El pueblo ind¨ªgena
Este verano estuve disfrutando de unas maravillosas e impresionantes vacaciones en M¨¦xico y Guatemala. Fue una de las mejores experiencias que he tenido en mi vida, por lo que aprend¨ª, viv¨ª y conoc¨ª. Pero tambi¨¦n fue duro, realmente duro, sobre todo el contraste entre el mundo ind¨ªgena y el mundo imperialista del que yo ven¨ªa. Ver el esfuerzo de aquellas gentes por sobrevivir, por comer una simple tortita al d¨ªa. C¨®mo los ni?os desde peque?os se pasean descalzos por las calles, corriendo tras los turistas para venderles pulseras a 25 pesetas. Y a¨²n los europeos ten¨ªamos la desverg¨¹enza y la sangre fr¨ªa de regatear. Realmente te estremeces.Pero, a la vez, ellos mismos ten¨ªan la intenci¨®n de dejar muy clara su distinci¨®n con los gringos y con los mestizos, la lucha por su dignidad y su identidad cultural, su actitud ante la vida, su filosof¨ªa y c¨®mo se aferran a sus costumbres religiosas. Pero ¨¦sta era una lucha callada, una lucha sin medios, sin fuerzas, sin posibilidades, sin respaldo y sin apoyo, reprimida.
Su lucha es doble, tienen que defenderse de los mestizos de su propio pa¨ªs, pero no de su calidad ind¨ªgena, y tienen que sobrevivir al acoso internacional. Por otra parte, la gente piensa por qu¨¦ han tardado tanto en unirse y enfrentarse los terratenientes, pero cuando est¨¢s all¨ª y ves su realidad, muy distinta de la que se ve desde Europa, comprendes que no es tan viable: en M¨¦xico hay 22 etnias ind¨ªgenas, con lenguas distintas y cultura distinta. Y aunque sus intereses y necesidades son las mismas, esto dificulta la comunicaci¨®n, la lucha.
Como dice Rigoberta Mench¨², para ella el arma de su lucha fue aprender la lengua de sus enemigos, el castellano, pero, a la vez, al leer su libro comprend¨ª que no tenemos ning¨²n derecho a destruir algo tan bello, una filosof¨ªa tan pura y un mundo tan impresionante. Para m¨ª resulta incomprensible esta situaci¨®n, c¨®mo los Gobiernos pueden responder tan poco de sus gentes, c¨®mo puede haber tanta irresponsabilidad y tanta injusticia, c¨®mo se est¨¢ atentando contra los derechos humanos, pero lo que es m¨¢s indignante y decepcionante es pensar que todo esto lo genere el dinero, la ambici¨®n econ¨®mica y unos terratenientes que nunca tienen bastante para saciar su ambici¨®n de poder.
?Ojal¨¢ esta lucha libere a todo el poblado ind¨ªgena!.-
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