Manuel Castillo evoca a Federico Mompou

El joven cuarteto italiano, formado por notables instrumentistas, cuyo nombre no tiene a bien proporcionarnos la organizaci¨®n del Ciclo de C¨¢mara y Polifon¨ªa, actu¨® para un p¨²blico no muy numeroso en la sala peque?a del Auditorio. Era centro de la audici¨®n el estreno absoluto de las Variaciones sobre un tema de Mompou, escritas el a?o pasado, por encargo de la Orquesta y Coro Nacional, por el sevillano Manuel Castillo, uno de los aut¨¦nticos maestros de la generaci¨®n que saliera a la escena musical en 1951.Ese magisterio adquiere grados de concisi¨®n, dominio y potencialidad expresiva seg¨²n avanza la ya larga producci¨®n de Castillo; su Cuarteto n¨²mero 1 (Santander, 1991), su espl¨¦ndida Sinfon¨ªa n¨²mero 2 (Sevilla, 1993), con jalones definitivos de un talante y un saber a los que ahora se a?ade esta maravilla reci¨¦n escuchada. Si en el primer cuarteto, el compositor practica las formas de desarrollo org¨¢nico, en este segundo, construye 18 variaciones libres que anteceden a la exposici¨®n literal de un motivo de Mompou: el del tercer n¨²mero de la M¨²sica callada.

La versi¨®n de los j¨®venes cuartetistas italianos fue excelente, por concepto, nitidez de ejecuci¨®n, belleza transparente de sonoridades y puntual servicio a la doble inventiva de Mompou y de Castillo. No merecieron menos aplausos las magn¨ªficas versiones de cuartetos de Haydn, Mendelssohn y Ottorino Respighi.