El Supremo decidir¨¢ sobre la negativa a la prueba de maternidad amparada en las leyes preconstitucionales

Ram¨®n Ramos Ballesteros y sus dos hermanas aspiran a que el Supremo les reconozca como hijos de Vicente Patuel Enrique, un empresario de espect¨¢culos muerto el 29 de octubre de 1960. Las dos sentencias contrarias a su demanda -una del Juzgado de Primera Instancia n¨²mero 8 de Madrid y otra de la Audiencia Provincial de Madrid- se basan en la legislaci¨®n preconstitucional para considerar caducada la petici¨®n de la prueba biol¨®gica, a realizar a una pretendida hermanastra de los demandantes.Frente a tales sentencias, Ramos espera ahora que se pronuncie la Sala Primera de lo Civil del Tribunal Supremo, recientemente de actualidad por su discrepancia con el Tribunal Constitucional a prop¨®sito precisamente de un fallo sobre investigaci¨®n de la paternidad.

Protesta el demandante

Contra las dos sentencias denegatorias, Ramos -un hombre de 56 a?os que reside en una vivienda de promoci¨®n p¨²blica en Algeciras (C¨¢diz)- protesta: "Ni yo ni nadie pod¨ªa poner en los a?os cincuenta una demanda de paternidad". Ramos inici¨® los tr¨¢mites de su demanda a partir de la reforma del C¨®digo Civil realizada en 1981, para adaptarlo a la Constituci¨®n en materia de investigaci¨®n de la paternidad.La primera sentencia adversa, dictada en 1991 por la juez Esperanza C¨®rdoba Castroverde, se fundament¨® precisamente en una disposici¨®n transitoria de dicha ley, seg¨²n la cual 1as acciones de filiaci¨®n se regir¨¢n exclusivamente por la legislaci¨®n anterior cuando el progenitor cuestionado o el hijo hubiere fallecido al entrar en vigor la presente ley". La Audiencia de Madrid confirm¨® en 1993 este criterio y a?adi¨® que la retroactividad de la Constituci¨®n en materia de investigaci¨®n de la paternidad atentar¨ªa contra el principio de seguridad jur¨ªdica.

En el sumario constan reconocimientos de un perito cal¨ªgrafo que confirma que Vicente Patuel es el autor de cartas remitidas a la madre de Ramos, con quien no lleg¨® a convivir pero con la que mantuvo una relaci¨®n continua durante 30 anos, seg¨²n el demandante.