Dientes y huesos, ¨²nicas pistas para identificar a las v¨ªctimas de la 'casa de los horrores'
El hallazgo de nuevos cad¨¢veres en el n¨²mero 25 de Cromwell Street, en la ciudad inglesa de Gloucester, empieza a convertirse en una noticia rutinaria para los periodistas que se agolpan cada ma?ana a la entrada de la sede central de la polic¨ªa. Los forenses pueden tardar semanas en identificar los cuerpos descompuestos hallados en la casa de los horrores, ya que s¨®lo disponen de dientes y huesos como ¨²nicas pistas.
Ayer, la portavoz de prensa, Hilary Allison, anunci¨® imperturbable la localizaci¨®n de un noveno cuerpo enterrado en el s¨®tano de la casa de los horrores. Lo ¨²nico que atiza ahora el morbo de los medios de comunicaci¨®n y del personal de a pie en este pa¨ªs es saber la cifra definitiva de asesinatos presumiblemente atribuibles a West, quien ha podido desarrollar libremente su macabra actividad a lo largo de m¨¢s de 30 a?os.Allison, de 29 a?os, se ha convertido poco menos que en una estrella local debido a sus continuas apariciones ante la prensa, normalmente dedicadas a desmentir todo lo que se publica. Nada extra?o si se tiene en cuenta lo aventurado de algunas de las informaciones que ofrec¨ªa ayer la prensa sensacionalista brit¨¢nica. Una de las hip¨®tesis de trabajo es que la mayor¨ªa de las v¨ªctimas de Cromwel1 Street fueron estranguladas. Sin embargo, el equipo de pat¨®logos est¨¢ lejos de manejar alguna hip¨®tesis. El profesor Bernard Knight, que dirige la investigaci¨®n, es uno de los pocos personajes en esta extra?a tragedia que no se ha prodigado todav¨ªa en cuanto a apariciones p¨²blicas. Sin embargo, se sabe ya que es un aficionado a la novela negra, autor de varios t¨ªtulos firmados con seud¨®nimo.
Radares de alta tecnolog¨ªa
Quienes se enfrentaron ayer a la legi¨®n de periodistas destacados en Gloucester fueron el jefe de la polic¨ªa local, Colin Handy, y el detective superintendente John Bennett. Handy y Bennett acompa?aron a la prensa a Kempsey, una buc¨®lica zona situada a unos 30 kil¨®metros de Gloucester, donde naci¨® y residi¨® durante un tiempo Frederick West. All¨ª, bajo una fina lluvia, mostraron los radares de alta tecnolog¨ªa con los que piensan trabajar en los pr¨®ximos d¨ªas con vistas a la localizaci¨®n de m¨¢s cad¨¢veres. Entretanto, la expectaci¨®n en el n¨²mero 25 de la calle Cromwell hab¨ªa decrecido ayer considerablemente en parte por la lluvia que desalentaba a los curiosos, y en parte tambi¨¦n porque parecen agotarse las posibilidades casi f¨ªsicas de que se encuentren nuevos cad¨¢veres.
En la estrecha vivienda de tres plantas, mil veces reacondicionada por West, se alojaron presumiblemente varias de las v¨ªctimas. De hecho, la familia West, de costumbres desconocidas, alquilaba habitaciones con derecho a desayuno durante los ¨²ltimos a?os. Si eran o no j¨®venes de sexo femenino las eventuales inquilinas es algo que dista de estar claro hasta el momento. Por ahora, la polic¨ªa se ha apresurado a precisar que es todav¨ªa pronto para saber si los restos humanos hallados bajo la antigua bodega, bajo el cuarto de ba?o y en el jard¨ªn de la vivienda corresponden a hombres o a mujeres, excepto en el caso de los tres primeros cad¨¢veres hallados: el de Heather West, el de Shirley Robinson y el de una tercera mujer no identificada.
Familiares de Frederick West, que residen todav¨ªa en el ¨¢rea de Gloucester, han iniciado un t¨ªmido ¨¦xodo a la vista del cariz que toman las cosas. Las inquinas del vecindario han llegado incluso a los escasos amigos del principal sospechoso.
Alex Palmer, due?o de tres casas en la calle Cromwell y amigo de Frederick West, se declaraba ayer en la prensa local v¨ªctima de una campa?a de desprestigio. "MI vida se ha convertido en una pesadilla. S¨®lo porque hemos sido amigos estos a?os, la gente piensa que yo tengo algo que ver con lo ocurrido".
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