"Cada boda o funeral que oficiemos deber¨¢ ser perfecto"
Soltera, de 57 a?os, lleva prepar¨¢ndose desde 1968 para formar parte de un coto reservado hasta ayer a los hombres. El siguiente objetivo es el obispado.

Sue Rose ocupa un estudio en el ¨²ltimo piso de un edificio del siglo XVII que alberga, en la periferia de Bristol, el centro de estudios teol¨®gicos Trinity College. Sus colegas bromean diciendo que ella trabaja "en el cielo", una amplia habitaci¨®n llena de sillas y libros donde retoza su perra, Ambar. Sue tiene 57 a?os, est¨¢ soltera y ha esperado casi una d¨¦cada para acceder al sacerdocio. Ayer, junto a otras 32 mujeres, fue ordenada sacerdote. A partir de ahora, dividir¨¢ su tiempo entre sus obligaciones pastorales en una parroquia de la ciudad y sus clases de teolog¨ªa.Rodeada de tarjetas de felicitaci¨®n, Sue se mostraba tranquila y muy ilusionada d¨ªas antes de su ordenaci¨®n. Al contrario que muchas de sus compa?eras, ella no pens¨® siempre en el sacerdocio. "A los nueve a?os fantaseaba con la posibilidad de ser monja pero luego se me pas¨®. Empec¨¦ a sentir la vocaci¨®n cuando era profesora de educaci¨®n f¨ªsica en una escuela secundaria. Dios me llam¨® para que realizara un trabajo como cristiano, en lugar de ser un creyente ocupado en cualquier otra cosa". En 1968 empez¨® a prepararse para acceder a una parroquia. Luego fue diaconisa (mujer al servicio de la iglesia). En 1987 el s¨ªnodo anglicano admiti¨® la presencia de mujeres di¨¢cono (dignidad inmediata al v fue ordenada. Pero mientras sus colegas masculinos acced¨ªan al sacerdocio uno o dos a?os despu¨¦s, las f¨¦minas fueron relegadas.
"Algunos de nuestros oponentes son en realidad cat¨®licos de esp¨ªritu dentro del marco del anglicanismo. Rechaz¨¢ndonos han regresado a su verdadera casa. Las protestas de otros ocultan un simple problema de poder. Sostienen que el hombre ostenta la autoridad dentro de la familia. En la familia eclesial el sacerdote debe hacer lo mismo. Algo muy humano pero nada cristiano. Esta es una profesi¨®n humanitaria abierta a unos y otras".
Impartir la comuni¨®n y absolver tras una confesi¨®n, son dos de las cosas que Sue Rose podr¨¢ hacer a partir de ahora. "El sacerdocio ha sido para m¨ª un paso l¨®gico, m¨¢s que una visi¨®n desde el principio. Sin embargo, tendr¨¦ autoridad para descargar de culpa a personas agobiadas por su pasado a las que s¨®lo he podido aconsejar y confortar. Ser¨¢ una forma de demostrarles que puede haber liberaci¨®n de la culpa; que el miedo ya no atrae a nadie al reino de Dios".
En sus siete a?os de docencia, Sue s¨®lo recuerda tres casos de abandono. La selecci¨®n del sacerdote anglicano es larga y rigurosa y los problemas del aspirante no suelen ser de fe. "Todo el mundo tiene dudas, claro, pero se superan. En mi caso tuve problemas antes de prepararme. Me preguntaba si hac¨ªa todo esto por afirmaci¨®n personal o hab¨ªa mayor profundidad espiritual. Por m¨¢s que lo intent¨¦ no pude encontrarle sentido a la vida sin Dios. Y aqu¨ª estoy".
Futuro problem¨¢tico
Algunas de sus compa?eras no tienen tanta serenidad y el futuro ser¨¢ m¨¢s problem¨¢tico para ellas. "En cierto modo la lucha concluir¨¢ despu¨¦s de la ordenaci¨®n. Seremos m¨¢s vulnerables, Nuestras sucesoras llegar¨¢n al sacerdocio de forma autom¨¢tica. En esta generaci¨®n, por el contrario, ha habido mucho dolor y discriminaci¨®n". Sin olvidar que el millar de mujeres que acceder¨¢ al sacerdocio en los tres pr¨®ximos meses ser¨¢ observado con sumo cuidado. "Cada boda, bautizo o funeral que celebremos tendr¨¢ que ser perfecto. Si no siempre habr¨¢ alguien que diga que el fallo se produjo porque era una mujer sacerdote".
Que alguna llegue un d¨ªa a ser obispo requerir¨¢ otra reuni¨®n extraordinaria del s¨ªnodo y un nuevo cambio en la legislaci¨®n eclesi¨¢stica. "Prirnero tienen que vernos trabajar y comprobar que no sufrimos frecuentes ataques de nervios. En EE UU solucionaron el problema en una sola votaci¨®n. Aqu¨ª se aseguraron de que no pudi¨¦ramos convertirnos en el prelado superior de una di¨®cesis". Una funci¨®n, por otro lado, que califica de solitaria y con demasiados lazos pol¨ªticos "los obispos se sientan en la C¨¢mara de los Lores". "Si est¨¢s cualificado para ser di¨¢cono tambi¨¦n puedes llegar al obispado. Es cuesti¨®n de tiempo, car¨¢cter, val¨ªa personal y de conocer a las personas adecuadas".
Sue Rose s¨®lo tuerce el gesto una vez durante la conversaci¨®n. Al hablar del d¨ªa de la ordenaci¨®n menciona de pasada la casulla que vestir¨¢. "En blanco y negro con bordados multicolores en la estola y alzacuellos, que no suelo usar. Pero no habr¨¢ ning¨²n pase de modelos", dice molesta. Una vez recuperada la compostura y la sonrisa anuncia que ha llegado la hora de almorzar.
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