La tentaci¨®n del budismo, una religion sin dios
?Por qu¨¦ las ideas de tolerancia y serenidad del pr¨ªncipe Siddharta conquistan el Occidente del poscomunismo?
El budismo, la cuarta gran religi¨®n del mundo tras el cristianismo, el islamismo y el hinduismo, con 400 millones de seguidores, est¨¢ tentando a Occidente y empieza a preocupar a las autoridades cat¨®licas. "?Por qu¨¦ nos rob¨¢is tantas almas?", le ha preguntado recientemente al Dalai Lama el cardenal Lustiger, arzobispo de Par¨ªs.Seg¨²n los expertos en historia de las religiones, si el budismo fascina hoy al Occidente poscomunista no es ciertamente porque el filme de Bertolucci El peque?o buda haya puesto de moda la antiqu¨ªsima religi¨®n del pr¨ªncipe Siddharta, 500 a?os m¨¢s antigua que el cristianismo. Seg¨²n el soci¨®logo franc¨¦s Fr¨¦deric Lenoir, lo que atrae a nuestra neur¨®tica sociedad del budismo serio -no el de los charlatanes que lo degradan- es que ofrece "una religi¨®n que se preocupa por el bienestar de tu cuerpo, sin sentidos de culpa, al mismo tiempo que ofrece una espiritualidad profunda".
Ya el escritor Jorge Luis Borges hab¨ªa exaltado a Buda porque "no se hizo culpable de una guerra y porque ense?¨® a los hombres la serenidad y la tolerancia". Krishnamurti ha definido el budismo como "una tierra sin caminos". Eso es lo que fascina a la mayor parte de los personajes consultados para este reportaje: que sea una religi¨®n no impuesta, de absoluta tolerancia, sin dioses, sin dogmas, sin actos de fe y, por tanto, sin excomuniones ni anatemas.
Raimundo P¨¢nikkar, el gran experto en religiones orientales, que va a publicar El silencio de Dios, la respuesta de Buda, ha dicho a este diario que no tiene sentido preguntarse qu¨¦ significa el budismo para el hombre de hoy, porque, afirma, "para las religiones orientales no hay un hoy ni un ayer", y a?ade: "Hay que superar nuestro concepto occidental de historia, que conduce s¨®lo a Hiroshima o a los campos de exterminio".
Sin embargo, no son pocos los que afirman que parece que el budismo ha llegado "para quedarse en Occidente", ya que los problemas a los que se enfrenta nuestra sociedad del bienestar no son, como en la India o en el Tercer Mundo, de supervivencia , sino m¨¢s bien de tipo mental, emocional y espiritual". Quiz¨¢ no sea casual que en EE UU, donde, al parecer, el 50% de la poblaci¨®n se ve aquejada por enfermedades ps¨ªquicas, existan s¨®lo en California mill¨®n y medio de budistas en activo; la ciudad de Los ?ngeles cuenta ya con 300 templos dedicados a la religi¨®n de la serenidad".
De hecho, de todas las religiones que penetran en Occidente, el budismo es la que hoy m¨¢s atrae. Aunque Balthus, el mayor pintor con vida de este siglo, el m¨¢s misterioso y cotizado, a quien Picasso compr¨® uno de sus primeros cuadros en 1941, hoy en el Museo Matisse de Par¨ªs, ha dicho a EL PA?S que en realidad muchas de las esencias del budismo est¨¢n en el cristianismo de los grandes m¨ªsticos como Teresa de ?vila y Juan de la Cruz y que, por ejemplo, Francisco de As¨ªs no fue otra cosa que un verdadero "santo budista".
La religi¨®n sin Dios, que el a?o 563 antes de Cristo, seg¨²n la leyenda, introdujo con esc¨¢ndalo en una India obsesionada entonces por miles de dioses el pr¨ªncipe Gautama Siddharta, interesa hoy a personas de todas las categor¨ªas, en toda Europa, desde gente an¨®nima hasta personajes p¨²blicos como los pintores Balthus y T¨¤pies; el jugador de f¨²tbol, capit¨¢n de la Juventus, Roberto Baggio; o gente del espect¨¢culo como Richard Gere, Oliver Stone, Peter Coyote, Tina Turner, Ver¨®nica Forqu¨¦ y Nacho Cano, del grupo Mecano, entre otros muchos. Cano cuenta que empez¨® a hacer meditaci¨®n trascendental a los 15 a?os y que las pr¨¢cticas budistas de la meditaci¨®n inundan de felicidad y vitalidad su cuerpo. Aprecia a Buda porque, seg¨²n ¨¦l, vino a limpiar de paja la vieja religi¨®n hinduista que se hab¨ªa corrompido. "Yo no defiendo", dice, "mi budismo contra nada. Pienso que a Jesucristo lo mataron porque quiso cambiar la religi¨®n anquilosada de su tiempo, como Buda. Despu¨¦s tambi¨¦n le corrompieron su religi¨®n y ahora hay quien piensa que basta ir a, misa el domingo y despu¨¦s puedes ya joder a la gente".
Adaptaci¨®n cient¨ªfica
Del budismo, considerado tambi¨¦n la religi¨®n de la luz, que cuenta en su seno con m¨¢s de 300 variantes y otras tantas t¨¦cnicas de meditaci¨®n para conseguir penetrar en los misterios de la mente, lo que quiz¨¢ m¨¢s extra?a a quienes desconocen su historia milenaria es que se trata de la religi¨®n o filosof¨ªa, o forma de vida, m¨¢s consonante con la ciencia. Han sido -y lo siguen siendo hoy- los grandes f¨ªsicos y bi¨®logos quienes m¨¢s se interesaron por las ense?anzas de Buda. Lo hab¨ªa afirmado ya el padre de la relatividad, Albert Einstein, cuando dijo: "El budismo es la religi¨®n m¨¢s compatible con las exigencias cient¨ªficas modernas". Y es que, por ejemplo, la f¨ªsica cu¨¢ntica est¨¢ demostrando lo que el budismo hab¨ªa intuido hace ya m¨¢s de 2.000 a?os: la falta de realidad ¨²ltima de la materia, afirma Antonio M¨ªnguez, presidente de la Federaci¨®n Budista Espa?ola. Tambi¨¦n para Antonio T¨¤pies "han sido, curiosamente, los cient¨ªficos quienes nos han alertado a nosotros los occidentales de que la m¨ªstica budista y sus intuiciones son importantes para la ciencia, ya que hab¨ªan precedido en siglos a la ciencia moderna".Una de las im¨¢genes que Ren¨¦e Weber, la amiga de los grandes cient¨ªficos de este siglo, usa para explicar lo que sucede en el mundo misterioso del budista es precisamente la de la desintegraci¨®n del ¨¢tomo. Al igual, dice, que el f¨ªsico ha conseguido liberar la "fuerza fuerte" del ¨¢tomo, as¨ª el budismo, a trav¨¦s de la pr¨¢ctica m¨ªstica de la meditaci¨®n, consigue liberar en el interior de la persona humana "elevados estados de energ¨ªa". La diferencia es que mientras el f¨ªsico libera la fuerza del ¨¢tomo s¨®lo como espectador, el budista que desencadena la energ¨ªa interior del esp¨ªritu se desintegra ¨¦l tambi¨¦n. De ah¨ª la necesidad de que ese formidable, misterioso y apasionante proceso sea guiado por un sabio o gu¨ªa espiritual para que no pueda acabar desembocando en locura.
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