El arreglo del acueducto costar¨¢ 1.000 millones
Segovia acomete la restauraci¨®n del monumento a los 20 siglos de su construcci¨®n
Despu¨¦s de cerca de 2.000 a?os de historia, los investigadores no se atreven a fijar la fecha exacta de la construcci¨®n del acueducto de Segovia, una de las obras de ingenier¨ªacivil mejor conservadas del mundo, que ha sufrido una importante degradaci¨®n en los ¨²ltimos 50 a?os debido a la contaminaci¨®n, de la que ahora se le pretende salvar con un proyecto de restauraci¨®nde 1.000 millones de pesetas. Pero si la ¨¦poca es un enigma, tambi¨¦n lo es su ubicaci¨®n en la ciudad y si su promotor quiso un acueducto para conducir agua o dejar una obra espectacular de un imperio.
El paso del tiempo y el progreso simbolizado en el autom¨®vil y en la contaminaci¨®n han sido los mayores enemigos de este monumento, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco el 4 de diciembre de 1985. Los estudios m¨¢s recientes lo atribuyen al emperador Domiciano, hacia el a?o 90 despu¨¦s de Cristo, seg¨²n el profesor J¨¦za Alf?ldy, miembro de un equipo de expertos del Instituto Arqueol¨®gico Alem¨¢n, que en julio de 1992 realiz¨® un estudio fotogram¨¦trico de todo el bloque del acueducto donde hab¨ªa unas antiguas inscripciones.J¨¦za Alf?ldy sostiene que se pensaba que era una inscripci¨®n con la fecha de construcci¨®n, pero, todo lo contrario; a su juicio, se trataba de un ep¨ªgrafe colocado en una restauraci¨®n ordenada por el emperador Trajano, unos 100 a?os despu¨¦s de Cristo. Para este experto, Domiciano fue probablemente el constructor del acueducto hacia el a?o 90, y en el a?o 96, sus enemigos le asesinaron, mientras que en todo el mundo se prohibi¨® poner una inscripci¨®n con su nombre. Entonces, tras una peque?a obra de reconstrucci¨®n, que pudo ser la colocaci¨®n de una tuber¨ªa, el emperador Trajano mand¨® poner la inscripci¨®n a las autoridades segovianas a punto de aciabar el siglo I.
Esta teor¨ªa es la que cobra m¨¢s fuerza ante los investigadores frente a otros que atribuyen el acueducto a una etapa anterior, a los egipcios. El historiador segoviano Antonio Ruiz piensa que las secciones de los pilares y el tratamiento almohadillado de los sillares emparentan al acueducto con el Aqua Claudia y, por consiguiente, se le puede fechar a finales del siglo I, en tiempos de Nerva o durante el mandato de Trajano.
Este enigm¨¢tico acueducto, que tambi¨¦n cuenta con una leyenda popular que fija al diablo como constructor, con el fin de conseguir el alma de una bella aguadora castellana, sobrina, de un can¨®nigo catedralicio, tambi¨¦n ha marcado los avances tecnol¨®gicos desde su construcci¨®n hasta la rehabilitaci¨®n, casi 20 siglos despu¨¦s. Desde el empleo de la tenaza, en el siglo I, para subir las piedras, algunas de m¨¢s de dos toneladas de peso, una pr¨¢ctica entonces moderna; al uso, ahora, de avanzados sistemas para medir la velocidad de transmisi¨®n de ultrasonidos a trav¨¦s del material en todos los sillares, un procedimiento no lesivo para conocer el estado del granito, o el rayo l¨¢ser para detectar las oscilaciones.
Los romanos dieron buen ejemplo de sus avances, incluso de t¨¦cnicas que se emplean ahora, como la de extracci¨®n de piedras de la cantera. A juicio del ingeniero Aurelio Ram¨ªrez, en la superficie de una masa de granito, los canteros romanos hac¨ªan con punteros unas peque?as hendiduras alineadas, introduc¨ªan en ellas cu?as de madera que mojaban, y, al poco tiempo, se produc¨ªa un corte limpio plano por el hinchamiento de la madera. Luego, los constructores fueron replanteando la obra sobre la marcha hasta colocar 20.400 sillares distribuidos en 120 pilares y 166 arcos, de los cuales 43 corresponden al piso inferior y 123 al superior. Para elevar los sillares, a juicio de Ram¨ªrez , es seguro que se utilizaron unas tenazas met¨¢licas aplicadas a unos agujeros practicados previamente en dos caras opuestas del sillar y que todav¨ªa se conservan visibles.
Ahora, la intervenci¨®n que se va a hacer en el acueducto despu¨¦s de diversos estudios para analizar sus patolog¨ªas, iniciados en el verano de 1992, se centrar¨¢ en la limpieza, la extracci¨®n del material org¨¢nico de las juntas de los sillares, el sellado de fisuras y el microcosido de las grietas, seg¨²n el arquitecto director del proyecto de rehabilitaci¨®n, que promueve la Junta de Castilla y Le¨®n, Francisco Jurado, quien opina que hay que hacer estudios exhaustivos para intervenir lo menos posible en el monumento y, sobre todo, con operaciones que puedan ser reversibles.
Las primeras obras, iniciadas en diciembre del a?o pasado, en las pilas 67, 68 y 69, en una zona con una sola fila de arcos, junto a la plaza de D¨ªa Sanz, han servido para estudiar procedimientos de aplicaci¨®n de productos y ver las dificultades que hay de acceder al interior de las pilas, entre las piedras. Seg¨²n Francisco Jurado, se eligieron ¨¦stas porque no estaban en la zona m¨¢s monumental, y adem¨¢s ten¨ªan un muestrario de todas las patolog¨ªas descubiertas: piedras partidas o meteorizadas, fisuras y deterioros en parte de la canal.
En esa zona, los t¨¦cnicos han recogido por metro cuadrado de frente del acueducto alrededor de kilo y medio de material org¨¢nico, como excrementos de p¨¢jaros, que cuando se mojan producen una gran acidez y atacan los sillares por el interior, produciendo la degradaci¨®n entre piedra y piedra. En las zonas m¨¢s abiertas se han introducido barras de madera para soltar ese material, procedimiento que se ir¨¢ utilizando en el resto del monumento.
En los pr¨®ximos 15 d¨ªas, los t¨¦cnicos van a comenzar a intervenir en los cuatro arcos centrales, los ubicados bajo el sotabanco, envueltos entre andamios desde julio de 1992, de donde parti¨® la alarma sobre el estado del acueducto, aunque nunca ha habido peligro de hundimiento real, a juicio de Jurado, pero se han descubierto sillares que nadie pod¨ªa imaginar que estaban sueltos.
Ministros en el fuego
La diferencia de color pol¨ªtico entre el Gobierno central, sustentado por el PSOE, y la Administraci¨®n auton¨®mica, en manos del PP, no ha sido ajena a las obras de restauraci¨®n del Acueducto. No obstante, esta pol¨¦mica, donde se han podido atisbar ciertos enfrentamientos entre Castilla y Le¨®n y Catalu?a por presuntos tratos de favor de los socialistas hacia esa comunidad aut¨®noma, "ha servido para que se colocaran las cosas en su sitio", seg¨²n el presidente de los castellano-leoneses, el popular Juan Jos¨¦ Lucas.El mi¨¦rcoles pasado, el director general de Patrimonio de la Junta de Castilla y Le¨®n, Carlos de la Casa, inici¨® contactos con el director general de Bellas Artes, Jos¨¦ Guirao, para determinar la participaci¨®n econ¨®mica del Ministerio de Cultura.
De la Casa, que ha percibido "voluntad pol¨ªtica" de colaboraci¨®n por parte de este ministerio, quisiera que la participaci¨®n estatal llegara al 50% del coste total de los 1.000 millones de pesetas, de los que el Ejecutivo regional habr¨¢ gastado alrededor de 300 millones, desde que se dio la voz de alarma hasta finalizar 1994.
Juan Jos¨¦ Lucas ha afirmado que no le pareci¨® justo que no acudiera nadie al Acueducto de Segovia cuando se cre¨® la alarma, "y s¨ª fue excesivo que se produjera un campeonato de ministros en Barcelona, cuando todav¨ªa estaban calientes las brasas del Liceo", matiz¨®.
"No se trata de que no se arregle el Liceo", a?adi¨®, "que le den lo que le tengan que dar, pero s¨ª me parece que no era justa la valoraci¨®n pol¨ªtica de consideraci¨®n hacia los ciudadanos de una y otra capital. No es cierto que Castilla y Le¨®n sea anticatalanista. Nosotros apelamos exclusivamente a la consideraci¨®n, al talento de los pol¨ªticos para acercarse a los lugares donde hacen falta".
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