La gravedad del desempleo de larga duraci¨®n
y GUILLERMO DE LA DEHESACuando los trabajadores est¨¢n desempleados durante largo tiempo, su cualificaci¨®n se erosiona, se desaniman y dejan de buscar trabajo seriamente, y, al mismo tiempo, los empresarios se muestran reacios a contratarles. Por estas razones est¨¢n en clara desventaja en el mercado laboral. La pol¨ªtica actual de desempleo se limita, fundamentalmente, a protegerles mediante una prestaci¨®n y un subsidio por desempleo relativamente elevados. Ahora bien, cuando estos desempleados encuentran trabajo, sus prestaciones de paro son retiradas y deben pagar impuestos y contribuciones. Esta pol¨ªtica claramente les desanima a buscar trabajo, de ah¨ª que en Espa?a los parados de larga duraci¨®n, es decir, aquellos que llevan un a?o o m¨¢s de b¨²squeda de empleo, se acerquen a 1,7 millones, es decir, casi la mitad del desempleo total.Esta pol¨ªtica de desempleo ayuda a explicar no s¨®lo, por qu¨¦ el desempleo es tan alto durante los periodos de recesi¨®n -cuando la rentabilidad esperada por la b¨²squeda de trabajo es baja en relaci¨®n con el tama?o de la prestaci¨®n por desempleo-, pero tambi¨¦n por qu¨¦ es tan persistente. Cuando se recompensa el desempleo (a trav¨¦s de contribuciones sociales e impuestos), inconscientemente se mantiene a los desempleados de larga duraci¨®n desincentivados para competir por los puestos de trabajo y, adem¨¢s, fuera del proceso de determinaci¨®n de salarios. El resultado es que su desempleo hace muy poco por disminuir los salarios reales o por aumentar el incentivo para que las empresas les contraten.
La soluci¨®n m¨¢s sencilla para este dilema es reemplazar la actual pol¨ªtica que ayuda al desempleo por otra que estimule el empleo. Nuestra propuesta, que se podr¨ªa llamar Programa de Transferencia de las Prestaciones por Desempleo (PTPD), est¨¢ justamente dise?ada para alcanzar dicho objetivo. Consiste en dar al desempleado de larga duraci¨®n la opci¨®n voluntaria de usar el dinero que recibe por cobertura de desempleo para ofrecer una subvenci¨®n de su salario a las empresas que le contraten. La subvenci¨®n salarial podr¨ªa alcanzar, como m¨¢ximo, hasta el importe equivalente a la prestaci¨®n o el subsidio por desempleo de la persona desempleada que optara por dicho programa, y ser¨ªa tanto mayor cuanto m¨¢s tiempo llevara desempleada.
La idea b¨¢sica es simple. La importante cantidad que el Gobierno gasta en la cobertura de desempleo puede tener un efecto alternativo muy substancial en la creaci¨®n de empleo si se ofrece a los empresarios como subvenci¨®n de nuevo empleo. Al ser el programa totalmente voluntario, el desempleado puede suscribirlo solamente si considera que le es beneficioso. En condiciones normales, muchos desempleados de larga duraci¨®n mejorar¨ªan su situaci¨®n, dado que los salarios que recibir¨ªan podr¨ªan ser significafivamente m¨¢s altos que su prestaci¨®n por desempleo y mucho m¨¢s elevados que su subsidio por desempleo. Al mismo tiempo, los empresarios s¨®lo se acoger¨ªan al programa si lo encontraran rentable. L¨®gicamente, muchos empresarios lo aceptar¨ªan, ya que las subvenciones de los salarios podr¨ªan reducir significativamente sus costes de personal. En definitiva, los desempleados recibir¨ªan sustancialmente m¨¢s de lo que ingresan por sus prestaciones o subsidios por desempleo, y los empresarios se encontrar¨ªan pagando considerablemente menos salarios por cada nuevo empleado que contrataran. La diferencia reside en que la cobertura de desempleo ha sido transferida a subvenciones de nuevo empleo.
Tambi¨¦n el Estado sale ganando, ya que cuando los desempleados reciben la prestaci¨®n o el subsidio por desempleo, el Estado carga en solitario con los gastos ocasionados por dicho subsidio. Pero cuando se transfieren para subvencionar el empleo, el Estado comparte su coste con las empresas que contratan a los desempleados, mediante contribuciones e impuestos del trabajador y de la empresa.
En muchos de los pa¨ªses de la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®mico (OCDE) el programa del subsidio transferido podr¨ªa tener un considerable efecto en el empleo. Consideremos el caso de Espa?a. Para el Estado espa?ol el coste medio de una persona desempleada es cercano al 65% de. su salario medio (70% los primeros seis meses y 60% en adelante). Si todo este coste se transfiriera a subvenciones de empleo, la subvenci¨®n podr¨ªa llegar al 65% del salario de los nuevos contratados. Supongamos, haciendo una previsi¨®n muy pesimista, que s¨®lo el 30% de dicho 65% supone, al final, una subvenci¨®n real del coste salarial de las empresas, ya que el resto no afecta directamente al coste por distintas contingencias. Por ejemplo, tener el nuevo empleado menor productividad que el empleado medio, o haberse empleado a una persona que se hubiera empleado en cualquier caso sin necesidad de subvenci¨®n, o haberse dado un desplazamiento de otro empleado en la misma empresa para emplear al desempleado de larga duraci¨®n, o haber desplazado su empleo a otro en otra empresa. De todas maneras, algunas de estas contingencias se evitar¨ªan con cierto control, como, por ejemplo, no dejando que las empresas que han despedido en los ¨²ltimos meses puedan ahora acogerse a este sistema.
Por tanto, la media de la subvenci¨®n llegar¨ªa a cerca del 20% (es decir, el 30% del 65%). Esta subvenci¨®n tendr¨ªa poco efecto en la determinaci¨®n global de los salarios, ya que, por un lado, una tensi¨®n en el mercado de trabajo podr¨ªa incrementar las posiciones negociadoras de los sindicatos, pero, por otro, las subvenciones salariales mejorar¨ªan tambi¨¦n las posiciones de las compa?¨ªas. As¨ª, un 20% de subvenci¨®n se podr¨ªa traducir, realmente, en un 20% de bajada en los costes laborales. Las estimaciones est¨¢ndar sobre la elasticidad del empleo espa?ol a corto plazo (realizadas por Layard, Bentolilla y Dolado) apuntan a un valor cercano a 0,5, lo que nos conduce a esperar que un 20% de disminuci¨®n en dichos costes salariales podr¨ªa incrementar el empleo en aproximadamente un 7,5% -ya que los costes salariales son a su vez alrededor del 75% de los costes laborales totales-, lo que podr¨ªa resultar en una reducci¨®n del desempleo de larga duraci¨®n desde 450.000 hasta 900.000 personas, es decir, cerca del 60% del total de dichos desempleados.
El programa podr¨ªa, por tanto, dar al Gobierno un instrumento fundamental para reducir radicalmente el desempleo de larga duraci¨®n. El PTPD contribuir¨ªa, asimismo, a igualar las oportunidades de empleo de los desempleados ofreciendo mayores subvenciones salariales a las personas que han estado desempleadas m¨¢s tiempo.
Podr¨ªa, adem¨¢s, reducir el paro sin estimular la inflaci¨®n. Dado que el desempleado de larga duraci¨®n no tiene un impacto notorio en la inflaci¨®n salarial, el programa no ser¨ªa inflacionista.
El programa tampoco aumentar¨ªa el coste para el Estado, ya que el dinero de las subvenciones al empleo ser¨ªa como m¨¢ximo el mismo que el de las prestaciones y subsidios por desempleo.
Podr¨ªa convertirse tambi¨¦n en un nuevo estabilizador autom¨¢tico, ya que, cuando la econom¨ªa se aleja de la recesi¨®n, el n¨²mero de desempleados disminuye, reduciendo el gasto de prestaci¨®n y subsidio de desempleo y con ello los fondos disponibles para las subvenciones al empleo. De esta manera, el programa puede proporcionar mayores subvenciones al empleo cuando el desempleo est¨¦ en si cota m¨¢s elevada, y puede, autom¨¢ticamente, escalonar su desaparici¨®n seg¨²n la econom¨ªa se vaya acercando al empleo pleno.
Por ¨²ltimo, el programa podr¨ªa desempe?ar un papel equilibrador a la hora de afrontar los problemas de paro regional. Si el programa funciona a nivel nacional, las regiones con alto desempleo de larga duraci¨®n pueden tener una alta proporci¨®n de trabajadores con subvenci¨®n, generando un incentivo para que las empresas se trasladen a dichas zonas.
El programa podr¨ªa tambi¨¦n representar un medio eficaz para mejorar la formaci¨®n y reciclaje de los desempleados de larga duraci¨®n. Concretamente, las empresas recibir¨ªan unas subvenciones salariales m¨¢s generosas cuando demuestren que las est¨¢n utilizando en programas de formaci¨®n. Las empresas, naturalmente, s¨®lo dar¨ªan formaci¨®n a estos nuevos empleados si tienen intenci¨®n de conservarlos despu¨¦s de que finalicen las subvenciones. As¨ª, las ofertas de trabajo bajo el PTPD se acompa?ar¨ªan con la perspectiva de una cierta carrera en la empresa, que es algo que no ofrecen los actuales programas de formaci¨®n del Gobierno.
Adem¨¢s, los programas existentes tambi¨¦n corren el riesgo de ser inapropiados para las diversas oportunidades de trabajo potenciales de los desempleados, mientras que con nuestra propuesta, l¨®gicamente, las empresas pueden proporcionar la formaci¨®n m¨¢s adecuada para los puestos de trabajo disponibles. Por ¨²ltimo, hay que considerar que los programas de formaci¨®n actuales son costosos y ¨¦ste puede resultar gratis.
Dado que el programa de transferencia de la prestaci¨®n del subsidio por desempleo no aumenta el coste, es voluntario y no es inflacionista, no se corren riesgos por ponerlo e pr¨¢ctica. Dada nuestra actual situaci¨®n recesiva, con un paro creciente, es un tema de urgencia considerable, especialmente si se tiene en cuenta que si los desempleados de larga duraci¨®n se mantienen sin atractivo para sus potenciales empresarios, entonces, cuando superemos la recesi¨®n y la demanda aumente, gran parte del est¨ªmulo se dirigir¨¢ hacia una elevaci¨®n de salarios en vez de hacia un crecimiento del empleo. Si esto ocurre, los Gobiernos intentar¨¢n amortigua la tensi¨®n inflacionista correspondiente a trav¨¦s de una pol¨ªtica monetaria y fiscal restrictiva, afectando a la creaci¨®n de empleo en un momento en que el desempleo es todav¨ªa muy alto. As¨ª es que ahora es el momento para tomar iniciativa respecto del desempleo de larga duraci¨®n, reduci¨¦ndolo para conseguir que se cree empleo cuando aumente la demanda de trabajo en el futuro. El Programa de Transferencias de las Prestaciones por Desempleo representa una aportaci¨®n, creemos que v¨¢lida, en esta direcci¨®n.
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