Tr¨¢nsfuga equivocado
En el incesante desfile de orquestas internacionales que nos ofrece cada a?o Iberm¨²sica, tuvimos ahora la visita de la denominada Deutsche Symphonie-Orchester Berl¨ªn, que no es sino la RSO, Radio Symphonie Orchester, nacida en 1956 por reconversi¨®n de la Orquesta de la RIAS, de 1946. Tales mutaciones van ligadas a las de la reciente historia de la capital alemana, m¨¢s lo cierto es que, desde su creaci¨®n, con uno u otro nombre, se trata de una formaci¨®n excelente, hecha por su primero y grand¨ªsimo maestro titular, Ferenc Fricsay, y mantenida, despu¨¦s, por Lorin Maazel. El a?o 1982 tom¨® la direcci¨®n Riccardo Chailly y, desde 1989, VIad¨ªmir Ashkenazy, uno de los m¨¢s famosos tr¨¢nsfugas del pianismo hacia la direcci¨®n.Como en otros casos hay que preguntarse si merec¨ªa la pena caer en la tentaci¨®n de la batuta, aut¨¦ntica "manzana" del para¨ªso musical. Desde el punto de vista personal de los ilustres tr¨¢nsfugas no hay duda: les val¨ªa la pena el cambio o la duplicidad, acaso son m¨¢s felices y quiz¨¢ atesoran mayor capital. Otra cosa es el parecer del p¨²blico. Ni uno solo de los conciertos escuchados al director Ashkenazy ser¨ªa intercambiable por otro del pianista Ashkenazy. Personalmente, a¨²n dir¨ªa que los cambiar¨ªa todos por un solo recital pian¨ªstico.
Ciclo Grandes Orquestas
Orquesta Sinf¨®nica Alemana de Berl¨ªn. Director: V. Ashkenazy. Obras de Schumann y Dvorak. Auditorio Nacional. Madrid, 9 de marzo.
El hecho parece sorprendente: quien es capaz de darnos desde el piano un Schumann riguroso, po¨¦tico, hondo y preciosista, nos sirvi¨® una Sinfon¨ªa Renana que semejaba una m¨¢quina suiza de relojer¨ªa que hubiera salido defectuosa. Hubo pasajes enteros en los que s¨®lo se escuchaban las notas acentuadas con gran violencia; el canto de las melod¨ªas, incluso en el moderato, result¨® lineal e indiferente y dist¨® de conseguirse la ligaz¨®n horizontal y el equilibrio vertical entre las partes. En definitiva, una magn¨ªfica orquesta a medio rendimiento, salvo en la potencia, y una Renana para olvidar.
Algo mejor fueron las cosas en la Sinfon¨ªa en Re menor n¨²mero 7, de Dvorak, m¨¢s f¨¢cil de defender desde el color, la gracia popularista de algunos ritmos y motivos y el directo efectismo de no pocas soluciones.
Babelia
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