Los ni?os espa?oles podr¨¢n ser registrados con nombres extranjeros

Los padres espa?oles no tendr¨¢n ning¨²n impedimento para registrar a sus hijos con el nombre de John, Paul y Dawn, aunque su correspondiente en el santoral castellano sean Juan, Pablo o Aurora, en caso de que prospere un proyecto de ley aprobado por el Consejo de Ministros de ayer. Dicho texto califica de "regla perturbadora" y "limitaci¨®n exagerada" la exigencia impuesta, por la actual legislaci¨®n de que los nombres propios deban consignarse "en alguna de las lenguas espa?olas".

Actualmente, para que un nombre propio extranjero pueda ser inscrito en el registro civil espa?ol, hay que adjuntar un certificado del Servicio Oficial de las Lenguas Espa?olas que garantice que no existe una traducci¨®n del mismo a ninguna lengua espa?ola.Seg¨²n fuentes del registr¨® civil en Madrid, las principales v¨ªctimas de esta norma eran aquellos ciudadanos de origen extranjero a los que, tras haber adquirido la nacionalidad espa?ola, se les impon¨ªa "cambiar su identidad con una traducci¨®n forzosa de su nombre". Muy dolidas se sent¨ªan, por ejemplo, las mujeres de origen extranjero que, de llamarse Jacqueline, -nombre de excelente musicalidad en pa¨ªses franc¨®fonos- se ve¨ªan obligadas a identificarse con su equivalente castellana de Jacoba.

Estas mismas fuentes aseguran que con este cambio de normativa se evitar¨¢n tambi¨¦n los numerosos recursos interpuestos por los padres que, por oleadas marcadas por los culebrones o telenovelas de moda, no se resignan a no registrar a sus reci¨¦n nacidos con el nombre de sus h¨¦roes o heroinas favoritos que exhiben nombres extranjeros.

Perchas legales

Ante las restricciones legales, ha proliferado el recurso a las perchas legales, como son el registrar el nombre de Jacqueline con el equivalente gallego Xaqueline, aunque la interesada no sea de esta nacionalidad, con el consuelo de ser lo m¨¢s parecido a lo original. Las luchas de los interesados tambi¨¦n lograron recientemente la admisi¨®n del nombre Vanesa; siempre con una sola ese.La decisi¨®n adoptada ayer por el Consejo de Ministros ha sido criticada en el entorno lingu¨ªstico. El acad¨¦mico de la lengua espa?ola Salvador Caja, por ejemplo, declar¨® a este diario que la medida "s¨®lo puede ser calificada de lamentable". "Al menos, deber¨ªa imponerse que los nombres extranjeros se registrasen con ortograf¨ªa castellana", dijo Caja. "Lo perturbador es la discrepancia que se produce entre la pronunciaci¨®n y la forma de escribirlo. Se condena al individuo a que su nombre se pronuncie mal casi siempre".

Seg¨²n este ling¨¹ista, "con esta medida se favorece, por la v¨ªa de los nombres propios, una desvirtuaci¨®n del castellano que se caracteriza de los dem¨¢s idiomas extranjeros por contar con una ortograf¨ªa clara y m¨ªtica en perfecto acuerdo con la pronunciaci¨®n". "Las instancias gubernamentales deber¨ªan tener m¨¢s cuidado con la toma de decisiones ling¨¹¨ªsticas de car¨¢cter unilateral", a?adi¨®, "recordando que los espa?oles s¨®lo constituimos una d¨¦cima parte de la comunidad hispana".