La participaci¨®n de los estudiantes en la Universidad es m¨ªnima, seg¨²n sus profesores

La participaci¨®n de los alumnos en la Universidad est¨¢ bajo m¨ªnimos y el n¨²mero de alumnos por aula frustra cualquier intento de poder formar buenos profesionales. En paralelo, las instituciones no estimulan la labor docente ni apoyan la investigaci¨®n. As¨ª ven 4.000 profesores de 13 universidades el panorama de la ense?anza superior espa?ola. El estudio, una s¨ªntesis de tres an¨¢lisis realizados desde al curso 1986-1987, refleja asimismo que la colaboraci¨®n entre profesores en los departamentos deja bastante que desear y que no existe una programaci¨®n docente coordinada.

Los encuestados, que arremeten tambi¨¦n contra los sistemas de selecci¨®n y promoci¨®n del profesorado, s¨ª se sienten satisfechos, sin embargo, con la libertad de expresi¨®n de que disfrutan cuando imparten su asignatura. "Pero la valoraci¨®n en cuanto al est¨ªmulo docente e investigador por parte de las instituciones universitarias es negativa y concordante en los tres estudios", destaca Juan Fern¨¢ndez, experto en evaluaci¨®n, profesor de Psicolog¨ªa Evolutiva de la Universidad Complutense y autor de la s¨ªntesis que recoge los resultados de 1986/87 entre 800 profesores de 11 universidades; 1989/ 90, entre 2.547 de la Universidad Complutense, y 1992/93, entre 655 profesores de la de Oviedo.Esta radiograf¨ªa descriptiva de la realidad universitaria percibida por los profesores es1a m¨¢s actualizada y completa. En los tres estudios se han aplicado seis bloques con un total de 59 elementos a calificar por los encuestados entre 1 y 7. El cuatro supone el cl¨¢sico aprobado.

Aunque los consultados salvan tambi¨¦n de la quema el funcionamiento de las secretar¨ªas y de los decanatos de las facultades, el panorama hace "que sea dif¨ªcil esperar cosas buenas", afirma Juan Fern¨¢ndez. "Si no se corrigen las condiciones de la investigaci¨®n y la docencia, es dif¨ªcil esperar una productividad satisfactoria por parte de nuestras instituciones universitarias; salvo por el propio voluntarismo de los profesores".

El clima de cooperaci¨®n en el seno de los distintos departamentos tampoco ha conseguido llegar a la media (entre 3,3 y 3,5). Si bien los profesores contestan a la baja cuando se les pregunta si se sienten estimulados por las instituciones en su labor docente e investigadora, reconocen, sin embargo, que sus compa?eros no representan precisamente una ayuda: suspendidos los colegas con un 3,6 en cuanto al apoyo al trabajo investigador y en comunicaci¨®n acad¨¦mica entre los miembros de un mismo departamento 3,8). En Oviedo la calificaci¨®n n este apartado baja incluso hasta el 3, 1.

Los encuestados rechazan as f¨®rmulas para llegar a profesor titular o catedr¨¢tico (entre 2,6 y 2,7) y consideran incorrectos los sistemas de control de la actividad docente (2,8).

Se mantienen por debajo de a media aspectos como las condiciones materiales en las que los profesores realizan su trabajo, la cantidad de tiempo de que disponen para investigar y las posibilidades financieras para desarrollar proyectos cient¨ªficos. Los profesores tambi¨¦n est¨¢n descontentos con la actitud de la sociedad hacia su labor universitaria y reflejan de nuevo su oposici¨®n a la masificaci¨®n de las aulas que dificulta formar futuros profesionales".

Suspenso a los alumnos

Los profesores suspenden tambi¨¦n a sus alumnos en materia de participaci¨®n activa -discusi¨®n de temas, propuestas de trabajos, intervenciones cr¨ªticas, actividades...- (entre 2,9 y 3,6) y a su inter¨¦s por la mater¨ªa impartida (4,4 y 4,6). "Es una realidad", dice Juan Fern¨¢ndez, "y es preocupante. Los alumnos cada vez participan menos en la vida universitaria, sin que esto signifique culpabilizar a nadie, porque habr¨ªa que preguntarse si el sistema de clase magistral propicia o no ese desinter¨¦s del alumnado".

Los profesores califican muy alto cualquiera de los aspectos que tienen que ver con el intercambio con sus pupilos: reconocen que sus alumnos se interesan por la asignatura (entre 4,4 y 4,6) y tienen en cuenta su opini¨®n sobre la docencia (4,8) y para establecer la metodolog¨ªa de sus clases (512). Los profesores acomodan su docencia a las peculiaridades de cada grupo de estudiantes (5,3) y reconocen que el trabajo de sus alumnos se ajusta a las demandas de la asignatura (entre 4,2 y 4,5), pero los disc¨ªpulos consultan poco las dudas.