Los guerristas temen que el congreso federal cree un 'sanedr¨ªn' que reste poder a su l¨ªder

El PSOE no quiere ya mirarse, en el espejo del Partit deis Socialistes de Catalunya (PSC), habida cuenta de la imagen que ha proyectado este fin de semana. En vez de integraci¨®n y renovaci¨®n, se han visto enfrentamientos e intenciones de castigo de todos contra todos. Nadie est¨¢ contento con el resultado de este congreso. Los guerristas observan en el modelo de direcci¨®n final del PSC la posibilidad de que en el congreso federal de marzo se cree una especie de sanedr¨ªn en el que Alfonso Guerra quede con las mismas competencias que otras cinco o seis personas.

Los renovadores han encajado con estupor el voto de castigo al vicepresidente del Gobierno, Narc¨ªs Serra, y a los dirigentes que han participado en la pelea. Una vez m¨¢s conf¨ªan en que Gonz¨¢lez d¨¦ un giro a la situaci¨®n y se ponga ¨¦nfasis en la integraci¨®n para que los delegados no tengan argumentos para castigar a sus dirigentes.Los dirigentes catalanes hab¨ªan proclamado que su congreso iba a marcar un estilo que ser¨ªa ejemplo para el congreso federal. Anunciaban renovaci¨®n, integraci¨®n y buenas formas. Adem¨¢s se?alaban con orgullo que los socialistas catalanes vendr¨ªan a Madrid como una delegaci¨®n compacta y unitaria. Ni renovadores ni guerristas se privaban ayer de comentarios sarc¨¢sticos.

Lo cierto es que este congreso ha resultado dram¨¢tico. El primer secretario del PSC, Raimon Obiols, fue castigado el primer d¨ªa y los dirigentes que presuntamente participaron en la conspiraci¨®n tambi¨¦n han resultado tocados por el voto individual y secreto de los delegados. Serra recibi¨® casi un 40% de votos en contra.

Ayer los lamentos eran generales en las filas socialistas, pero los m¨¢s intensos eran los de los guerristas. Este sector ha observado cuidadosamente el modelo de direcci¨®n que se le ha impuesto a Obiols. A su juicio, este dirigente queda maniatado por dirigentes en igualdad de condiciones. Los guerristas hacen la traslaci¨®n de ese modelo a la pr¨®xima ejecutiva federal y temen que se invite a Guerra a formar parte de la direcci¨®n, pero en igualdad de condiciones que otros cuatro o cinco miembros de su partido, previsiblemente renovadores. Los guerristas se hac¨ªan ayer esta pregunta: "?Aceptar¨¢ Guerra las condiciones que se le han impuesto a Obiols?".

Ni Obiols ni Josep Mar¨ªa Sala asistieron a la reuni¨®n de la ejecutiva. Las consideraciones sobre el congreso catal¨¢n las realizaron los miembros de la ejecutiva federal minutos antes de la reuni¨®n, presidida por Gonz¨¢lez. Por la experiencia de reuniones anteriores, en dicho ¨®rgano no se debate ni se hacen an¨¢lisis pol¨ªticos. La expresi¨®n que se atribuye a Gonz¨¢lez de que su ejecutiva "est¨¢ devaluada" pesa como una losa sobre sus miembros, que ejercen una suerte de autocensura.

La ejecutiva se reuni¨® ayer por primera vez despu¨¦s de la huelga general del 27 de enero y despu¨¦s de que se hayan celebrado en el PSOE todos los congresos provinciales para elegir delegados. Un miembro de la ejecutiva se?alaba que parec¨ªa ocioso hablar sobre este ¨²ltimo asunto, porque de todos era ya conocida la bronca y el enfrentamiento en el que se hab¨ªan desenvuelto estas asambleas de socialistas.

En medio de todas estas reflexiones amargas, invariablemente se observa una especie de prop¨®sito de la enmienda por las consecuencias de imagen nefastas que esta pelea est¨¢ teniendo en el partido del Gobierno. Cada vez hay menos seguridad sobre las condiciones en las que este partido llegar¨¢ a las elecciones europeas y andaluzas de junio pr¨®ximo.

Alejamiento de las bases

Tras el agitado congreso de los socialistas catalanes, Obiols, flanqueado por Joan Revent¨®s, Pasqual Maragall y Josep Maria Sala, todos ellos miembros de la nueva direcci¨®n, anunci¨® ayer la adopci¨®n de medidas para acabar con el desencuentro entre la ¨¦lite y las bases, informa Llu¨ªs Mauri.La c¨²pula socialista intent¨® transmitir ayer una imagen de cohesi¨®n, en contraste con la fractura que el congreso ha dejado en las filas del PSC. El domingo, Sala no accedi¨® a perder la secretar¨ªa de organizaci¨®n hasta que Serra le insisti¨® en que de otro modo no habr¨ªa una salida pactada de la crisis. ?sta era la condici¨®n de Obiols para continuar.

La nueva c¨²pula dirigente, bautizada con el nombre de comit¨¦ de acci¨®n pol¨ªtica, rechaz¨® que la crisis permanezca abierta o que haya sido cerrada en falso. "De salida en falso, nada; la soluci¨®n es estable", asegur¨® el primer secretario del PSC. Obiols y Maragall coincidieron en atribuir buena parte del disgusto que los cuadros medios y las bases del partido expresaron en el congreso a la falta de canales fluidos de comunicaci¨®n entre dirigentes y afiliados.