Reales caballerizas
Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar fue recibido por el Rey de Marruecos en un palacete id¨ªlico, de ladrillo y teja, en Bouznika, a media hora de carretera de Rabat en direcci¨®n a Casablanca. La residencia est¨¢ rodeada de largu¨ªsimas caballerizas y gran n¨²mero de corrales. Cada caballo tiene su ¨¢rbol geneal¨®gico hasta la cuarta generaci¨®n en la entrada de su estancia.En clamoroso contraste con la situaci¨®n de los s¨²bditos, las instalaciones equinas est¨¢n mantenidas con la limpieza y la asepsia de un hospital.
La audiencia se celebr¨® en un gabinete decorado en azul. El monarca ocupaba un sill¨®n de cuero color crema y el presidente del PP, una silla de brazos. El rey tom¨® un caf¨¦ su hu¨¦sped una limonada picante, mientras el ministro de Asuntos Exteriores, Abdelatif Filali, esperaba fuera, bajo una sombrilla, y Ana Botella y el resto de la delegaci¨®n del PP en una estancia aparte.
Aznar pregunt¨® a Hassan II si utiliza este palacio con frecuencia. "Como est¨¢ cerca de Rabat, vengo aqu¨ª con frecuencia a descansar", contest¨® el rey. "Y a trabajar", se apresur¨® a a?adir.
Terminada la audiencia, Hassan II y Aznar salieron al patio, rodeado de soldados de caballer¨ªa, sirvientes y funcionarios. El rey salud¨® a la esposa de Aznar y a sus acompa?antes, envi¨® recuerdos a Manuel Fraga, a quien invit¨® visitar Marruecos a trav¨¦s de su sobrino, Jos¨¦ Mar¨ªa Robles, coordinador del ¨¢rea internacional de la ejecutiva del PP, y pos¨® unos instantes para las c¨¢maras.
Despu¨¦s, el pr¨ªncipe heredero pas¨® por el hotel donde se alojan Aznar y sus compa?antes para recogerle y acompa?arle hasta el Estado Mayor, donde mantuvieron una entrevista.
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