"Si tiene una metralleta, nos fusila"
Jes¨²s Gil siente ya en los talones la promoci¨®n del Atl¨¦tico
"?Pero hay quien compre un club de f¨²tbol?". Jes¨²s Gil no pudo disimular su resignaci¨®n ayer, el d¨ªa despu¨¦s de la en¨¦sima derrota del equipo que preside, el Atl¨¦tico de Madrid. El triunfo del Sevilla el pasado mi¨¦rcoles en el campo del Vicente Calder¨®n dej¨® un poso de fatalismo, propio de un equipo apodado El Pupas. Gil siente ya la promoci¨®n en los talones. El equipo es decimocuarto y se encuentra a un punto de la zona de promoci¨®n."Tampoco te vas a morir por un disgusto m¨¢s. Gracias a Dios tengo otros negocios", se desahog¨® ayer Gil desde su despacho del Club Financiero. El d¨ªa antes tambi¨¦n lo hizo ante los jugadores, a los que llam¨® de todo, y ante los medios informativos. "?Con estos bueyes aramos? Esto no se arregla ni cambiando el presidente", confes¨® Gil.
Gil dej¨® caer un silencio significativo al se?alarle que los chicos se molestaron por esa reprimenda ["las frases de Gil nos han puesto mucho peor", dijo el portero Diego. "El vestuario era una tumba"' a?adi¨® Juanito. "Ha sido la charla m¨¢s fuerte que he tenido con un presidente", reconoci¨® Luis Garc¨ªa]. "Ya, ya... Ha dicho chicos. A mi me hubiera gustado hablar con hombres". "Si el presidente hubiese tenido una metralleta, nos habr¨ªa fusilado a todos", reconoci¨® uno de los presentes en la arenga.
Cuando Gil abandon¨® el vestuario, el entrenador, Jos¨¦ Luis Romero, pretendi¨® imitar la estretagia presidencial. Escurri¨® su responsabilidad y apunt¨® su ira a los jugadores, en general e individualizando. ?stos le salieron respondones. Se liaron a discutir en tono subido. Sacaron a la luz todas las diferencias que mantienen con su t¨¦cnico. Para muchos jugadores la derrota ante el Sevilla fue una cuesti¨®n sobre todo t¨¢ctica. El poco acierto en los cambios, una posici¨®n excesivamente defensiva y la falta de instrucciones estrat¨¦gicas son los principales debes que le imputan al entrenador.
"Ya no tengo confianza en este equipo. A ver si jugamos la promoci¨®n...". Un nuevo silencio de Gil que rompe al decir a su hija: "Tra¨¦me un calendario. Voy a ver los partidos que nos quedan; los puntos que podemos sacar. Yo ya no puedo hacer m¨¢s de lo que he hecho. No voy a volver a hablar con los jugadores. Ya no puedo comprar otros jugadores. Lo proh¨ªbe la Liga Profesional. Mejor as¨ª. Bastante tengo con el dinero que voy a perder. ?Vender el equipo? ?Pero hay alguien que quiera comprar un club de f¨²tbol?.
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