El Ej¨¦rcito proyecta desprenderse de miles de toneladas de munici¨®n caducada arroj¨¢ndola al mar

El fin de la guerra fr¨ªa ha dejado como herencia en la antigua Uni¨®n Sovi¨¦tica un peligros¨ªsimo arsenal de armas nucleares. Espa?a tambi¨¦n tiene su herencia, mucho menos problem¨¢tica, pero igualmente explosiva: una ingente reserva de munici¨®n, buena parte de la cual est¨¢ caducada o en mal estado. El Ministerio de Defensa pretende librarse ahora de ella vendi¨¦ndola, cubriendo con una capa de cemento los polvorines m¨¢s deteriorados y arrojando el resto al mar. El vertido de munici¨®n al mar ha sido una pr¨¢ctica relativamente frecuente, y discreta, en los ¨²ltimos a?os.

El ministro Juli¨¢n Garc¨ªa Vargas reconoci¨® el pasado martes, en su comparecencia a puerta cerrada ante la Comisi¨®n de Defensa del Congreso, que la reserva de guerra acumulada por las Fuerzas Armadas espa?olas, concebida para un conflicto masivo entre los dos bloques, excede con mucho sus necesidades actuales, al menos en cuanto a munici¨®n y explosivos, aunque no ocurra lo mismo con los misiles.No obstante, agreg¨® que buena parte de esta reserva est¨¢ en mal estado, ya que se ha ido almacenando durante a?os en condiciones de mantenimiento no siempre adecuadas, debido a una gesti¨®n excesivamente conservadora por parte de los mandos militares. Fuentes parlamentarias no quisieron revelar la cuant¨ªa de la reserva de munici¨®n, alegando que se trata de datos secretos, pero indicaron que s¨®lo el Ej¨¦rcito de Tierra almacena m¨¢s de 100 millones de proyectiles, incluidos todos los calibres, aunque en su mayor parte se trata de cartuchos de armas ligeras. Garc¨ªa Vargas asegur¨® que no dispone de informaci¨®n precisa sobre el porcentaje de la reserva que est¨¢ en mal estado, ya que la inspecci¨®n de los polvorines resulta muy compleja. Seg¨²n algunos expertos, la parte de la reserva que se en cuentra en perfectas condiciones no sobrepasa el 30% del total, mientras que un porcentaje similar no ser¨ªa susceptible de uso por razones de seguridad. El resto corresponder¨ªa a munici¨®n que se encuentra al l¨ªmite de su vida ¨²til, por lo que puede emplearse en maniobras, con un porcentaje de fallos aceptable, pero no se recomienda su empleo en combate real. El Ministerio de Defensa se propone deshacerse de la reserva pr¨®xima a caducar vendi¨¦ndola a otros pa¨ªses, aunque esta pretensi¨®n tropieza con el hecho de que el exceso de munici¨®n no es una exclusiva espa?ola. Para los polvorines m¨¢s antiguos, la f¨®rmula que se baraja es cubrirlos con cemento, ya que el deterioro de los explosivos es tan alto que podr¨ªa resultar peligroso trasladarlos por el riesgo de accidente.El resto de la munici¨®n ser¨¢ "fondeada", seg¨²n la expresi¨®n del ministro, lo que significa que se tirar¨¢ al mar en zonas previamente fijadas. Fuentes militares sostienen que el vertido de munici¨®n al mar es una pr¨¢ctica usual y que no entra?a ning¨²n riesgo, ya que se realiza en fosas de gran profundidad que figuran en las cartas n¨¢uticas como "vertederos de explosivos".El car¨¢cter inocuo de estos vertidos no lo comparte la organizaci¨®n ecologista Greenpeace. Oliva N¨²?ez, responsable de la campa?a contra la contaminaci¨®n del Mediterr¨¢neo de Greenpeace Espa?a, asegura que las municiones son "sustancias peligrosas y contaminantes, ya que contienen metales pesados, como plomo e incluso mercurio, muy t¨®xicos y persistentes durante d¨¦cadas, que pueden entrar en la cadena alimentarla y acabar afectando al hombre"..Denuncia de GreenpeaceSeg¨²n Greenpeace, el Convenio de Londres de 1972, ratificado por Espa?a dos a?os despu¨¦s, asimila la munici¨®n con los residuos industriales y proh¨ªbe su vertido al mar a partir de 1995. Mientras tanto, este tipo de vertidos deben ser notificados al secretariado del convenio. Independientemente de que se trate o no de un acto Ilegal, Oliva N¨²?ez considera que el vertido de munici¨®n "resulta totalmente reprobable, pues el mar no es un basurero".El buque de la Armada Contramaestre Casado ha realizado en los ¨²ltimos meses vertidos de munici¨®n caducada en la zona del Estrecho y en el Atl¨¢ntico, cerca de las costas gallegas, seg¨²n las fuentes consultadas. En septiembre de 1992, Comisiones Obreras de Ceuta denunci¨® que el buque del Ej¨¦rcito de Tierra Mart¨ªn Posadillo iba a realizar un vertido de munici¨®n en el golfo de C¨¢diz a 780 metros de profundidad. Dos meses despu¨¦s se denunci¨® una operaci¨®n similar a 30 millas al noroeste de La Coru?a, en una fosa con 1.200 metros de profundidad.

En noviembre de ese a?o, el Ministerio de Defensa, en respuesta parlamentaria a Izquierda Unida, reconoci¨® que el "fondeo" es uno de los sistemas m¨¢s utilizados para deshacerse de la munici¨®n caducada. Seg¨²n Defensa, la destrucci¨®n o "desbaratamiento" resulta cara y peligrosa, ya que no hay empresas especializadas en ello. El vertido se realiza, agrega la respuesta, "una vez retirados aquellos elementos cuya descomposici¨®n supone riesgo potencial de contaminaci¨®n apreciable", en "zonas adecuadas" y "ubicadas fuera de la plataforma continental".

El Ministerio de Defensa sostiene que estas operaciones se realizan conforme a lo dispuesto en una orden ministerial de 1976 que recoge las recomendaciones del Convenio de Oslo, relativo al Atl¨¢ntico, y del de Londres, de car¨¢cter mundial. Fuentes de la Armada se?alan que los vertidos son planeados por el Estado Mayor de la Defensa y requieren la aprobaci¨®n del ministro.

El vertido al mar de munici¨®n no es una pr¨¢ctica exclusivamente espa?ola: en 1992, Greenpeace denunci¨® que el Reino Unido hab¨ªa arrojado 7.656 toneladas de material de desecho a 400 millas de Escocia.