ecuador de la Liga, el Deportivo es el l¨ªder del campeonato y dispone de los recursos suficientes -la estructura, los jugadores y la experiencia- para conquistar el t¨ªtulo.El juego discurri¨® sin revolucionarse en la primera parte. Este aspecto favoreci¨® los prop¨®sitos del Deportivo, un equipo que quiere el campeonato a costa de una prestaci¨®n menor de f¨²tbol. Es un conjunto muy bien estructurado, con excelentes especialistas en cada puesto. El conocimiento hace el resto. El Deportivo juega de memoria, tanto que se ha vuelto aIgo mec¨¢nico, sin el punto de imaginaci¨®n que ten¨ªa el pasado a?o. Juega m¨¢s lejos de la porter¨ªa rival y se agarra a la extra ordinaria eficacia de su sistema defensivo y a la clase de varios jugadores, capaces de revolcar los partidos en cualquier instante. Juega as¨ª porque vigila los puntos. Cuando surgen los problemas, el Deportivo tira de archivo y vuelve a mostrar todos sus poderes. Eso hizo en Valencia. Cedi¨® un gol y replic¨® con tres.

El Valencia apenas pudo ofrecer algo tangible. Tuvo el mismo corte desorientado que le ha hecho famoso en los dos ¨²ltimos meses. Pero en la fase inicial del segundo tiempo acert¨® a comprometer la defensa del Deportivo con dos jugadas de peligro. En la segunda, G¨¢lvez apareci¨® para meter la puntera en una confusa acci¨®n en el ¨¢rea. El gol quebraba dos meses inmaculados de Lia?o.

La respuesta del Deportivo fue inmediata. Mauro Silva, que tiene una presencia extraordinaria en los partidos, aprovech¨® una cesi¨®n de Mariano para enganchar un remate con la pierna izquierda que super¨® a Gonz¨¢lez. El partido hab¨ªa vuelto al principio, pero el juego ten¨ªa un color m¨¢s intenso. Hab¨ªa ritmo y suced¨ªan cosas. Y en este terreno de las emociones fuertes, estuvo m¨¢s preparado el Deportivo que el Valencia. Los locales se quedaron paralizados con el gol de Mauro Silva. La contrariedad sac¨® una vez m¨¢s la falta de car¨¢cter del equipo. Su desplome fue espectacular. De repente, el partido se inclin¨® sin remedio hacia el lado del Deportivo. Quedaba por ver su capacidad para aprovechar las circunstancias favorables. Y el Deportivo no fall¨®, un s¨ªntoma de su solidez como aspirante al t¨ªtulo.

La expulsi¨®n de Camarasa multiplic¨® la debilidad del Valencia. Con 11 jugadores es un equipo pobre. Con 10, no existe. El Deportivo se fue al campo contrario, apret¨® a los locales y los desarm¨® l¨ªnea por l¨ªnea. Por si hab¨ªa dudas, el Valencia ayud¨® a conceder la victoria a sus rivales. El portero Gonz¨¢lez dej¨® en su porter¨ªa un tiro directo de Bebeto desde el costado del ¨¢rea, un lugar impensable para marcar. El partido estaba acabado. El Deportivo jug¨® el tramo final con una extraordinaria tranquilidad, sin despeinarse, convencido de sus fuerzas y de la falta de respuesta del Valencia, un equipo que ofrece todo lo contrario que el l¨ªder: desorganizaci¨®n y una apat¨ªa impresionante de sus futbolistas..