Carnaval en Moratalaz

Recientemente hemos disfrutado de la edici¨®n de 1994 del carn¨¢val escolar en el distrito de Moratalaz.Ha sido posible, como en a?os anteriores, gracias al esfuerzo de madres y padres, al apoyo de directores y profesores de los centros (cuando menos, algunos), al habitual patrocinador -la Junta Municipal del distrito, que, como siempre, coordina y organiza el evento- y al civismo y colaboraci¨®n de ciudadanos y vecinos ante esta actividad. l¨²dica.

Ha habido, como siempre, un fallo organizativo al mantener por m¨¢s tiempo del preciso a tal cantidad de ni?os (muchos de corta edad) en el recorrido establecido. Sin razones aparentes, estos ni?os han sufrido alternativamente largos parones y tirones. No se logra una cadencia r¨ªtmica que evite el cansancio y aburrimiento de aquellos a quienes va dirigida esta actividad: los ni?os.

Este a?o, adem¨¢s, apareci¨® una novedad en el sistema de votaci¨®n del jurado calificador. Se obviaron los criterios objetivos de los pasados a?os (creaci¨®n, participaci¨®n, esfuerzo artesanal, etc¨¦tera) y los representantes de la junta municipal concedieron un segundo voto a uno de los colegios por el hecho de participar con dos asociaciones, aun cuando una de ellas no concursara.

Tal carencia de criterios, como casi siempre ocurre, induce a la ruptura de objetividad del jurado calificador, beneficiando a unos ni?os en perjuicio de otros.

Si la actitud (muy loable, por cierto) de nuestros representantes municipales es animar a la participaci¨®n de las asociaciones de padres de alumnos y colegios, debieran retomar el ignorado, por este a?o, sistema de puntuaci¨®n o, de imponer uno nuevo, hacerlo conocer previamente a los interesados, quienes, una vez analizado, valoren la conveniencia de participar sin temor al des¨¢nimo y desaliento de sus ni?os.-