"Somos una uni¨®n y no s¨®lo una zona o de libre comercio"
El comisario de Comercio Exterior de la Uni¨®n Europea (UE), Leon Brittan, llega hoy a Madrid con el buen sabor de un ¨¦xito reciente en las negociaciones de la Ronda Uruguay del GATT. Este ex ministro de Industria de Margaret Thatcher, y luego celos¨ªsimo comisario de la competencia, se ha labrado una fama de hombre a la vez duro, eficaz y dialogante, y ha conseguido que su nombre se, halle ahora en todas las listas para suceder a Jacques Delors en la presidencia de la Comisi¨®n. Su viaje a Madrid, donde se entrevistar¨¢ con el presidente del Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez, y con Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, ha sido interpretado por muchos como el inicio de la campa?a electoral.Pregunta. ?Est¨¢ usted encampana para la presidencia de la Comisi¨®n?
Respuesta. No estoy en campa?a electoral porque no se decide en unas elecciones. Son los jefes de Gobierno quienes lo deciden. No es ning¨²n secreto que el Gobierno brit¨¢nico est¨¢ favoreciendo mi candidatura. Ser¨ªa para m¨ª un honor y una satisfacci¨®n recibir el apoyo de los Gobiernos de la Comunidad. Por supuesto, todo el mundo sabe que mis puntos de vista no son los mismos que los del Gobierno brit¨¢nico.
P. Entonces, su viaje a Madrid tiene como objetivo dar a conocer sus ideas para el caso de una candidatura a la presidencia.
R. No, el principal objetivo de mi viaje es otro. Durante los ¨²ltimos meses, mientras estuve dirigiendo la negociaci¨®n de la Ronda Uruguay del GATT, he tenido que viajar a Estados Unidos y a Jap¨®n varias veces. Ahora es natural que quiera viajar a los pa¨ªses de la Uni¨®n Europea para explicar los acuerdos del GATT y ver sus desarrollos posteriores. L¨®gicamente mi objetivo es tambi¨¦n exponer mis ideas sobre los asuntos corrientes de la Uni¨®n Europea.
P. Usted y Mickey Kantor han presentado muy bien el acuerdo final del GATT, pero el acuerdo sobre servicios est¨¢ vac¨ªo. Los audiovisuales han quedado exclu¨ªdos. Se dir¨ªa que es como el Tratado de Maastricl¨ªt, con m¨¢s excepciones que reglas.
R. No acepto esta descripci¨®n y no reconozco este an¨¢lisis porque no es correcto. En el sector de los servicios hemos establecido reglas estrictas que son muy ¨²tiles para Europa. En audiovisuales ten¨ªamos una demanda insistente por parte de Estados Unidos para que desmantel¨¢ramos la limitada protecci¨®n que tenemos para nuestra cultura y nos comprometi¨¦ramos a no avanzar m¨¢s. No hemos desmantelado nuestro sistema de protecci¨®n y no nos hemos comprometido para el futuro ni impuesto la obligaci¨®n de hacerlo. Creo que en este aspecto, la Comunidad puede estar muy satisfecha. De forma m¨¢s general, ¨¦ste es el mayor desmantelamiento de barreras arancelarias y no arancelarias de la historia. Por eso no se puede decir que es una carcasa vac¨ªa.
P. Pero s¨ª en los servicios.
R. Tampoco es verdad en los servicios. Hay que observar la globalidad del acuerdo, que signif¨ªca una amplia reducci¨®n de aranceles y la eliminaci¨®n de muchas barreras. Las reglas de funcionamiento del sistema comercial quedan reforzadas, lo cual impide que los norteamericanos o quien sea tome medidas unilateralmente. Crearemos una organizaci¨®n mundial de comercio, preocupaci¨®n central de la UE que contaba con la resistencia de Estados Unidos. Todo esto se ha conseguido, incluyendo en ello el campo de los servicios, en algunos casos mediante acuerdos espec¨ªficos y en otros mediante acuerdos sobre el marco de negociaci¨®n dentro de unas nuevas reglas.
P. Perd¨®neme que le contradiga. Usted y Kantor tomaron la negociaci¨®n en un momento en que se trataba de evitar la cat¨¢strofe, y lo consiguieron. Pero no puede negar que buen n¨²mero de los cap¨ªtulos han quedado aparcados y no se han satisfecho las expectativas que se hab¨ªan creado.
R. Es la primera vez que se incluyen los servicios en un acuerdo internacional, por eso no es extra?o que los acuerdos no sean tan espectaculares como se esperaba. Hay que tener en cuenta tambi¨¦n lo conseguido m¨¢s all¨¢ de las mercanc¨ªas, en protecci¨®n de propiedad intelectual, especialmente importante para Europa. Pero insisto que no es verdad que no haya contenido en los servicios. Se han hecho muchos progresos y es verdad que se podr¨ªan haber hecho muchos m¨¢s.
P. ?Considera ahora prioritario atacar el dumping social y ecol¨®gico, tal como piensan Clinton y Delors, por ejemplo?
R. La prioridad es cumplirlas formalidades de la Ronda Uruguay, aplicarla y entrar en di¨¢logo con los industriales europeos para ver c¨®mo puede sacarse el m¨¢ximo beneficio. Y despu¨¦s, viene la apertura de nuevas ¨¢reas de negociaci¨®n. Una de las primeras es la relaci¨®n entre comercio y medio ambiente, sin duda. Otra, las reglas de la pol¨ªtica de competencia en la medida en que puede perturbar el comercio. Y otra m¨¢s, las cuestiones sociales. En realidad no hay desacuerdos sobre la cuesti¨®n del dumping social. Hay que distinguir lo que tiene que ver con los derechos humanos, como es el comercio derivado de la actividad de los presos o de ni?os, de las cuestiones econ¨®micas. En las cuestiones relacionadas con el coste de la mano de obra-debemos ser muy cuidadosos. Si seguimos seg¨²n qu¨¦ criterio, Espa?a no podr¨ªa, por ejemplo, exportar a otros pa¨ªses europeos debido al coste m¨¢s bajo de su mano de obra.
P. Hay un cierto temor en los pa¨ªses del sur a una p¨¦rdida de peso e influencia. ?Cree usted que est¨¢ fundamentado?
R. Hay dos cuestiones distintas en su pregunta. Una es el objetivo en el que debe concentrarse ahora la Comunidad y la otra los derechos y la influencia de los pa¨ªses concretos. La Comisi¨®n ha apoyado tradicionalmente a los pa¨ªses peque?os y creo que es justo que siga haci¨¦ndolo. Pero Espa?a no es un pa¨ªs peque?o. Es un pa¨ªs grande e influyente, y yo dir¨ªa, incluso, de influencia creciente en todos los campos, por lo que no veo que deba tener preocupaci¨®n por el lado de la p¨¦rdida de influencia como pa¨ªs del sur. El otro problema es en qu¨¦ debe concentrarse ahora la UE. Creo que es all¨ª donde se han producido los mayores cambios con el fin del comunismo. Debe haber, evidentemente, un equilibrio respecto a los pa¨ªses del sur, equilibrio que debe significar un mayor desarrollo de las pol¨ªticas mediterr¨¢neas propias y un especial cuidado en las relaciones con los pa¨ªses del sur del Mediterr¨¢neo. No como se dice para parar la inmigraci¨®n hacia Espa?a o hacia donde sea. Es una cuesti¨®n m¨¢s amplia que todo esto. No quiero manifestar mi desacuerdo con las actuales pol¨ªticas, pero s¨ª apoyar fuertemente un equilibrio de pol¨ªticas que se dirijan tambi¨¦n al norte de ?frica.
P. El peso de Espa?a en las instituciones europeas es menor a lo que corresponder¨ªa por su tama?o, principalmente en puestos clave si se compara con pa¨ªses como Francia o Alemania q ue han protagonizado la construcci¨®n europea. ?Cree que deben cambiar las cosas en los pr¨®ximos a?os?
R. Curiosamente el Reino Unido comparte esta misma impresi¨®n. Esto no sucede porque exista una discriminaci¨®n desleal en relaci¨®n a ciertos pa¨ªses. Es una consecuencia de la historia y de las culturas y tradiciones nacionales. Debemos animar a la gente de los pa¨ªses menos representados a presentar sus candidaturas y luego hay que apoyarles para compensar la actual situaci¨®n.
P. Usted se presenta como un comisario perfectamente ortodoxo respecto al marco institucional actual y dice que no est¨¢ de acuerdo con el Gobierno brit¨¢nico, pero ¨¦ste le apoya en su candidatura. ?Es usted el candidato antifederal?
R. No se pueden identificar mis posiciones con las del Gobierno brit¨¢nico. He sido un expl¨ªcito y persistente entusiasta de la uni¨®n econ¨®mica y monetaria. Creo que es deseable econ¨®micamente y que constituye un aspecto b¨¢sico de la integraci¨®n europea. No es ning¨²n secreto y no soy yo quien debe explicar por qu¨¦ el Gobierno me apoya mas o menos. No he cambiado tampoco mis puntos de vista ni pienso cambiarlos. Asuma o no nuevas responsabilidades, s 9uir¨¦ trabajando para la creaci¨®n de la moneda ¨²nica y de la UEM como lo he hecho hasta ahora.
P. ?Como explicar¨ªa entonces sus matices al proyecto brit¨¢nico de un vasto espacio comercial en el que ustedes ocupar¨ªan lugar central?
R. No, no. Quiz¨¢ es el prop¨®sito de algunos, pero no el de John Major. La visi¨®n del Gobierno brit¨¢nico, que yo comparto, es que la Comunidad es ahora una uni¨®n y no s¨®lo una zona de libre comercio.
P. Pero el propio Delors ha dicho que est¨¢ triunfando la concepci¨®n brit¨¢nica y retrocediendo la franco-alemana de una Europa m¨¢s federal y unida.
R. No creo que pueda plantearse el futuro de la construcci¨®n de Europa como una cuesti¨®n, entre dos polos. Hay muchas posiciones matizadas y no es adem¨¢s cuesti¨®n de dividir Europa de nuevo en dos bloques.
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