"La clave est¨¢ en que se reconozca, sin l¨ªmites la realidad plurinacional"
El presidente de la Generalitat de Catalu?a, Jordi Pujol, aboga en esta entrevista, realizada por el corresponsal de La Repubblica en Espa?a y que EL PA?S publica conjuntamente con el diario italiano, por un pa¨ªs que reconozca sin l¨ªmites su propia realidad plurinacional.
En unos momentos en que la Generalitat ha elaborado un documento, susceptible de incorporar futuras enmiendas, que ha de servir de base en la negociaci¨®n entre Pujol y Felipe Gonz¨¢lez para elevar el techo auton¨®mico, el presidente de la Generalitat reflexiona sobre la necesidad de que Catalu?a adquiera una autonom¨ªa pol¨ªtica y no s¨®lo administrativa, y para ello reclama una lectura amplia de la Constituci¨®n y el Estatuto de Autonom¨ªa, riel al esp¨ªritu con el que ambos textos fueron concebidos.Pregunta. A partir de las ¨²ltimas noticias se dir¨ªa que ahora los catalanes quieren pr¨¢cticamente la independencia...
Respuesta. M¨¢s all¨¢ de las noticias espectaculares, yo siempre he planteado el problema en t¨¦rminos pr¨¢cticamente id¨¦nticos. Y ya hace 40 a?os que trabajo para las mismas cosas. Y as¨ª digo que Espa?a es un Estado plurinacional, pluriling¨¹¨ªstico y pluricultural. En el interior de esa Espa?a, Catalu?a es una naci¨®n, con su lengua, su cultura, su consciencia hist¨®rica y sus instituciones tradicionales. Todo lo que pedimos es que este hecho sea reconocido.
P. Pero usted tambi¨¦n ha dicho que Catalu?a es como Eslovenia.
R. S¨ª, pero tambi¨¦n he a?adido que Espa?a no es Yugoslavia. Tambi¨¦n Eslovenia se encontraba en el interior de un Estado plurinacional, pero muy artificial y reciente. La unidad de Espa?a dura ya desde hace siglos, y Espa?a ha podido, mucho m¨¢s que Yugoslavia, crear una especie de "casa com¨²n" para los pueblos que forman parte de ella. Es decir, aun siendo Eslovenia una naci¨®n como lo es Catalu?a, la soluci¨®n a nuestros problemas no llegarar¨¢n por v¨ªa de una secesi¨®n, sino estructurando Espa?a de modo que la plurinacionalidad del pa¨ªs sea respetada.
P. Y para usted habr¨ªa llegado el momento de hacer un importante salto hacia adelante para lograrlo...
R. No es exactamente as¨ª. Lo que ocurre es que nuestro Estatuto de Autonom¨ªa y la Constituci¨®n espa?ola fueron concebidos hace 15 a?os de una forma muy diferente de la que, de modo extremadamente reduccionista, ha sido aplicada despu¨¦s. Y es ese reduccionismo lo que nosotros queremos cambiar.
P. ?Ser¨ªa ¨¦ste el giro auton¨®mico que usted exige a Felipe Gonz¨¢lez para continuar apoyando a su Gobierno?
R. No he sido yo quien ha hablado de giro. No me gusta esta palabra porque tiene una connotaci¨®n demasiado exigente. Todo lo que nosotros queremos hacer es negociar dos cosas con los socialistas: por una parte, una modificaci¨®n sustancial de la pol¨ªtica econ¨®mica, cosa que hemos logrado en estos meses, y por otra, que se haga del Estatuto y de la Constituci¨®n la misma lectura que se efectu¨® cuando ambos textos fueron promulgados, y que era mucho m¨¢s generosa que la que se realiza ahora. Estoy convencido de que todas nuestras Deticiones tienen un espacio dentro de la Constituci¨®n espa?ola.
P. En alguna ocasi¨®n usted ha recordado la situaci¨®n que exist¨ªa antes de 1714, cuando el Gobierno catal¨¢n trataba directamente con el rey de Espa?a. ?Ser¨ªa ¨¦sta la soluci¨®n a los problemas actuales?
R. No creo que se pueda volver a. antes de 1714. Pero estoy convencido de que la autonom¨ªa de Catalu?a tiene que ser pol¨ªtica y no s¨®lo administrativa. Si he recordado aquella situaci¨®n hist¨®rica lo he hecho para subrayar el contenido pol¨ªtico de nuestras demandas de mayor autonom¨ªa. El problema no est¨¢ en la relaci¨®n directa con el rey, sino en crear una estructura que reconozca, sin l¨ªmites, la realidad plurinacional espa?ola.
P. ?Y esa lectura "m¨¢s generosa" de la Constituci¨®n no podr¨ªa poner en desventaja a las regiones m¨¢s pobres de Espa?a?
R: Creo francamente que no. En Espa?a existe una solidaridad econ¨®mica entre las regiones y nosotros queremos que contin¨²e existiendo. Podemos discutir sobre las sumas que las zonas m¨¢s ricas del pa¨ªs deben aportar a las menos desarrolladas. Podemos tambi¨¦n discutir sobre la forma en que en este momento se aplica este proceso para evitar los riesgos que podr¨ªa comportar para el desarrollo de las regiones con un mayor nivel de bienestar.. Son discusiones similares a las que se dan en Italia; pero acaso aqu¨ª las cosas las hemos hecho mejor y pienso que en este asunto son menos graves que en Italia. La situaci¨®n es m¨¢s equilibrada. Hay un problema a este respecto, pero no un drama.
P. ?Hasta qu¨¦ punto las dificultades que ahora amenazan el proceso de la unidad europea, de esa "Europa de los pueblos" en la que una Catalu?a aut¨®noma habr¨ªa encontrado su propio lugar, han reavivado la tensi¨®n entre Barcelona y Madrid?
R. Los nacionalistas catalanes hemos sido siempre europe¨ªstas y en el pasado ¨¦ramos los ¨²nicos que manten¨ªamos esa postura. Europa es desde hace siglos una parte de la identidad catalana: Catalu?a naci¨® como parte del imperio carolingio y nosotros no ten¨ªamos la capital en Toledo, sino en Aquisgr¨¢n. Siempre hemos querido formar parte de Europa y no de una periferia un poco marginada. Pero los problemas pol¨ªticos de la nacionalidad catalana hay que resolverlos en Madrid y no en Bruselas. Esto ha sido siempre as¨ª.
P. ?Qu¨¦ har¨¢n los nacionalistas catalanes si Madrid no acepta sus demandas?
R. o no comparto ese pathos de tensi¨®n que algunos est¨¢n creando a este respecto. Nosotros queremos negociar de forma pac¨ªfica el reconocimiento de nuestros derechos. Y no hay que olvidar que muchas leyes muy importantes aprobadas en los ¨²ltimos meses por el actual Gobierno existen no porque hayan tenido el soporte de ning¨²n maestro del patriotismo espa?ol, sino gracias al apoyo de los nacionalistas catalanes.
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