El Bar?a se queda sin aliento en Anoeta
La Real Sociedad gana a los azulgrana, que terminaron el partido con 10 jugadores
EDUARDO RODRIG?LVAREZ La cultura del caos se adue?¨® de Anoeta y la verbena result¨® vistosa. Cruyff y su muchachada arrancaron de nuevo las p¨¢ginas del manual que relatan las aplicaciones defensivas y regalaron dos goles y un partido con todos los honores. Ni siquiera dieron lugar a la duda. En la primera jugada del encuentro regalaron un gol que defin¨ªa el partido. El encuentro se decant¨® por la espontaneidad, a mitad de camino entre la genialidad y el atasco circulatorio. Cuando Laudrup igual¨® la contienda, ocho minutos despu¨¦s, el f¨²tbol se abandon¨® a su suerte en un ejercicio de improvisaci¨®n que aderez¨® el minutado con una inusual productividad ofensiva.
Con las defensas maltrechas y el c¨¦sped como una pista de patinaje, el reinado de Luis P¨¦rez y Stoichkov estaba anunciado. Ambos futbolistas superan el l¨ªmite de velocidad en tanto Koeman y Albistegi circulan por el arc¨¦n. El resto de las dificultades azulgrana reca¨ªan en Gruardiola, incapaz ' en esas condiciones de aportar alg¨²n criterio al discurso del bal¨®n. La presi¨®n de los donostiarras le expuls¨® del partido en tanto Amor y Eusebio lo hicieron por voluntad propia.
John Benjamin Toshack entendi¨® el encuentro con mayor clarividencia. Redujo la disputa a la anchura de una calle de atletismo y confi¨® el resto a las piernas de Luis P¨¦rez y la colocaci¨®n de Kodro. El esp¨ªritu atl¨¦tico de la Real Sociedad result¨® definitivo. El Bar?a se confi¨® una vez m¨¢s a la inteligencia de Laudrup, pero tambi¨¦n al desprop¨®sito de Amor. En no menos de cinco ocasiones se plant¨® el centrocampista en el ¨¢rea peque?a y en otras tantas fracas¨® en el empe?o.
Toshack disciplin¨® al peonaje tras el descanso en previsi¨®n de una mayor agresividad azulgrana. El partido adquiri¨® disciplina, pero no perdi¨® sus rasgos caracter¨ªsticos; el en¨¦simo crujir de cintura de Koeman lo aprovech¨® Kodro para batir a Zubizarreta. El Bar?a ampli¨® entonces su condena a la condici¨®n de equipo inferior. La agon¨ªa fue su ¨²ltimo recurso ante la manifiesta cesi¨®n de terreno por parte de los donostiarras. El dan¨¦s Laudrup le imprimi¨® su nombre al bal¨®n, le puso su sello personal y construy¨® una orquesta de m¨²sicos desentrenados que tocaron bajo su batuta una sinfon¨ªa totalmente desafinada.
La Real se fue a la cueva a invernar el resultado y ni siquiera la expulsi¨®n de Iv¨¢n le sac¨® de sus dominios. Ten¨ªa tomada la medida al partido y al Bar?a no le son¨® la flauta por m¨¢s que Cruyff, en su ¨²ltimo recurso, introdujo a Salinas por si ten¨ªa disponible la ca?a. El Largo encontr¨® su terreno en los barullos del ¨¢rea y un disparo suyo, que rebot¨® en un defensa, termin¨® en el travesa?o.
El Bar?a de ayer no tuvo ni. f¨²tbol ni punter¨ªa. Era un completo fiasco aderezado de algunos detalles t¨¦cnicos para aliviar el escenario, pero carente de criterio, organizaci¨®n y sobre todo acierto. El amor propio era un ligero equipaje frente a una Real Sociedad que confi¨® a lo sencillo.
El caos se recondujo a sus t¨¦rminos naturales. Cuando la Real Sociedad alz¨® la voz en el griter¨ªo puso un cierto sentido al partido y distingui¨® los ecos con claridad. El Bar?a no dispon¨ªa de elementos ni condiciones defensivos. Con Koeman desasistido de Guardiola y Bakero, Anoeta se engrandeci¨® y los pasillos parec¨ªan avenidas.
Cruyff se desentendi¨® del conflicto y s¨®lo aport¨® m¨²sculo al centro del campo con la entrada de Nadal. El partido no cambi¨®. La Real Sociedad hall¨® caminos hacia el gol y le permiti¨® construir un engranaje en el centro del campo que s¨®lo Laudrup, acert¨® a destrozar. El esp¨ªritu agon¨ªstico del final s¨®lo salv¨® el honor azulgrana.
Un gol y s¨®lo un punto en tres salidas
El Bar?a ha comenzado de mala manera el purgatorio que debe pasar Romario. La baja obligada del brasile?o ha coincidido con uno de los bajones habituales de los azulgrana; este a?o, retrasado. La temporada pasada se produjo en diciembre; ¨¦sta, en enero. Excluyendo el 5-0 al Madrid, el primer mes del a?o ha sido inclemente para los de Cruyff. Tres encuentros ha jugado a domicilio y el saldo no puede ser m¨¢s r¨¢cano: un gol y un punto. Un resultado digno de los equipos que luchan para no descender. Comenz¨® 1994 con la derrota (2-0) en El Molin¨®n frente al Sporting. Despu¨¦s del par¨¦ntesis madridista, ¨²nica actuaci¨®n en el Camp Nou en lo que va de mes, lleg¨® el empate (0-0) de Sevilla, que cost¨® la expulsi¨®n de Romario. Y ayer marc¨® un gol. El Bar?a ha encontrado en este mes la regularidad pedida por Cruyff, pero no en el sentido deseado.
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