El diputado 'tory' Milligan muri¨® en una compleja sesi¨®n de masturbaci¨®n
Fue un accidente. Stephen Milligan, diputado conservador brit¨¢nico, se mat¨® involuntariamente durante una sofisticad¨ªsima sesi¨®n masturbatoria. Un equipo de forenses entreg¨® ayer a Scotland Yard un informe en el que se descarta la voluntad de suicidio por parte de Milligan, el uso de drogas y la implicaci¨®n de una segunda persona en el suceso. La muerte ocurri¨® el s¨¢bado por la noche, seg¨²n la estimaci¨®n forense. El cad¨¢ver fue hallado el lunes por la tarde.
Al diputado se le par¨® el coraz¨®n mientras se asfixiaba a s¨ª mismo, tendido sobre la mesa de la cocina, con el objetivo de obtener satisfacci¨®n sexual. El cable el¨¦ctrico ce?ido al cuello y la bolsa de pl¨¢stico sobre la cabeza fueron los instrumentos mortales. La media naranja en la boca, el liguero y las medias, s¨®lo compusieron un extra?o decorado de una tr¨¢gica fiesta personal.El caso Milligan ha causado una honda conmoci¨®n en el Reino Unido. No s¨®lo por la situaci¨®n grotesca en que muri¨® el diputado, sino por lo que se adivina tras ella: un pi¨¦lago de soledad e ¨ªntima desesperanza.
Los forenses, encabezados por el prestigioso lain West (el hombre que investig¨® la muerte del magnate Robert Maxwell en aguas canarias), calculan que Milligan muri¨® el s¨¢bado por la noche. Trat¨¢ndose de un hombre de s¨®lo 45 a?os, soltero, no mal parecido, popular, diputado y, seg¨²n sus compa?eros de partido, con un formidable futuro pol¨ªtico por delante, ?no ten¨ªa un s¨¢bado por la noche nada mejor que hacer que travestirse y tumbarse en la cocina para solazarse con unos minutos de masoquismo dom¨¦stico? Su familia, sus amigos y sus antiguas novias, que le recuerdan como un hombre sociable y animoso, no consiguen explic¨¢rselo.
Emergen poco a poco, sin embargo, las piezas de un sombr¨ªo rompecabezas. Se ha sabido, por ejemplo, que Milligan contrat¨® hace unos meses los servicios de una select¨ªsima agencia matrimonial. El diputado pag¨® 700 libras, casi 150.000 pesetas al cambio, para que un ordenador buscara a su mujer ideal. Y otra cosa: cuando un periodista le telefone¨® a finales de diciembre, durante una encuesta sobre los prop¨®sitos de los famosos para el nuevo a?o, Milligan respondi¨® sin dudar: "Casarme y dejar de ser un solter¨®n solitario".
Paradojas del pol¨ªtico
El diputado tory acab¨® convirti¨¦ndose en una perfecta encarnaci¨®n de las paradojas del pol¨ªtico. Se pasaba la vida estrechando manos y conociendo gente, pero estaba solo. Todos le consideraban un triunfador, pero ¨¦l se sent¨ªa un fracasado.John Major, un primer ministro que no se distingue por su habilidad en la acu?aci¨®n de frases, encontr¨® sin embargo un buen epitafio para Milligan:
"Debi¨® ser un hombre muy infeliz, pero no dej¨® que lo not¨¢ramos", dijo en una entrevista radiof¨®nica. La tragedia de Stephen Milligan afect¨® profundamente a Major. El lunes por la noche, cuando las circunstancias de la tragedia eran a¨²n confusas, las c¨¢maras de televisi¨®n captaron la imagen de un primer ministro perplejo ante la primera noticia.
Major deb¨ªa pensar tambi¨¦n, sin duda, en que s¨®lo le faltaba esto. Su querida cruzada por la moralidad personal y c¨ªvica, ya enfangada por los devaneos sentimentales de varios ministros, qued¨® enterrada el lunes. Como l¨¢pida de la cruzada, un liguero y unas medias.
Irritados por el suceso y sus posibles consecuencias electorales, un grupo de diputados tories consigui¨® ayer que Scotland Yard abriera una investigaci¨®n sobre las relaciones entre la prensa y algunos miembros de la polic¨ªa. Los tories se quejaron de que los peri¨®dicos hubieran conocido detalles del suceso antes de que Scotoland Yard los anunciara oficialmente, y pidieron que dejara de facilitarse informaci¨®n no filtrada por los mandos policiales.
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