J. P. Morgan estudia oponerse a una posible reducci¨®n del capital social de Banesto
ENVIADA ESPECIALJ. P. Morgan no ve con buenos ojos la operaci¨®n acorde¨®n (reducci¨®n y posterior ampliaci¨®n de capital) que los nuevos gestores barajan efectuar en Banesto. El banco de negocios, gestor y accionista del fondo Corsair -propietario de un 8% del banco-, que ha visto algo da?ado su prestigio por su accidentado desembarco en Banesto, no aceptar¨¢ la p¨¦rdida del valor de las acciones que implica la reducci¨®n de capital, aseguran fuentes pr¨®ximas al banco. Un portavoz de la entidad asegur¨® que el banco no tomar¨ªa una posici¨®n oficial hasta conocer el plan de saneamiento del nuevo equipo gestor, que preside Alfredo S¨¢enz.
Los buenos resultados obtenidos por J. P. Morgan durante el a?o 1993 cayeron como agua de mayo en el n¨²mero 60 de Wall Street, sede del banco norteamericano. Tras la avalancha de cr¨ªticas sufridas desde que el pasado 28 de diciembre el Banco de Espa?a interviniera Banesto, el primer banco en el que invirti¨® el fondo Corsair que gestiona el banco norteamericano, el presidente de Morgan, Dennis Weatherstone, rompi¨® el silencio el jueves pasado para anunciar un aumento del 52% en los beneficios durante el a?o pasado. No hizo menci¨®n al affaire Banesto.La delicada posici¨®n de Morgan, que hasta el ¨²ltimo minuto apoy¨® el plan de saneamiento de Mario Conde y ahora desea asesorar al nuevo equipo gestor y al Banco de Espa?a en el rescate del maltrecho banco, ha llevado a la entidad norteamericana a cerrarse en banda en espera de que se conozcan las cifras definitivas del quebranto financiero y el plan de saneamiento.
Papel en la crisis
Morgan tiene por delante una tarea dif¨ªcil: intentar influir sobre la autoridad monetaria y los dise?adores del nuevo plan para que la soluci¨®n sea la menos traum¨¢tica posible para los intereses de los 45 inversores que forman parte del fondo Corsair -en el que la propia entidad tiene un 10%- y que son propietarios de 10,26 millones de acciones.
El equipo que lidera Roberto Mendoza, uno de los tres vicepresidentes del banco responsable del desembarco de Morgan en Banesto, ha mantenido esta semana largas e intensas reuniones para intentar definir el papel que jugar¨¢ el banco norteamericano en esta crisis. Reuniones que han contado con la presencia de Violy de Harper, la hasta ahora brazo derecho de Mendoza que se incorpora hoy al banco de James D. Wolfensohn, que preside Paul Volcker, anterior presidente de la Reserva Federal.
Si bien un portavoz de Morgan declar¨® que la entidad no se pronunciar¨ªa sobre las medidas del plan de saneamiento hasta que ¨¦ste no sea definitivo, fuentes cercanas al banco que prefieren permanecer en el anonimato opinan que J. P. Morgan se opondr¨¢ con toda probabilidad a la operaci¨®n acorde¨®n que baraja el equipo del nuevo presidente, Alfredo S¨¢enz, y que podr¨ªa reducir el valor nominal de la acci¨®n de 700 a 500 pesetas (casi un 30%). Esta reducci¨®n que podr¨ªa ser a¨²n mayor si ganan la batalla algunos de los grandes bancos presentes ahora en el consejo.
Las razones de Morgan: representa al principal accionista y lo natural es que se resista a que pierdan valor los t¨ªtulos que posee -postura que contar¨ªa con el apoyo de gran parte del accionarado, entre ellos y como ya lo ha anunciado, el propio Mario Conde-. En segundo lugar, Morgan no preve¨ªa una reducci¨®n de capital en el plan de saneamiento que apoyaba y cuyas l¨ªneas b¨¢sicas -aunque el deterioro de la situaci¨®n aconseja su replanteamiento- sigue probablemente considerando v¨¢lidas, a juicio de la misma fuente.
Sanear activos
Este plan, que el Banco de Espa?a consider¨® insuficiente, supon¨ªa realizar un saneamiento de los activos por valor de 265.500 millones de pesetas (correspondientes a cr¨¦ditos morosos, dotaciones de la cartera de valores y reclasificaci¨®n de partidas contables), equilibrar el pasivo con una reducci¨®n de las reservas, de forma que al banco quedara con un d¨¦ficit de recursos propios de 106.000 millones de pesetas que ser¨ªan cubiertos con la emisi¨®n de deuda subordinada y la venta del 25% en el banco portugu¨¦s Totta y A?ores.
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