La polic¨ªa sorprende al 'maestro de los butrones' en plena faena
A sus 66 a?os, Arturo G¨®mez Vidal, don Arturo se resisti¨® a darse por jubilado. Junto a Francisco Mart¨ªn G¨®mez, tambi¨¦n de, 66 a?os, perpetr¨® un ¨²ltimo golpe en lo que est¨¢ considerado como el m¨¢ximo especialista: el robo por butr¨®n (agujero). La veterana pareja de ladrones fue detenida este domingo cuando estaba a punto de desvalijar la Asociaci¨®n de Empresarios Pasteleros. No ofrecieron resistencia. Arturo G¨®mez Vidal, rey y maestro de butroneros, nunca llev¨® armas. Su ¨²ltimo robo fue en 1986, en el Banco Santander de la plaza de Cascorro. El bot¨ªn: 2.000 millones de pesetas.
Los archivos policiales guardan buena memoria de G¨®mez Vidal. Nacido en Madrid hace 66 a?os, inici¨® su historial delictivo en 1959, con un hurto con fuerza. Fue el primer paso de quien llegar¨ªa a convertirse en don Arturo, el rey de los butroneros. M¨¢s de 18 antecedentes, sin violencia ni sangre, certifican su ascenso.
La gran especialidad de Vidal G¨®mez es el butr¨®n de alcantarrilla, considerado por la polic¨ªa el de mayor complejidad de toda la gama de robos. Entre sus ¨²ltimos golpes con este m¨¦todo figura un butr¨®n en 1986, en la sucursal del Banco Santander en la plaza de Cascorro. En aquella ocasi¨®n actu¨® junto a Los Antoninos, una familia de mercheros [grupos de vendedores ambulantes] especializada en reventar cajas fuertes. El bot¨ªn ascendi¨® a 2.000 millones de pesetas, que la Brigada de la Polic¨ªa Judicial de Madrid descubri¨® emparedados en una casa de Valencia. La banda cay¨® al completo.
Pero G¨®mez Vidal no tard¨® en abandonar las rejas. El robo por butr¨®n, al carecer de intimidaci¨®n o violencia, es de los menos penados.
La detenci¨®n, con todo, fue un "golpe moral" para don Arturo, seg¨²n fuentes cercanas a la investigaci¨®n. Busc¨® dinero por otras v¨ªas m¨¢s r¨¢pidas. Al poco de salir de prisi¨®n fue nuevamente arrestado: se le detuvo con medio kilo de hero¨ªna escondida en almendras.
El siguiente butr¨®n conocido, el pasado 5 se octubre, se produjo en una sucursal del Banco Central, ubicada en el paseo de Santa Mar¨ªa de la Cabeza, 2. Un error de c¨¢lculo dio al traste con el robo. El t¨²nel, en vez de abocar a la caja blindada, desemboc¨® en un s¨®tano. Las huellas dejadas, sin embargo, llevaron a la polic¨ªa a sospechar que detr¨¢s del robo frustrado se ocultaba don Arturo. Su forma de operar y la limpieza de sus butrones, calificados de inconfundibles por la polic¨ªa, le delataron.
Hace un mes se supo que iba a dar otro golpe. Esta vez, con otro veterano: Francisco Mart¨ªn G¨®mez. Ocho agentes de la Secci¨®n 10 -robos a establecimientos- de la Polic¨ªa Judicial emprendieron el seguimiento. D¨ªa y noche.
El pasado s¨¢bado, don Arturo y su colega se sumergieron en las alcantarrillas de Madrid. Un laberinto de 3.000 kil¨®metros que, seg¨²n los investigadores, G¨®mez Vidal conoce palmo a palmo. Casi tan bien como desconectar alarmas y descubrir el flanco d¨¦bil de una c¨¢mara acorazada.
Desde el subsuelo, agujere¨® hasta llegar a un almac¨¦n contiguo al edificio de la Asociaci¨®n de Empresarios Pasteleros. De all¨ª horad¨® hasta las oficinas. Sobre la una de la madrugada del domingo salieron por un edificio en obras de la calle de Bernardino Obreg¨®n. Se dirig¨ªan al coche a buscar el instrumental fino capaz de forzar la caja fuerte. Al entrar en el veh¨ªculo, los agentes les detuvieron. Llevaban en la mano varias bolsas con herramientas y gatos hidr¨¢ulicos -empleados para reventar paredes-.
No se mostraron sorprendidos. Y es que a Arturo Vidal G¨®mez siempre le ha perseguido la "mala suerte", seg¨²n la polic¨ªa. M¨¢s de una vez, a la hora de repartir el bot¨ªn, le han traicionado sus compinches m¨¢s j¨®venes. Este hecho, aventuran fuentes cercanas a la investigaci¨®n, explican por qu¨¦ decidi¨® dar su ¨²ltimo golpe unto a alguien de confianza.
Vieja escuela
Arturo G¨®mez Vidal es considerado un delincuente de la vieja escuela. En sus butrones jam¨¢s ha portado armas.
Conocido por su memoria de las alcantarrilas y su habilidad con las herramientas, don Arturo ha creado escuela entre los butroneros, a los que, siempre seg¨²n fuentes cercanas a la investigaci¨®n, ha ense?ado el oficio. Los butrones con lanza t¨¦rmica -soplete capaz de fundir c¨¢maras acorazadas- surgieron en Italia hacia los a?os setenta.
Fueron importadas de la mano de los quinquis [merchero delincuente], quienes las utilizaron contra las estafetas de Correos. "Sin odio, sin violencia, sin armas". As¨ª defini¨® el butr¨®n el especialista de Niza (Francia) Albert Spaggiari. Pero su mayor atractivo para los delincuentes reside en el alto bot¨ªn. Y el precio, en condena judicial, no sobrepasa los seis a?os.
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