El Getafe pierde cr¨¦dito en dos minutos

La justicia salom¨®nica no tiene hueco en el f¨²tbol. La Ponferradina, uno de tantos equipos habituados a vivir en la cuerda floja, lo demostr¨® ante el Getafe. El conjunto leon¨¦s acumul¨® tanto desprestigio en la primera mitad como acierto en la segunda y rob¨® un punto a los getafenses, uno de esos puntos que se suelen echar de menos al final de la temporada.El empate dej¨® en evidencia a los locaes. Acostumbrados a encarrilar los encuentros en los primeros minutos, la reacci¨®n de la Ponferradina dej¨® al descubierto algunas carencias de los getafenses. La m¨¢s evidente fue la falta de nervio para levantar un partido en los ¨²ltimos minutos. En esos instantes, a los locales les sobra coraz¨®n, pero les falta tranquilidad y cabeza. La opci¨®n de Cardo, un futbolista ratonero, de veloz carrera y el¨¦ctrico regate, que suele intervenir en los ¨²ltimos minutos de los partidos, ha perdido fuerza seg¨²n ha avanzado la temporada. Sin ese apoyo, el Getafe se muestra incapaz de marcar un gol en los instantes finales de los encuentros.

. El t¨¦cnico local, Luis S¨¢nchez Duque, estrenaba delantera en Las Margaritas. Las bajas de Lucio, Michel y Montero dejaron paso a Juli¨¢n y Juan como pareja atacante. La nueva sociedad demostr¨® estar bien engrasada y abri¨® el marcador a los 12 minutos. Los getafenses se ce?¨ªan al gui¨®n habitual, marcando en la primera media hora de juego.

Seg¨²n pasaban los minutos, la Ponferradina adoptaba el car¨¢cter m¨¢s propicio para recibir una goleada. Los leoneses se mostraron nerviosos e inseguros, t¨ªmidos a la hora de meter el pie en defensa y torpones cuando trataban de atacar. Convirtieron a Caballero en *Un espectador m¨¢s y permitieron al Getafe jugar a placer, recre¨¢ndose en la suerte y en el preciosismo. Adem¨¢s, los getafenses contaban con un Guerrero especialmente inspirado y activo, ocupado en llevar el bal¨®n y ordenar al equipo, deleitando al p¨²blico con unos detalles t¨¦cnicos excelentes.

El descanso cambi¨® el decorado. El entrenador leon¨¦s, Jes¨²s Tartil¨¢n, introdujo a Miguel Bercianos y convirti¨® a su equipo de oveja en lobo. Con un centro del campo m¨¢s ordenado, la Ponferradina apel¨® al oportunismo y consigui¨® dos goles en dos minutos. El primero, de penalti; el segundo, pillando por sorpresa a la defensa madrile?a.

El Getafe malgast¨® sus cartuchos, se puso nervioso, hizo acopio de un descr¨¦dito inesperado y llen¨® las gradas de dudas. En fin, permiti¨® que el f¨²tbol, no Salom¨®n, hiciera su particular justicia.