Clinton busca un hombre de Carter para limpiar la imagen de la Casa Blanca
El presidente Bill Clinton pasa a la ofensiva. Relajado y sonriente, pero firme, ataj¨® ayer la pregunta de un periodista que suger¨ªa pr¨¢cticas dudosas en el manejo del caso Whitewater: "Cuidado con el lenguaje que utiliza. La Casa Blanca nunca ha intentado ocultar informaci¨®n. Lo que hemos hecho ha sido facilitar informaci¨®n". Clinton, en plena batalla contra el deterioro de su imagen y de la de su mujer, Hillary, recurri¨® ayer a Lloyd N. Cutler, un veterano abogado de intachable pasado y de gran prestigio jur¨ªdico y pol¨ªtico en Washington para sustituir a Bernard Nussbaum, forzado a dimitir el pasado s¨¢bado. Cuder asesor¨® a Jimmy Carter en 1979, en un caso muy semejante.
El presidente norteamericano reiter¨® que ni ¨¦l ni su mujer han hecho nada incorrecto o ilegal y consider¨® "improbable" recurrir al "privilegio ejecutivo", la discutida capacidad constitucional de un presidente de limitar el acceso de una investigaci¨®n sobre ¨¦l mismo, sus documentos e incluso sus colaboradores. El abuso de Nixon de esta facultad choc¨® con el Tribunal Supremo y precipit¨® su ca¨ªda. La mera evocaci¨®n del t¨¦rmino se asocia autom¨¢ticamente con el Watergate.Bill Clinton, que evit¨® ayer el tono dram¨¢tico que emple¨® el lunes para defender la integridad personal y profesional de su mujer, subray¨® que la experiencia y alto sentido ¨¦tico de Lloyd Cutler le convert¨ªan en candidato ideal para el puesto. Reconoci¨® que Washington es un territorio dif¨ªcil para los no habituados, y que aunque su Gobierno est¨¢ dotado de gente con experiencia en estos asuntos, no ocurre igual con la Casa Blanca.
Cutler, 76 a?os, conoce bien la tarea de asesor legal del presidente: la ejerci¨® en 1979, en un caso muy semejante al de ahora, cuando Carter necesit¨¦ tambi¨¦n a alguien que serenara las turbulencias provocadas por otro consejero jur¨ªdico. "Bienvenido de nuevo a la Casa Blanca" dijo Clinton a Cutler al anunciar formalmente su nombramiento.
Duras jornadas
La misi¨®n de Lloyd Cutler -apagar el fuego del presunto esc¨¢ndalo y poner orden en la Casa Blanca- tendr¨¢ una duraci¨®n limitada, entre 4 y 6 meses. Tiempo suficiente, en principio, para buscar a otro asesor jur¨ªdico y, a corto plazo, para abordar las duras jornadas que se avecinan.
El fiscal especial del caso Wh¨ªtewater, Robert Fiske, tiene que procesar todos los documentos que puedan estar relacionados con este asunto, en una escala que cubre desde las papeleras hasta los ordenadores de la Casa Blanca. Ma?ana, altos cargos del entorno del presidente y del Departamento del Tesoro comparecen ante un Gran Jurado para explicar el contenido de las reuniones mantenidas en los ¨²ltimos meses a prop¨®sito de Whitewater. La evoluci¨®n de los acontecimientos es incierta.
El lunes, el presidente abri¨® un nuevo flanco de sospechas al reconocer que fue alertado en oto?o de la investigaci¨®n en curso, aunque Clinton no pudo precisar qui¨¦n le avis¨® ni cuando.
La incorporaci¨®n de Lloyd, Cutler fue bien recibida en el crispado ambiente pol¨ªtico de la capital norteamericana.
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