Los m¨¦todos de detecci¨®n del 'afeitado' son pr¨¢cticamente infalibles, seg¨²n los especialistas

"Los m¨¦todos para analizar las astas de los oros son perfectos, pr¨¢cticamente infalibles", dice el veterinario L¨¢zaro L¨®pez, que con ?ngeles Moya forma, desde hace muchos a?os, el equipo de especialistas encargado de examinar las astas de las reses sospechosas de afeitado que se env¨ªan a la Escuela Nacional de Sanidad, de Majadahonda (Madrid). Y a?ade: "Los propios ganaderos creen en esa infalibilidad, aunque s¨®lo cuando las astas de sus reses dan negativo".

L¨¢zaro y Moya est¨¢n molestos con las descalificaciones de su trabajo y de su val¨ªa profesional que han hecho p¨²blicas estos d¨ªas cinco de los seis ganaderos sancionados por manipulaci¨®n fraudulenta de astas en la temporada 1992, con mayor dureza Victorino Mart¨ªn.?ngeles Moya va m¨¢s lejos al, responder a este ganadero: "Victorino Mart¨ªn miente cuando dice que a los pitones de sus toros s¨®lo les hicimos una de las cuatro pruebas con las que trabajamos. Su representante firm¨®, el acta de conformidad tras haber presenciado las cuatro pruebas, como podemos demostrar". Estos t¨¦cnicos veterinarios, que son funcionarios del Estado y desarrollan sus trabajos en la Escuela Nacional de Sanidad, matizan que no quieren polemizar con nadie, pero s¨ª defenderse de los ataques interesados de estos ganaderos. Y Moya subraya que ellos se limitan a analizar cient¨ªficamente los pitones sospechosos de afeitado que les env¨ªan los presidentes de las corridas.

En el an¨¢lisis de astas se realizan estas pruebas: examen de su aspecto general, toma de las medidas biom¨¦tricas, estudio interno del pit¨®n y su l¨ªnea blanca medular, y an¨¢lisis histol¨®gico, para el que se emplea un aparato de enorme perfecci¨®n, que utilizan numerosos pa¨ªses desarrollados con otros fines. "Al margen de que el afeitado lo ve a simple vista cualquier aficionado", comenta L¨¢zaro L¨®pez, "con estas cuatro pruebas, de las que se levanta acta, y firma el veterinario representante del ganadero como conformidad a que se han realizado correctamente, los resultados son m¨¢s que fiables".

Los t¨¦cnicos agregan que, en caso de duda, su dictamen siempre es negativo, para m¨¢xima garant¨ªa de los ganaderos, aunque en realidad deber¨ªa ser positivo, pues suele tratarse de pitones excesivamente manipulados. Eso sin contar con que todas las astas que no llegan en buenas condiciones, o sospechosamente machacados, astillados o escobillados, ni siquiera se analizan. ?sto explica que en 1992 s¨®lo dieran positivo 11 toros de los m¨¢s de 7.000 que se lidiaron: "Aqu¨ª ¨²nicamente llegaron las astas de 112", comenta ?ngeles Moya, "la mayor parte en malas condiciones, ya que no exist¨ªan las cajas de metacrilato que orden¨® el nuevo reglamento de ese a?o".

Ya en 1993, la existencia de las cajas y otros medios en muchas m¨¢s plazas hizo que las sanciones afecten a 48 toros, de 29 ganader¨ªas, aunque el n¨²mero de pitones recibidos en el laboratorio fue todav¨ªa inferior, 99. Los dos t¨¦cnicos veterinarios afirman que tienen su opini¨®n Con respecto al tremendo aumento del afeitado en estos dos ¨²ltimos a?os, pero se niegan a hacerla p¨²blica: "Nosotros analizamos los pitones que nos env¨ªan, aunque ya es significativo que en 1993 la mitad de ¨¦stos han dado positivo".

Pese a que las competencias taurinas est¨¢n transferidas a varias Comunidades Aut¨®nomas desde 1992, ¨¦stas han seguido enviando las astas sospechosas de afeitado a Majadahonda. A partir de 1994, al menos el Pa¨ªs Vasco empezar¨¢ a hacer sus an¨¢lisis con aparatos iguales a los de Majadahonda y con el asesoramiento de sus t¨¦cnicos. "Eso refuerza nuestra fiabilidad", concluye L¨®pez, "aunque los ganaderos seguir¨¢n neg¨¢ndola cuando les pillen. La gran diferencia es que nosotros aportamos las pruebas de los dict¨¢menes y ellos, s¨®lo palabras".