Corcuera ten¨ªa raz¨®n

En la rueda de prensa inmediatamente posterior a que se tuviera conocimiento de la sentencia del Tribunal Constitucional por la que se anulaban determinados art¨ªculos de la Ley de Seguridad Ciudadana, Jos¨¦ Luis Corcuera aconsej¨® al se?or Trillo que volviera a frecuentar las aulas de la Facultad de Derecho, a fin de completar su formaci¨®n jur¨ªdica.El consejo del se?or Concuera fue interpretado por el propio destinatario del mismo, as¨ª como por los medios de comunicaci¨®n, como una manifestaci¨®n a mitad de camino entre la soberbia y el despecho del ministro socialista.

El curso de los acontecimientos, sin embargo, ha venido a poner de manifiesto en muy poco tiempo que el se?or Corcuera no se equivocaba. El espect¨¢culo que ha brindado el se?or Trillo a todo el pa¨ªs con el esc¨¢ndalo de la votaci¨®n en el Congreso de los Diputados sobre las enmiendas de la reforma laboral, no ha podido ser m¨¢s lamentable. Jur¨ªdicamente lamentable, prescindiendo por completo de su calificaci¨®n desde un punto de vista pol¨ªticoPues, haciendo un gran esfuerzo de generosidad, se puede llegar a entender, aunque no a justificar, que en el pleno del Congreso, en caliente, y ante la sospecha de que se pod¨ªa haber alterado el sentido de la manifestaci¨®n de voluntad de la C¨¢mara de manera fraudulenta, se reaccionara de una forma un poco viva y se formularan solicitudes jur¨ªdicamente descabelladas, como las que pretend¨ªan la anulaci¨®n de un determinado n¨²mero de votos sin m¨¢s prueba que la ocular de determinados diputados, que despu¨¦s se ha visto el grado de fiabilidad que ten¨ªan.

Pero lo que ya resulta esperp¨¦ntico es que, en fr¨ªo y tras las comprobaciones efectuadas por los secretarios del Congreso y ante una decisi¨®n de la Mesa, qu¨¦ no es m¨¢s que la aplicaci¨®n estricta de criterios contenidos en la Ley Org¨¢nica de R¨¦gimen Electoral General, reiteradamente interpretados de manera un¨¢nime e inequ¨ªvoca por el Tribunal Constitucional, el se?or Trillo haya procedido de la forma en que lo ha hecho.

Cuando los secretarios del Congreso comprobaron de manera indiscutible que la irregularidad producida en la votaci¨®n no hab¨ªa alterado el sentido de la manifestaci¨®n de voluntad de la C¨¢mara, la Mesa no pod¨ªa tomar otra decisi¨®n que la que adopt¨®, esto es, anular el voto incorrectamente emitido y respetar el contenido de la votaci¨®n del Congreso. El principio de conservaci¨®n de los actos as¨ª lo exige. Jur¨ªdicamente, no se pod¨ªa hacer otra cosa. Y, por tanto, pol¨ªticamente tampoco. La explicaci¨®n dada por el presidente del Congreso en rueda de prensa es jur¨ªdicamente intachable.

Y, sin embargo, el vicepresidente del Congreso por el PP no s¨®lo perdi¨® los estribos, insultando al presidente y a la Mesa del Congreso en unos t¨¦rminos incalificables, sino que, adem¨¢s, se permiti¨® poner en duda el car¨¢cter jur¨ªdico de la decisi¨®n de la Mesa, llegando a anunciar la interposici¨®n de un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional.

Parece que a esto ¨²ltimo ha renunciado. Me imagino que alguien le habr¨¢ indicado que para hacer el rid¨ªculo siempre hay tiempo y que ya lo ha hecho bastante. Es una l¨¢stima, porque la sentencia del Tribunal Constitucional no iba a tener desperdicio.

En todo caso, y teniendo en cuenta que el se?or Trillo parece destinado a ocupar puestos de mucha responsabilidad en la direcci¨®n del pa¨ªs y muy probablemente en ¨¢reas jur¨ªdicas, creo que no le vendr¨ªa mal que atendiera el consejo que le dio en su d¨ªa el se?or Corcuera. Su formaci¨®n jur¨ªdica, a la vista de su comportamiento de estos ¨²ltimos d¨ªas, es muy manifiestamente mejorable.