Obiols y Serra, felipismo en dos tonalidades
El Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) abre hoy su congreso un mes antes de que el PSOE celebre el suyo. Despu¨¦s del congreso federal vendr¨¢ la cascada de congresos regionales, en los que cada federaci¨®n acomodar¨¢ sus programas a lo que haya decidido el partido. Pero el PSC no es una federaci¨®n regional, es un partido federado. Se fija sus propios calendarios, detalle que no es accesorio. Tiene sus propios objetivos. Y uno de ellos, muy ambicioso, es ser elemento modernizador del PSOE. En el PSC hay una aspiraci¨®n fundacional a ser laboratorio de ideas del socialismo espa?ol.En la concepci¨®n de partido que Raimon Obiols lleva desde hace d¨¦cadas en la cabeza, el PSC debe distinguirse, precisamente, por ser una avanzada en, por lo menos, dos ¨¢mbitos. Uno, el debate, vivo en Espa?a desde hace siglos, sobre la organizaci¨®n del Estado. Lo que podr¨ªamos llamar la cuesti¨®n nacional. 'El otro, la readaptaci¨®n del viejo ideario del socialismo. Recu¨¦rdese: del PSC era la f¨®rmula que en 1979 permiti¨® al PSOE abandonar el marxismo sin que esa decisi¨®n abocara a una ruptura.
Para llevar a cabo esta funci¨®n es absolutamente necesario, en la concepci¨®n de Obiols, que el PSC act¨²e con relaci¨®n al PSOE como un todo, dentro de lo que eso es posible en un partido que aspira a ser democr¨¢tico. Consecuencia ineludible de esa premisa es que el PSC, y en especial sus figuras m¨¢s conocidas, no debe involucrarse en las pugnas entre corrientes que en cualquier momento se den en el socialismo espa?ol. Obiols ha cre¨ªdo siempre que para conseguir que las aportaciones del PSC prosperen y se conviertan en doctrina del socialismo espa?ol, en pol¨ªtica pr¨¢ctica, en obra de gobierno, el PSC debe estar en la mayor¨ªa del PSOE. No en una corriente, aunque fuera muy potente, En la pol¨ªtica de Obiols como primer secretario del PSC, la posici¨®n que su partido ocupe en el contexto socialista espa?ol es un asunto estrat¨¦gico. Decisivo. Capital. De ello depende todo lo dem¨¢s.
Pues bien, este dise?o estrat¨¦gico ha sido roto en el ¨²ltimo a?o y medio por importantes dirigentes del PSC, sobre todo por Narc¨ªs Serra, vicepresidente del Gobierno, y Josep Mar¨ªa Sala, secretario de organizaci¨®n y miembro de la ejecutiva federal del PSOE. Y, tras ellos, por otros dirigentes de menor relieve.
Serra y Sala se han lanzado con empe?o a la batalla que se ha librado en el PSOE para reducir el poder de Alfonso Guerra y su gente. Creyendo probablemente que interpretaban una voluntad de Felipe Gonz¨¢lez, pero contra la voluntad de su primer secretario, se han identificado como una parte m¨¢s -y extrema, por a?adidura- de la heterog¨¦nea coalici¨®n de renovadores enfrentada al guerrismo.
Al final ha resultado, sin embargo, que Felipe Gonz¨¢lez se ha situado tambi¨¦n por encima de las fracciones. "Yo no soy el jefe de los renovadores", dijo. Y coloc¨® a Obiols junto a Jos¨¦ Mar¨ªa Maravall en el reducido n¨²cleo elaborador de la l¨ªnea pol¨ªtica y estrat¨¦gica del PSOE.
Pero estos avatares han roto los equilibrios en la direcci¨®n del PSC. Antes era posible o¨ªr a Llu¨ªs Armet, integrante del n¨²cleo obiolista, que el gran capital del PSC era que ten¨ªa un grupo dirigente "en el que uno se dejar¨ªa cortar la mano por el otro". Eso ya no existe. Ahora es posible o¨ªr decir a Sala que "hay un desencuentro entre el primer secretario y el 80% del partido".
El congreso va a intentar recomponer los platos rotos. Va a intentar que se hable de renovaci¨®n como algo distinto a una bandera de fracci¨®n.
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