Pat¨¦ de 'foie'
El sufrimiento controlado de 'El juego de la oca' atrapa cada semana a cuatro millones de espectadores
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Tiene algo de circo, algo de cine, algo de concurso televisivo. Est¨¢ hecho por profesionales que saben la fuerza de las im¨¢genes y tienen muy claro qu¨¦ es el espect¨¢culo. Entre las 22.00 y la 1.00 copa la noche del s¨¢bado en la programaci¨®n de Antena 3. Es El juego de la oca, un concurso que todas las semanas mueve a unas 300 personas (p¨²blico, t¨¦cnicos de todo tipo, expertos en efectos especiales ... ), ocho c¨¢maras, tres presentadores (Emilio Arag¨®n, Lydia Bosch y Patricia P¨¦rez) y cuatro concursantes.El circo viene por los animales -aparecen bichos para todos los gustos, desde las serpientes habituales, hasta leones o elefantes-, por la afici¨®n a las pruebas con fuego y a los cuchillos. Tambi¨¦n es cine porque el espect¨¢culo est¨¢ mucho m¨¢s en la pantalla que en los bastidores, o sea, que el equipo de efectos especiales, dirigido por Reyes Abades (un experto con dos goyas en su haber y pel¨ªculas como Remando al viento), sabe simular el peligro sin que los concursantes se jueguen la piel. "No sabes nunca c¨®mo va a reaccionar el concursante ante una prueba. La verdad es que yo prefiero el cine, porque trabajas con especialistas, con gente que sabe lo que tiene que hacer", asegura Abades. Emilio Arag¨®n cree tambi¨¦n que el desconcierto es un problema "Las pruebas est¨¢n probadas. Lo que nunca vas a saber es si el concursante se va a agobiar".
Lo de concurso viene porque, efectivamente, es un concurso que juega con todos estos elementos, y con el toque hortera que tienen muchos espect¨¢culos televisivos (m¨²sicas pegadizas, chicas cortas de ropa, chicos marcando cachas). Cuatro concursantes, dos chicos y dos chicas, tienen que superar unas cuantas pruebas para llevarse una pasta (todos) y, el primero en llegar, hacer una reoca (superar una prueba en el mundo exterior, que normalmente consiste en movilizar a grandes masas), y si triunfa, llevarse un cochazo.
Corte de pelo
Los corresponsales que cubr¨ªan la guerra de Vietnam firmaban un papel en el que no responsabilizaban el Ej¨¦rcito estadounidense de lo que les pasase. En El juego de la oca tambi¨¦n tienen que echar una firmita, pero es menos radical: lo peor a lo que se comprometen es a dejarse cortar el pelo. Cada uno de ellos est¨¢ acompa?ado por un monitor, un consejero espiritual para los momentos de tensi¨®n.En uno de los programas emitido recientemente, las chicas eran Mar¨ªa de la G¨¢ndara, estudiante, y Conchita Bastida, estudiante. Los chicos eran Nacho Susaeta, agente de seguros, y Tom¨¢s Alvarado, estudiante del INEF, que fue el que se llev¨® el gato al agua, aunque sali¨® esquilado: le raparon. Tom¨¢s ha tenido que superar la reoca en Los ?ngeles, durante la entrega de los oscars. Les llamaron el martes y el viernes tuvieron que soportar, con estoicismo, una grabaci¨®n de m¨¢s de 12 horas. La selecci¨®n es sencilla: tienen que responder si saben nadar, si les da mucho asco alg¨²n animal, si son claustrofobicos o si est¨¢n en buena forma f¨ªsica.
Todos ellos aseguraron que el motivo por el que quer¨ªan concursar era m¨¢s l¨²dico que monetario. "Venimos a echarnos unas risas, para conocer gente y divertirnos un rato", dijo Nacho durante una de las interminables pausas entre prueba y prueba. "Vienen a divertirse con una predisposici¨®n muy abierta" afirma Lydia Bosch. Aunque a nadie le amarga un dulce: el viernes volvieron a casa con premios que iban desde las 830.000 pesetas hasta las 260.000.
Aunque estaban un poco m¨¢s sueltos que Anna Paquin, la ni?a que se qued¨® muda al recoger su Oscar a la mejor actriz de reparto, se les notaba nerviosos. "Estoy atacad¨ªsima", aseguraba Conchita mientras esperaba su primera prueba. Ellos no saben qu¨¦ prueba les va a tocar a cada uno, aunque los monitores se las han explicado de forma general. Todas han sido ensayadas con anterioridad, para ver si se pueden hacer, en qu¨¦ tiempo y con que dificultades. El equipo de guionistas las negocia con los t¨¦cnicos en efectos especiales. Ellos s¨ª saben qu¨¦ va a tener que hacer cada concursante. Es un problema t¨¦cnico: se tarda mucho en montar cada prueba.
Fuego, agua y animales
Los guionistas y los t¨¦cnicos en efectos especiales juegan con muchos elementos primarios: fuego, el agua, los animales... Tambi¨¦n est¨¢n los modelos parque de atracciones: looping y cosas por el estilo. Siempre caen un par de pruebas de memoria: adem¨¢s del cuerpo hay que cultivar el intelecto.La parafernalia es imprescindible: los concursantes son embutidos constantemente en trajes a cada cual m¨¢s complicado. El riesgo siempre est¨¢ controlado: un concursante, Tom¨¢s, ten¨ªa que sacar cosas del agua antes de que un cable el¨¦ctrico cayese en la piscina y se produjese el gran cortocircuito con peligro de fre¨ªr al invitado a la plancha.
El encargado de los bichos es Juan Luis Malpartida, que tambi¨¦n trabaja para el cine. Menos un tiranosaurio, es capaz de traer cualquier ser vivo al plat¨®: leones, tigres, hienas, elefantes, serpientes, adem¨¢s de las ocas que se pasean por todas partes cada programa. El equilibrio entre la seguridad y la espectacularidad es constante. El truco est¨¢ en jugar con fuego sin quemarse, hacer un triple mortal con red sin que se vea la red. Por ahora, con un 32,7 de cuota de pantalla y unos cuatro millones de espectadores, parece que cuela.
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