Fervores morentianos

Morente se encuentra ya en ese momento m¨¢gico del artista que promueve fervores apasionados. Por lo menos en Madrid. El Alcal¨¢ Palace parec¨ªa el metro en hora punta. Vino gente de Almer¨ªa, de Granada, de C¨®rdoba, de muchos otros lugares.Mont¨® para esta ocasi¨®n un concierto complejo, con mucha gente en el escenario. No en la primera parte, en que se qued¨® solo con el maestro Juan Habichuela, cuya guitarra son¨® siempre de ensue?o, c¨¢lida y suntuosa a la vez, en un entra?able di¨¢logo con el cantaor. Aqu¨ª Morente se entreg¨® a un recorrido por palos del mayor respeto: la ca?a, la taranta, la sole¨¢, la malague?a, la siguiriya.

Como intelectualiza tanto el cante, en ocasiones es inevitable que transmita una cierta sensaci¨®n de frialdad, de distanciamiento. Otras, en cambio, se rompi¨® en vuelcos de jondura, de emoci¨®n ingobernable.

Rizar el rizo

Hubo cosas, sin embargo, que no acabaron de convencerme: cuando Morente se empe?a en rizar el rizo de lo morentiano, se detiene en un melisma y hace con ¨¦l casi escalas de bel canto; o parte un tercio con un brusco par¨®n. Porque el flamenco es un arte si se quiere demasiado primario -aunque haya llegado a hoy dulcificado por los profesionales- que dif¨ªcilmente admite ciertos alambicamientos.La segunda parte, ya con todo el personal y Pepe Habichuela gobernando el aparato musical, fue un puro gozo de ritmo y comp¨¢s, de extraversi¨®n comunicativa. Morente los canta tambi¨¦n a su aire, pues dif¨ªcilmente har¨¢ ya algo que nos suene a convencional, pero son estilos que consienten mayores libertades. Las voces femeninas gitanas pusieron unas notas de brillantez y de encanto muy oportunas y las bailaoras sus pinceladas hermosas aunque discretas, exclusivamente de adorno al cante. L¨¢stima que a este cante / baile, de buler¨ªa por sole¨¢, que Morente hizo magistralmente, le pusiera un remate efectista, impropio de este cantaor

Una menci¨®n especial para el Kyrye que hizo con el ¨²nico acompa?amiento de las voces, una verdadera belleza. Impresionante, original, claro ejemplo de lo que Morente puede conseguir cuando acierta en su b¨²squeda permanente de nuevos cauces para la expresi¨®n flamenca.