La Crimea 'palestina'
Lo ¨²nico positivo que hoy cabe decir del territorio de Crimea es que no lo reclama para s¨ª ninguna religi¨®n universal, como ocurre con Tierra Santa y los tres credos que se apretujan en ella. En todo lo dem¨¢s, sin embargo, una Palestina en potencia es lo que hallamos en la pen¨ªnsula del mar Negro, con rusos, ucranianos y t¨¢rtaros reivindicando su copyright nacional sobre el pa¨ªs.Crimea adquiere un inicial protagonismo en la historia moderna a mediados del siglo XV, como uno de los tres Estados t¨¢rtaros sucesores del imperio mongol, tambi¨¦n llamado la Horda de Oro, que hab¨ªa avasallado las primitivas tierras de Rusia durante los dos siglos anteriores. En su descomposici¨®n la Horda deja tres testigos, los janatos de Crimea, Kaz¨¢n y Astrak¨¢n, que abrazan geogr¨¢ficamente el creciente Ducado de Moscovia, creando la primera gran sensaci¨®n de ahogo nacional que ha perseguido a Rusia durante toda su espasm¨®dica historia.
El Estado de Mosc¨² deja de pagar tributo a los janatos en 1480, y en el siglo XVI el zar de Eisenstein, Iv¨¢n IV el Terrible, reduce el cerco t¨¢rtaro con la toma de Kaz¨¢n y Astrak¨¢n. Crimea sigue bloqueando, sin embargo, la primera tentativa rusa de salir a aguas templadas. Y s¨®lo en 1783, bajo Catalina la Grande, culminan dos siglos de lucha con la anexi¨®n de la pen¨ªnsula, que asegura la gran v¨ªa zarista del sur. Paralelamente, Ucrania hab¨ªa sido arrebatada a Polonia e incorporada al naciente imperio en 1654.
As¨ª comienza la colonizaci¨®n rusa del pa¨ªs, que sigue siendo muy mayoritariamente tierra t¨¢rtara hasta la Segunda Guerra Mundial. Condenados los t¨¢rtaros por colaboraci¨®n con los ocupantes nazis, Stalin ordena en 1943 la deportaci¨®n al Asia Central de toda la poblaci¨®n de ese origen, que es como decir turcomana y pariente pr¨®xima de los habitantes del Asia Menor. S¨®lo entonces el componente ruso se alza hasta m¨¢s de dos tercios de la demograf¨ªa local, con reparticiones muy minoritarias para ucranianos -llegados en los furgones de la colonizaci¨®n moscovita- y aut¨®ctonos, desplazados, as¨ª, de. su tierra como, los jud¨ªos lo fueron a comienzos de la era cristiana o los ¨¢rabe-palestinos, a mediados del siglo XX.
En 1945 Crimea, que hab¨ªa sido desde 1921 una rep¨²blica auton¨®ma sovi¨¦tica, pasa a formar parte de la Rep¨²blica Federativa Rusa, principal integrante e inventora de la URSS. Tan s¨®lo unos anos m¨¢s tarde, en 1954, el l¨ªder sovi¨¦tico Nikita Kruschev, que era ruso de Ucrania, tira de mapa y cartab¨®n y, para conmemorar los 300 a?os de reuni¨®n de Ucrania con Mosc¨², asigna Crimea a la rep¨²blica de Kiev. Como piezas inertes en un tablero de geopol¨ªtica casera la historia y la geograf¨ªa se doblegan al antojo de los nuevos zares.
A la destrucci¨®n de la URSS, Crimea se convierte en s¨ªmbolo de un absurdo y premonici¨®n de un grave problema ¨¦tnico-nacional. Los ucranianos detentan la titularidad estatal all¨ª donde apenas son una cabeza de puente; los rusos dominan la vida pol¨ªtica y se hacen con la nueva presidencia aut¨®noma del pa¨ªs, amenazando con la secesi¨®n de Ucrania hacia la independencia; y los t¨¢rtaros, finalmente, reagrupan fuerzas para organizar un d¨ªa alguna secesi¨®n de la secesi¨®n de la autonom¨ªa de la independencia.
?A qui¨¦n pertenece Crimea? ?Cu¨¢l es el mejor derecho sobre esta Palestina del mar Negro?
La pen¨ªnsula fue una creaci¨®n pol¨ªtica del imperio, primero zarista y luego sovi¨¦tico en perfecta continuidad, y hoy descubrimos que cuando toca hacer el reparto de la casa sovi¨¦tica con b¨¢rtulos incluidos, aparecen m¨¢s propietarios que pertenencias.
A mediados del siglo XIX se libr¨® una guerra de Crimea en la que Gran Breta?a y Francia, notablemente, quisieron castigar a Rusia ocupando su salida meridional al mar. Hay quien teme a fines del XX una guerra por Crimea. Seguramente, ¨¦sta,. una perspectiva a¨²n m¨¢s aterradora.
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