Leakey vuelve al frente de los parques de Kenia por orden del presidente Moi
El paleont¨®logo est¨¢ paral¨ªtico tras un accidente de avioneta
Danzas de victoria y gritos de alegr¨ªa celebraron en Kenia la noticia de que Richard Leakey, el famoso paleoantrop¨®logo y conservacionista keniano, volver¨¢ a su puesto de director de los parques nacionales de este pa¨ªs africano. Las presiones internacionales han obligado al presidente de Kenia, Daniel Arap Moi, a ordenar su reincorporaci¨®n, la pasada semana, aunque fuese a rega?adientes. En su silla de ruedas, Leakey volver¨¢ as¨ª a la lucha contra las mafias que controlan los cazadores furtivos.
Richard Leakey, de 49 a?os, es un hombre hecho a estar en el ojo del hurac¨¢n de la controversia. Naci¨® en Kenia en los tiempos de la colonia brit¨¢nica y se autodefine como un "africano blanco". "Crec¨ª en un ambiente muy especial", explicaba en una entrevista concedida a este diario en Nairobi, la capital keniana, poco antes de cambiar, en 1990, su puesto de director de los Museos Nacionales por la defensa de la naturaleza.Sus padres, los famosos paleont¨®logos Louis y Mary Leakey, recorrieron el pa¨ªs, cuando todav¨ªa no hab¨ªa ni asomos de pistas asfaltadas, en busca de f¨®siles del eslab¨®n perdido. "Cada viaje era una aventura", explicaba Richard al recordar c¨®mo sus padres, siempre que fuese posible, arrastraban a los hijos a estas expediciones. El ser testigo de hallazgos que sirvieron para demostrar que el hombre era mucho m¨¢s viejo de lo que se hab¨ªa cre¨ªdo prendieron en ¨¦l la pasi¨®n por la paleontolog¨ªa.
"Aprend¨ª con ellos no s¨®lo a buscar cr¨¢neos ", dijo tambi¨¦n entonces, en la ¨¦poca en que todav¨ªa so?aba con convertir Nairobi en el "Cabo Ca?averal de la investigaci¨®n del or¨ªgen del hombre". No ocultaba la poderosa influencia de su padre que, hijo de un misionero anglicano, se hab¨ªa criado en una misi¨®n lejos de Nairobi. "Creci¨® con ni?os kikuyu y fue aceptado como un iniciado de esta tribu; hablaba perfectamente las lengua kikuyu y suahili".
Tradici¨®n familiar
Richard es un gran defensor de la tesis de que el primer hombre era de el negra y naci¨® en el Este de ?frica. Ello le granje¨® numerosas simpat¨ªas en el Gobierno poscolonial keniano. Pero tambi¨¦n le vali¨® numerosos disgustos. "El decir que el primer hombre era negro me ha costado amenazas de muerte, gritos y lluvias de tomates y huevos podridos inclusos en mis conferencias en lugares lejanos de Sur¨¢frica como EE UU", dijo. "La gente cree que los paleont¨®logos viven ajenos al mundo pero no hay nada tan pol¨ªtico como las investigaciones sobre el or¨ªgen de la humanidad; los fan¨¢ticos cristianos y ratistas me acusaron de ser un sacr¨ªlego con el contenido del G¨¦nesis".
Su pasi¨®n por la naturaleza tambi¨¦n le viene de familia. Fue su padre quien anim¨® y convenci¨® a Jane Goodall y Diane Fossey -asesinada por los furtivos- a dedicarse a las investigaciones sobre chimpanc¨¦s y gorilas, respectivamente, que las hicieron mundialmente famosas.
Como ha dicho a menudo, su cruzada contra los cazadores furtivos era la ¨²nica forma de salvaguardar la principal fuente de recursos de este pa¨ªs que vive del turismo. Choc¨® con los intereses de los granjeros y de las maf¨ªas que controlan el tr¨¢fico de marfil, pieles y cuernos de rinoceronte.
Su esp¨ªritu batallador no decay¨® cuando, a ra¨ªz de un accidente en avioneta, Leakey qued¨® paral¨ªtico. Adem¨¢s de entregar a las llamas tesoros millonarios en marfil hallados en dep¨®sitos clandestinos, Leakey no pesta?e¨® al denunciar la implicaci¨®n del Gobierno en este siniestro tr¨¢fico. Fue la guerra. Una campa?a de desprestigio que lo acusaba de malversaci¨®n de fondos y racismo, lanzada desde el Gobierno, le llev¨® a presentar su dimisi¨®n el pasado enero.
Las presiones internacionales, especialmente del Banco Mundial, han obligado al presidente Arap Moi a ordenarle la reincorporaci¨®n, no sin antes reprochar al organismo que Leakey dirige, el Servicio para la Vida Salvaje, su mala relaci¨®n con los habitantes de las ¨¢reas protegidas. En unos momentos en que el Gobierno de Kenia se halla en el punto de mira de las grandes ayudas internacionales por las reticencias de su Gobierno a respetar los derechos humanos, ahondar en la democratizaci¨®n y hacer frente a la corrupci¨®n, la noticia de la vuelta de Leakey supone algo m¨¢s que un triunfo ecologista.
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