"Sin salas alternativas, Madrid estar¨ªa muerto"
Anne Serrano, de 30 a?os de edad, y Juli¨¢n L. Montero, de 36, son dos actores que desde hace un mes se enfrentan todos los fines de semana a una de las experiencias teatrales m¨¢s duras -"y gozosas"- de su carrera profesional: est¨¢n Sin maldita esperanza, en la Cuarta Pared. "Yo creo que Alfonso, mientras escrib¨ªa el texto, no era consciente de que luego ten¨ªan que representarlo actores", dice Montero, y a continuaci¨®n habla de c¨®mo alucin¨® la primera vez que ley¨® la obra. Montero se refiere a Alfonso Armada, el autor del texto, que tambi¨¦n se ha encargado de dirigir la puesta en escena. Son dos mon¨®logos. Ella se masturba durante el suyo y luego ¨¦l hace el amor con el televisor. Ella es una mujer a punto de casarse y ¨¦l es un hombre casado con la televisi¨®n. Hablan de la soledad y consiguen encoger las tripas al respetable.Pregunta. En el escenario son una mujer y un hombre sin maldita esperanza. ?Por qu¨¦?
Respuesta [Anne]. Sin maldita esperanza, pero tan ricamente. Siempre se piensa que queda la esperanza, pero eso es mentira. Hay momentos en que la esperanza es como los Reyes Magos, y hay que dejar de creer en ellos. Yo muestro a una mujer que a lo largo de la obra decide que todo da igual, toma conciencia de la realidad y decide que no necesita la esperanza.
Juli¨¢n. Mi personaje es un hombre realmente enganchado a la tele. El mensaje principal es la soledad y la falta de esperanza de salir de ella.
P. Juli¨¢n, ?cree que hay muchos hombres casados con la tele?
R. ?S¨ª! Yo mismo. Es una especie de compa?¨ªa. Piensas que no est¨¢s solo, aunque en realidad est¨¢s mas solo que la una.
P. Anne, ?la mujer que interpreta podr¨ªa ser cualquiera?
R. S¨ª. S¨¦ que much¨ªsimas mujeres se han sentido muy identificadas con el personaje. Adem¨¢s, lo siento a veces durante la funci¨®n, porque el p¨²blico se queda muy callado.
P. ?C¨®mo definir¨ªan el trabajo que tienen que hacer?
Anne. Lo tiene todo. Es duro, es muy dif¨ªcil. Es agotador para mi voz, para mi cuerpo y hasta para m¨ª emocionalmente. Pero, aunque parezca masoquismo, es un trabajo muy gozoso.
Juli¨¢n. Es tanta la energ¨ªa que soltamos durante la funci¨®n, que cuando termina tenemos que estar diez minutos sentados en el camerino para recuperarnos, porque no podemos ni movemos.
P. ?Ese esfuerzo es m¨¢s f¨ªsico o ps¨ªquico?
Juli¨¢n. Las dos cosas. Anne no para de moverse debajo de las s¨¢banas, yo estoy con la tele a cuestas. Pero tambi¨¦n es un trabajo muy mental.
P. ?Qu¨¦ sensaci¨®n tienen antes de salir al escenario?
Anne. Siento que alguien se mete dentro de mi cuerpo, y entonces me sale todo. Yo le presto a ella el cuerpo y la voz, pero el resto lo hace ella. Es la primera vez que me pasa eso.
P. Anne, ?qu¨¦ se siente cuando termina una representaci¨®n con tanta tensi¨®n?
R. Nos sentimos totalmente vac¨ªos. Es muy doloroso. Yo tengo la sensaci¨®n de que me quedo ah¨ª. Cuando termina la funci¨®n, el escenario est¨¢ caliente, se nota la electricidad.
P. ?Y notan si esa energ¨ªa le llega al p¨²blico?
Anne. S¨ª, totalmente. Yo, al principio, ten¨ªa miedo, porque lo que cuento es terrible y adem¨¢s les insulto. Pero me he dado cuenta de que est¨¢n muy pendientes y muy quietos. Incluso se mosquean.
Juli¨¢n. Ha habido gente que se ha salido de la sala durante el mon¨®logo de Anne. Se van indignados.
P. Juli¨¢n, ?se puede ver buen teatro en Madrid?
R. No, no mucho. Pero, desde luego, donde mejor teatro se est¨¢ haciendo es en las salas alternativas. Si no fuera por ellas, Madrid estar¨ªa muerto.
Sin maldita esperanza, hasta el 27 de febrero, en la sala Cuarta Pared. Ercilla, 17. Viernes, s¨¢bados y domingos, a las 22.00. 900 pesetas.
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