?Un conflicto en fase terminal?
La ONU pide mas soldados para afrontar el desafilo de mantener la tregua en Bosnia
FRANCESC RELEA ENVIADO ESPECIAL La guerra de Bosnia-Herzegovina ha entrado en una fase que los m¨¢s optimistas se han apresurado a calificar de terminal. Desde la matanza del mercado central de Sarajevo, los acontecimientos se han ido precipitando. El ultim¨¢tum de la OTAN forz¨® la retirada del armamento pesado serbio que rodeaba Sarajevo. D¨ªas despu¨¦s, croatas y musulmanes firmaban, el 23 de febrero en Zagreb, un acuerdo de alto el fuego. La intensidad de los combates disminuy¨® en la mayor¨ªa de los frentes. Una semana m¨¢s tarde, delegaciones de alto nivel de los Gobiernos de Bosnia-Herzegovina (mayoritariamente musulm¨¢n) y de Croacia anunciaban en Washington un acuerdo de paz que contempla una federaci¨®n de una decena de cantones en los territorios de Bosnia en los que musulmanes y croatas son mayoria, y sienta las bases para la discusi¨®n de una futura confederaci¨®n entre Croacia y Bosnia-Herzegovina.
Firmar un acuerdo de paz en un despacho a miles de kil¨®metros de los frentes de batalla es f¨¢cil. Luego hay que poderlo aplicar. El mantenimiento de la tregua por todos los bandos es el requisito previo, y en este empe?o la ONU tiene ante s¨ª un desaf¨ªo gigantesco. La misi¨®n de los cascos azules ya no se reduce exclusivamente a la escolta de convoyes para garantizar el suministro de la ayuda humanitaria, sino que tienen que asumir nuevas tareas de mayor riesgo, como interponerse entre los combatientes en las l¨ªneas del frente, recolectar y controlar el armamento pesado entregado por los beligerantes, y supervisar con patrullas fijas y m¨®viles el respeto del alto el fuego.
Para llevar a cabo las nuevas tareas, las Fuerzas de Protecci¨®n de la ONU (Unprofor) necesitan imperiosamente aumentar sus efectivos. El general Michael Rose, comandante en jefe de Unprofor en Bosnia, estima que s¨®lo para garantizar la pacificaci¨®n en Bosnia central -zona de litigio entre el Ej¨¦rcito bosnio y las fuerzas croatas- son necesarios unos 5.000 hombres m¨¢s: tres regimientos de infanter¨ªa para patrullar en los puntos m¨¢s sensibles de los 200 kil¨®metros por los que discurre la l¨ªnea de confrontaci¨®n (a lo largo del eje Gornji Vakuf, Jablanica, Konjic, Mostar, con las bolsas de Vitez y Kiseljak), un regimiento de inge-nieros para reparar y abrir nuevas rutas, y un regimiento de helic¨®pteros. Estados Unidos, Francia y Reino Unido, los pa¨ªses con mejor capacidad para aportar el contingente suplementario, se resisten a dar el paso.
La cifra de 5.000 se duplica si se trata de cubrir las nuevas necesidades en el conjunto de la antigua rep¨²blica yugoslava. En un exceso de optimismo inicial tras la tregua firmada por croatas y musulmanes, los mandos de Unprofor afirmaban que buena parte de las fuerzas dedicadas hasta ahora a labores de escolta de convoyes podr¨ªan dedicarse a in terponerse entre los bandos.
Coordinaci¨®n
Una comisi¨®n conjunta integrada por un coronel croata y uno bosnio y presidida por el jefe de sector suroeste de Unprofor es la encargada de coordinar los mecanismos del acuerdo y fijar los plazos para su cumplimiento. Los puntos esenciales de la tregua pactada son alto el fuego, retirada de las armas pesadas a una distancia que oscila entre los 10 y los 20 kil¨®metros, despliegue de fuerzas de Unprofor en los puntos m¨¢s calientes, retirada a cuatro kil¨®metros (dos kil¨®metros cada bando) de todas las armas de calibre inferior a 12,7 mil¨ªmetros (armas port¨¢tiles) y apertura de cuatro carreteras. Esta comisi¨®n ha acordado ya la delimitaci¨®n de las l¨ªneas de confrontaci¨®n, el establecimiento de un comit¨¦ ejecutivo permanente conjunto en Gornji Vakuf y la se?alizaci¨®n de los campos de minas. El viernes deb¨ªan quedar establecidas las zonas desmilitarizadas y ma?ana, lunes, todas las armas pesadas tienen que estar fuera de la zona de exclusi¨®n o bajo control de la ONU.
Desde la entrada en vigor, el 25 de febrero a las doce de la ma?ana, del alto el fuego en Bosnia central, los tres puntos donde se registra mayor actividad b¨¦lica son Vitez, Gornji Vakuf y Mostar, seg¨²n explica el teniente coronel Jos¨¦ Antonio Segura, jefe de Estado Mayor del puesto de mando avanzado de Unprofor en Sarajevo.
Las fuerzas serbias, por su parte, no han declarado ni firmado ning¨²n alto el fuego. La tregua que mantienen en Sarajevo es consecuencia del ultim¨¢tum de la OTAN, que exig¨ªa la retirada de su artiller¨ªa pesada m¨¢s all¨¢ de una zona de exclusi¨®n de 20 kil¨®metros alrededor de la capital. Pero en otros frentes sus unidades no han detenido la guerra.
Desde el d¨ªa 10 de febrero, las calles de Sarajevo est¨¢n tranquilas. "?sta es la primera consecuencia del ultim¨¢tum", dice el comandante Jos¨¦ Labandeira, portavoz de Unprofor. En un principio, los serbios se tomaron el ultim¨¢tum a broma. Cuando comprobaron que la amenaza iba en serio no tuvieron tiempo de retirar todo su armamento, por lo que se vieron obligados a ponerlo bajo control de la ONU.
El material de guerra entregado por los serbios se halla concentrado en ocho puntos, que en las pr¨®ximas semanas se van a reducir a dos o tres. Treinta cascos azules armados vigilan cada uno de los almacenes, en los, que tambi¨¦n hay soldados serbios. A estos ¨²ltimos se les permite limpiar el armamen
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to, pero no pueden reparar ni mover las piezas. En el antiguo cuartel Mariscal Tito de Sarajevo se encuentra el ¨²nico punto de concentraci¨®n de las armas entregadas por la Armija (ej¨¦rcito bosnio de mayor¨ªa musulmana). Es un ejemplo m¨¢s de la diferencia abismal entre la capacidad militar de unos y otros.La cuesti¨®n fundamental para el ¨¦xito del proceso de desmilitarizaci¨®n es el grado de confianza entre ambos bandos. "Hay todav¨ªa mucha tensi¨®n en los hombres de primera l¨ªnea del frente, lo que exige un elevado n¨²mero de fuerzas de interposici¨®n", subraya Labandeira. Hay recelo y miedo, sobre todo entre aquellos que fueron reclutados en su propio barrio o pueblo y han combatido contra sus antiguos vecinos. El odio y las ansias revanchistas no se difuminan f¨¢cilmente. Muchos civiles serbios alrededor de Sarajevo se sienten ahora indefensos, sin los tanques y la artiller¨ªa pesada. En algunos casos, los observadores de Unprofor han descubierto que soldados de la Armija segu¨ªan cavando trincheras en el sector oeste de la ciudad, en un intento de avanzar posiciones, lo que es una clara violaci¨®n del alto el fuego.
El comandante Labandeira considera, sin embargo, que con los refuerzos llegados a la ciudad Uriprofor tiene capacidad para controlar la pacificaci¨®n de Sarajevo: una compa?¨ªa brit¨¢nica, una noruega, una malaisia, 400 soldados rusos, una secci¨®n canadiense, 170, observadores militares, cuatro helic¨®pteros y dos radares de localizaci¨®n de morteros y piezas de artiller¨ªa instalados en el estadio ol¨ªmpico de Zetra y en el aeropuerto. Con estos nuevos contingentes en la actualidad hay en Sarajevo cerca de 4.700 cascos azules.
El alto el fuego coincide con un proceso de reorganizaci¨®n de las fuerzas de la ONU en Bosnia, que persigue una mayor capacidad operacional. Los tres sectores -noreste (Tuzla), suroeste (Gornji Vakuf) y Sarajevo- tendr¨¢n cada uno su cuartel general en vez de un puesto de mando general en Kiseljak como hab¨ªa hasta ahora. La complejidad de la misi¨®n y de la propia entidad de Unprofor, se traduce en ocasiones en descoordinaci¨®n e ineficacia. Tal vez ¨¦ste sea el precio para conseguir la paz, pero existe el riesgo de que la permanencia de los cascos azules se eternice. Hoy d¨ªa, la imagen de Bosnia-Herzegovina es ya la de un territorio ocupado por tierra y por aire por un ej¨¦rcito multiling¨¹e.
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