Arco: pen¨²ltimas opiniones

Arco es la suma de una serie de trabajos que requiere de muchos esfuerzos y atenciones durante los 12 meses del a?o: programaci¨®n, elecci¨®n de galer¨ªas, artistas y obras, dise?o y montaje de los espacios de exposici¨®n, y que despu¨¦s se consume en escasos siete d¨ªas en los que cada galerista y cada artista se juega su imagen y su prestigio. Cuando va a comenzar la feria, cada cual aventura sus predicciones, pero s¨®lo ahora, cuando Arco va a terminar, podemos comenzar a valorar los resultados.En general, la feria est¨¢ resultando tranquila, sin grandes aglomeraciones, con un ambiente relajado, lo cual es beneficioso. Esto se debe a una mayor amplitud de espacio conseguida al disminuir el n¨²mero de galer¨ªas y a una m¨¢s cuidada organizaci¨®n En este sentido hay algunos galeristas que preferir¨ªan seguir en este Pabell¨®n de Cristal de la Casa de Campo, donde este a?o han montado sin agobios y en el que las obras se ven con amplitud gracias a la claridad del dise?o espacial y , tambi¨¦n a la experiencia acumulada por organizadores y galeristas. As¨ª, con el paso del tiempo se ha ido creando un tipo de feria que responde a los requerimientos espec¨ªficos de la sociedad espa?ola.

Si el arte refleja la sociedad que lo genera y consume, esta feria aporta un segmento de los datos que servir¨ªan para diagnosticarla. El p¨²blico que acude a Arco, es necesario reconocerlo, ha evolucionado much¨ªsimo desde las primeras ediciones. El de ahora es m¨¢s conocedor, m¨¢s selectivo, pregunta en las galer¨ªas por las obras, se interesa por los artistas, pero el coleccionismo sigue en una fase end¨¦mica; es decir, se aprecia una mayor educaci¨®n art¨ªstica popular que redunda en un inter¨¦s m¨¢s all¨¢ de la simple curiosidad y por, el contrario, se detecta un estancamiento en cuanto a las pretensiones y ambiciones de ese grupo social que puede ser capaz de adquirir y atesorar con criterio obras de arte. El momento es, ciertamente, el menos propicio para los coleccionistas. Las preocupaciones por lo inmediato y la crispaci¨®n ante los acontecimientos mundiales, generan una inhibici¨®n en el disfrute est¨¦tico y dificultan la serenidad necesaria para dedicar tiempo, dinero y esfuerzo a las manifestaciones art¨ªsticas. Por esto, tal vez, las ferias, todas las ferias, tambi¨¦n la Fiac de Par¨ªs o la acreditada de Colonia, est¨¢n atravesando por malos momentos. Se llega incluso a cuestionar la pertinencia del modelo ferial para la presentaci¨®n del arte en estas circunstancias; es decir, se empieza a dudar de la necesidad de realizar los esfuerzos y desembolsos cuantiosos que requiere. Sin embargo, todos los galeristas espa?oles consultados y, por supuesto, los artistas est¨¢n deseando volver en la pr¨®xima edici¨®n, incluso algunos aseguran que la feria es totalmente necesaria.

Arco mantiene, con algunas variaciones, el mismo modelo de organizaci¨®n desde su tercer a?o. Este modelo ha resistido con el paso del tiempo, pero ser¨ªa conveniente, tal vez, estudiar otras posibilidades, ser m¨¢s ambiciosos o, por el contrario, m¨¢s selectivos. La idea de invitar a un pa¨ªs determinado, como este a?o se ha hecho con B¨¦lgica, es buena, pero ser¨ªa necesario explotarla con m¨¢s gancho: no s¨®lo ante el p¨²blico espa?ol, que es ya incondicional a la convocatoria, sino ante los posibles clientes extranjeros, aut¨¦ntica asignatura pendiente de una feria que debe seguir siendo internacional.