Mano de santo
Monse?or Milingo, retirado por el Papa de la archidi¨®cesis de Lusaka (Zambia) por denuncias de brujer¨ªa, celebra en Madrid una eucarist¨ªa de sanaci¨®n
Paral¨ªticos, esposas que han diagnosticado la presencia de Satan¨¢s en el esp¨ªritu del marido, ni?os deformados por atroces y raros males, enfermos de c¨¢ncer y de sida, formaban ayer un apretado revuelo en Madrid en torno a Ernmanuel Milingo, el controvertido ex arzobispo africano a quien el papa Juan Pablo II retir¨® en 1983 de su di¨®cesis de Lusaka, capital de Zambia, ante el fragor mundial provocado por sus poderes de exorcista y curandero. Todos esperaban una oportunidad para pedirle que realizase el ritual de sanaci¨®n que lo ha hecho famoso, con la imposici¨®n de manos sobre la frente o, simplemente, tocarlo. No era f¨¢cil abrirse camino en los escasos intervalos de un marat¨®n de charlas, cantos de alabanza al Se?or, ¨¦xtasis colectivos y actos eucar¨ªsticos celebrados en el sal¨®n de actos de un colegio religioso de Madrid.En el escenario, ataviado con los h¨¢bitos de rigor, Milingo, de 63 a?os, explicaba a miles de personas llegadas de toda Espa?a, que su "lucha contra Satan¨¢s y sus aliados no tiene tregua". "Cuando el diablo viene a molestarme por las noches yo le digo: no tenemos la misma opini¨®n sobre las cosas; luego me levanto, lo bendigo y ¨¦l se marcha corriendo", a?ad¨ªa con una sonrisa bonachona.
Su tono hab¨ªa sido menos distendido al explicar que la quiebra que sufre actualmente el mundo y la inseguridad ciudadana est¨¢n ligadas a la tendencia de la humanidad a demostrar que no necesita a Dios". Como prueba de que los Gobiernos lideran este pecado de soberbia, Milingo apunt¨® a la reciente recomendaci¨®n del Parlamento europeo para la igualdad de derechos de las parejas homosexuales. "Leyes como ¨¦sta son una demostraci¨®n de que no siempre la decisi¨®n de la mayor¨ªa es justa" arremeti¨® el ex arzobispo con fama de revolucionario.
Eucarist¨ªa
Por la tarde el encuentro, que debe repetirse hoy, culmin¨® con una eucarist¨ªa de sanaci¨®n espiritual y f¨ªsica, el acto m¨¢s esperado. Tras nuevos cantos, el silencio invadi¨® la sala mientras el oficiante hac¨ªa tronar su voz ante la atenta mirada de Milingo: "Esp¨ªritu Santo, ?ven!". El ¨¦xtasis se hab¨ªa apoderado del p¨²blico que cerraba los ojos mientras levantaba los brazos en alto y dirig¨ªa como antenas de radar las palmas de las manos hacia el improvisado altar.
No es la primera vez que el obispo Milingo, al que se atribuyen miles de curaciones milagrosas, viaja a Espa?a. Pero, desde que el Papa lo llam¨® a Roma por las denuncias de brujer¨ªa y pr¨¢cticas de satanismo, sus eucarest¨ªas, que tienen fama de favorecer los milagros, no siempre encuentran facilidades de organizaci¨®n. Esta vez, tales obst¨¢culos han sido superados por iniciativa de Confraternidad Carcelaria de Espa?a (CCE), una Organizaci¨®n No Gubernamental (ONG) afiliada a una asociaci¨®n mundial creada en EE UU por Charles Colson, antiguo consejero del presidente Richard Nixon. "Durante su estancia en la c¨¢rcel por su implicaci¨®n en el Watergate, se encontr¨® con Jesucristo y, a partir de ah¨ª, quiso dedicar el resto de su vida, con su obra y sus libros, a todos los presos del mundo", explica Carmen Rubio, portavoz de CCE.
Paco, uno de la rescatados por su labor, antiguo preso de Alcal¨¢ Meco y heroin¨®mano, explica: el resultado pr¨¢ctico de la filosof¨ªa de la organizaci¨®n para la reinserci¨®n de los presos. "Los conoc¨ª cuando ven¨ªan a la c¨¢rcel; al principio no les hac¨ªa caso pero me acerqu¨¦ porque, yendo con ellos, se pillaba alg¨²n permiso", explica. "Pero me sorprendi¨® tanto esa hospitalidad para gente como yo que segu¨ª con ellos y unas Navidades, en misa, sin saber c¨®mo, le abr¨ª mi coraz¨®n a Dios. Fue un flash. No he vuelto a tocar la droga", a?ade a escasa distancia de Milingo.
"Los que hacen el mal tienen que tener apoyo para hacerle frente al diablo con el bien", explica Rubio al subrayar la relaci¨®n de su ONG con los movimientos de renovaci¨®n carismatica, mucho m¨¢s antiguos, a los que el obispo Milingo tambi¨¦n pertenece. "Som¨®s cat¨®licos como todos los dem¨¢s, s¨®lo que vamos un poco m¨¢s a los or¨ªgenes del cristianismo y, por ejemplo, creemos que con gestos como levantar las palmas de las manos podemos sentir el Esp¨ªritu Santo que es como un calambrillo, vaya", explica una joven llegada de M¨¢laga. Su rostro ha perdido las marcas de la angustia tras haber logrado aproximarse a Milingo y pedirle al o¨ªdo curaci¨®n para una enfermedad.
En otro intermedio, una mujer se acerca a Milingo con la foto del marido. "?Es que est¨¢ enfermo que no puede venir?", pregunt¨® Milingo en italiano. "No pero su esp¨ªritu est¨¢ poseido por el diablo", contest¨® la mujer, de unos cincuenta a?os. El obispo pide m¨¢s detalles antes de actuar con la imposici¨®n de manos sobre la foto.
"El racionalismo ha llegado a ser un ¨ªdolo en Europa mientras los que ven a Dios por su sencillez son considerados unos imb¨¦ciles", truena Milingo al volver al escenario. Para demostrar que su criticada reivindicaci¨®n de las ra¨ªces africanas est¨¢ en sinton¨ªa con el credo cristiano, Milingo no tiene m¨¢s que recurrir a citaciones textuales de la Biblia como: "En mi nombre expulsar¨¢n demonios, hablar¨¢n en lenguas nuevas, agarrar¨¢n serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les har¨¢ da?o; impondr¨¢n sus manos sobre los enfermos y se pondr¨¢n bien".
Retirada positiva
"Desde que estoy junto al Papa y ¨¦l tiene informaci¨®n directa sobre mis actos, sin intermediarios que vean problemas donde no los hay, soy mucho m¨¢s libre", asegura Milingo a este diario. "Ahora el Papa me comprende, sabe que lo que hago es echar los demonios y orar; la t¨¦cnica de sanaci¨®n aparece ahora en revistas como Civilt¨¢ Cattolica, tengo apoyo para incluirla en el apostolado y no paro de viajar".
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