La OEA se abre camino en el nuevo orden mundial
EE UU busca potenciar la Organiz¨¢ci¨®n de Estados Americanos y apoya la candidatura de C¨¦sar Gaviria
?OEA? ?Organizaci¨®n en Espera de Abolici¨®n? No, Organizaci¨®n de Estados Americanos, un foro casi siempre ignorado que re¨²ne a los pa¨ªses del continente americano, lo que en su d¨ªa Fidel Castro defini¨® como el ministerio de colonias de Estados Unidos, y que hoy, en v¨ªsperas de la elecci¨®n de un nuevo secretario general, se juega su supervivencia y su adaptaci¨®n a las nuevas circunstancias de un mundo con mercados abiertos y robustas alianzas regionales.Durante a?os fue dif¨ªcil. encontrar a un pol¨ªtico de prestigio en toda Am¨¦rica que quisiera cargar con la dudosa distinci¨®n de presidir la OEA. Hoy la disputa por ese cargo se ha convertido en una de las m¨¢s interesantes batallas pol¨ªticas que se libran en Washington, sede de la organizaci¨®n desde su creaci¨®n en1889. La expectaci¨®n actual no obedece s¨®lo a la posibilidad de acceder a un puesto de jerarqu¨ªa y sueldo similar al de secretario general de las Naciones Unidas, sino de hacerlo en un momento en el que varios pa¨ªses, incluido Estados Unidos, hablan de 'potenciar la organizaci¨®n con el fin de que sirva de marco para la integraci¨®n americana.
De todos los candidatos en liza, s¨®lo dos -el presidente colombiano, C¨¦sar Gaviria, un tecn¨®crata con carisma, y el ministro costarricense de Rel¨¢ciones Exteriores, Bernd Niehaus- cuentan en la recta final de la campa?a para suceder al brasile?o Jo¨¢o Baena Soares. El primero, dirigente de uno de los pa¨ªses grandes del continente, representa la voluntad de elevar el rango general de la organizaci¨®n. Niehaus, que lleva meses dedicado a buscar respaldo a su candidatura, cuenta hoy con el apoyo de los pa¨ªses centroamericanos y del Caribe, que, en n¨²mero, representan un peso considerable.
C¨¦sar Gaviria, tras dos meses de duda, present¨® oficialmente su candidatura el pasado mi¨¦rcoles, lo que hace pensar que ha logrado asegurarse los 18 votos necesarios para alzarse con la victoria. Ello le ha convertido en el principal aspirante al triunfo en la votaci¨®n que se efectuar pr¨®ximo 27 de marzo, m¨¢xime porque goza del apoyo de Esta dos Unidos y de los otros tres contribuyentes principales de la organizaci¨®n: Canad¨¢, M¨¦xico y Brasil.
Seg¨²n ha podido saber EL PA?S de fuentes diplom¨¢ticas, el propio presidente norteamericano, Bill Clinton, llam¨® recientemente por tel¨¦fono a Gaviria para exhortarle a que hiciera p¨²blica su candidatura y para comunicarle que para Estados Unidos es vital el reforzamiento de la OEA como instrumento de integraci¨®n regional.
El Gobierno norteamericano sostiene que la ONU est¨¢ sobrecargada de responsabilidades, muchas de las cuales no puede atender, y que es necesario que las organizaciones regionales asuman parte del trabajo que hoy se encomienda a las Naciones Unidas.
La intervenci¨®n personal de Bill Clinton en la b¨²squeda de un sucesor de Baena Soares ha alentado a los pa¨ªses que quieren hacer de la OEA una organizaci¨®n eficaz en la consolidaci¨®n de la democracia en Am¨¦rica Latina. Desde la cumbre de Santiago de Chile en 1991, en la que la OEA introdujo entre sus principios el derecho a la intervenci¨®n en favor de la democracia en los pa¨ªses miembros, esta organizaci¨®n ha actuado con cierto ¨¦xito en Per¨², donde forz¨® al presidente Alberto Fujimori a convocar un refer¨¦ndum, y con menos ¨¦xito en Hait¨ª.
Aunque la gran mayor¨ªa de los pa¨ªses latinoamericanos se han sobrepuesto a las condiciones de dictadura militar y deuda externa que caracterizaron los a?os setenta y la primera mitad de los ochenta, varios representantes en la OEA coinciden en que persisten las condiciones de pobreza entre millones de latinoamericanos y que eso representa una seria amenaza para la consolidaci¨®n de los sistemas democr¨¢ticos. Hait¨ª, Venezuela, Ecuador, Per¨², Guatemala, Nicaragua e incluso Argentina est¨¢n entre los pa¨ªses donde se reproducen las tensiones militares, pol¨ªtica y econ¨®micas.
Estados Unidos ha perdido, sobre todo durante esta Administraci¨®n, inter¨¦s en el continente, y, por tanto, su influencia pol¨ªtica ha decrecido en los ¨²ltimos a?os. La ¨²nica iniciativa apreciable que el Gobierno de Clinton ha tenido hacia el conjunto de Am¨¦rica Latina ha sido la convocatoria para este a?o de una cumbre hemisf¨¦rica, pero los preparativos de esa reuni¨®n est¨¢n congelados.
Por un lado, esta situaci¨®n satisface a los latinoamericanos en cuanto que rompe la tradici¨®n intervencionista de Washington. Pero, por otro, causa preocupaci¨®n el que el desinter¨¦s norteamericano deje al continente hu¨¦rfano de liderazgo y rezagado en relaci¨®n con el desarrollo que se est¨¢ produciendo en otras partes del mundo. Varios pa¨ªses de la regi¨®n est¨¢n particularmente preocupados por el peligro de que EE UU se relaje en su compromiso de extender hacia el sur el tratado de libre comercio recientemente concluido con M¨¦xico.
Distintas fuentes creen que la OEA puede ser ahora un motor del libre mercado y de la estabilidad pol¨ªtica. Como afirma uno de los 34 embajadores en la organizaci¨®n, "hay que aprovechar este momento para construir una OEA que reemplace el liderazgo norteamericano y sirva de sost¨¦n para la democracia y el crecimiento econ¨®mico justo". Bill Clinton, muy ocupado en sus asuntos dom¨¦sticos y en algunos otros conflictos internacionales, no parece poner demasiados obst¨¢culos a ese prop¨®sito.
La combinaci¨®n de una OEA m¨¢s fuerte y una menor involucraci¨®n de EE UU puede favorecer a largo plazo la plena incorporaci¨®n de Cuba a la comunidad latinoamericana. Gaviria, que normaliz¨® las relaciones con La Habana durante su Gobierno y es amigo personal de Fidel Castro, puede contribuir a ello. Dada la complejidad del caso cubano, nadie se atreve a predecir la evoluci¨®n de este asunto, pero s¨ª domina entre los representantes en la OEA la impresi¨®n de que Estados Unidos no se opondr¨ªa ahora a alguna aproximaci¨®n de esta organizaci¨®n hacia Cuba en un marco de impulsar los cambios democr¨¢ticos en ese pa¨ªs.
Todas estas expectativas deben empezar a concretarse si en agosto pr¨®ximo C¨¦sar Gaviria asume el mando de la OEA. El relevo debe hacerse formalmente en mayo, pero Gaviria tendr¨ªa que esperar a concluir su periodo presidencial en Colombia. Cualquier cosa que afecte a la Organizaci¨®n de Estados Americanos est¨¢ siempre rodeada del tufo esc¨¦ptico que domina en este foro. La situaci¨®n actual no es una excepci¨®n, pero en la monumental y fr¨ªa sede de Washington se percibe ahora, al menos, un sano optimismo.
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