Los sectores conservadores mexicanos exigen la salida del obispo Samuel Ruiz
El par¨¦ntesis que sufren las conversaciones de paz sobre Chiapas, que tiene estos d¨ªas ocupados al Gobierno y a la guerrilla en consultas internas, ha sido aprovechado por los sectores m¨¢s reaccionarios de la sociedad mexicana para exigir la salida del obispo de San Crist¨®bal de las Casas, Samuel Ruiz, de su di¨®cesis, lo que introduce un nuevo elemento de tensi¨®n que puede poner en peligro los avances ya logrados. A Ruiz, mediador del conflicto, se le acusa de ser parte de la guerrilla.
Los intentos por lograr la paz ten¨ªan contenidos hasta ahora a los coletos, nombre por el que se conoce a la poblaci¨®n criolla de San Crist¨®bal, muy conservadora, racista e hist¨®ricamente m¨¢s cerca de la divisi¨®n de clases de la vecina Guatemala que de las ense?anzas sociales que recibieron los mexicanos de la revoluci¨®n de 1910.Mientras el Ej¨¦rcito Zapatista de Liberaci¨®n Nacional (EZLN) se encontraba en la catedral de San Crist¨®bal negociando la paz con el comisionado gubernamental Manuel Camacho, nadie hizo gesto alguno para expresar su descontento. Ahora todo es distinto, y Samuel Ruiz, a quien el Vaticano quiso ya destituir en octubre ¨²ltimo por sus inclina ciones hacia la teolog¨ªa de la liberaci¨®n, empieza a ser objeto de acusaciones e intimidaciones por su protagonismo en el conflicto.
En lenguaje arcaico y desfasado, el reci¨¦n creado Frente C¨ªvico Sancristobalense, una organizaci¨®n de tinte racista tras la que se encuentran ganaderos y terratenientes de la ciudad, amenaz¨® en las ¨²ltimas horas con quemar el palacio episcopal si el mediador Ruiz no abandona la ciudad. Al prelado, que tildan de comunista, le acusan de ser el responsable intelectual del EZLN y de azuzar a los indios a la invasi¨®n de propiedades.
El frente exigi¨® tambi¨¦n el traslado de las negociaciones a otra ciudad, la expulsi¨®n de las organizaciones no gubernamentales que trabajan en la zona asistiendo a las comunidades ind¨ªgenas y el cierre del diario El Tiempo, la valiente publicaci¨®n que dirigen Amado Avenda?o y Conchita Villafuerte.
Esto ha creado indignaci¨®n en el resto del pa¨ªs, pero ha puesto al descubierto que tanto en San Crist¨®bal como en otras partes de M¨¦xico se est¨¢ larvando una contrarrevoluci¨®n contra el modelo de negociaci¨®n que se ide¨® en San Crist¨®bal de las Casas para lograr la paz y cuyos tres principales protagonistas, el comisionado Camacho, el mediador Ruiz y el encapuchado subcomandante Marcos, el universitario que ejerce como portavoz de la guerrilla, son objeto ahora de severas cr¨ªticas. Especialmente a Ruiz le acusan de haber montado la guerrilla para intervenir posteriormente como mediador e impedir as¨ª que le trasladaran una di¨®cesis que ocupa desde hace 30 a?os.
Adem¨¢s, el premio Nobel de Literatura Octavio Paz acaba de sorprender a los mexicanos desde el ¨²ltimo n¨²mero de la revista Vuelta con un art¨ªculo en el que advierte que ser¨ªa "peligros¨ªsimo" conceder autonom¨ªa a las comunidades ind¨ªgenas porque lesionar¨ªa la unidad de M¨¦xico y quebrar¨ªa su diversidad cultural.
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