Los 'reality' pasan examen

Fernando Manzano, estudiante de tercero de Qu¨ªmicas, que ten¨ªa que atacar a los reality shows, un poco nervioso, solt¨®: "Casi no he podido dormir preparando este debate; he pasado dos semanas obsesionado con la idea de tener que intervenir en p¨²blico; he estado a punto de padecer una crisis nerviosa, y ahora comprendo a la gente que quiere salir en este tipo de programas porque a m¨ª tambi¨¦n me apetece contar mi historia para disculpar mi nerviosismo". Al momento, aclar¨® una cosa: "Claro que lo que no soporto es ese tipo de periodista que est¨¢ continuamente pinchando en busca de lo m¨¢s morboso".Los ocho estudiantes del debate, cuatro a favor y cuatro en contra, celebrado en el sal¨®n de actos de la Facultad de Periodismo de la Universidad Complutense ante 300 alumnos, se hab¨ªan preparado concienzudamente: estad¨ªsticas, citas... (como aquella famosa de Groucho Marx que un d¨ªa dijo que la televisi¨®n le parec¨ªa educativa porque cada vez que la encend¨ªa se pon¨ªa a leer un libro).

Casi no hubo interrupciones, y una campanilla marcaba el final de cada intervenci¨®n, respetada escrupulosamente casi en todo momento.

Esto no impidi¨® las iron¨ªas: "No hay que ser hip¨®critas: Elena Francis ha existido toda la vida; ahora se llama Isabel Gemio", dec¨ªa Alberto Sanju¨¢n, de quinto de Periodismo; y la campanilla tampoco evit¨® que algunas veces, las intervenciones se convirtieran en di¨¢logos: "Cuando dos ni?os se perdieron en el bosque porque quer¨ªan salir en la tele, ?eso qu¨¦ es?", dec¨ªa un antireality. "Hombre, la culpa no es de quien hace el programa. Los ni?os siempre tienen ganas de aventura. Adem¨¢s, todo falla en esta vida. Nadie ni nada es perfecto", contestaba un partidario. "Mira, la gente ahora se mata por salir en televisi¨®n para saludar a su abuela. Y resp¨®ndeme despu¨¦s de la publicidad", replic¨®, entre las risas de los asistentes.

Los que defend¨ªan los reality shows apelaron a la funci¨®n social de estos programas ("si me pierdo, que mis padres llamen a Lobat¨®n, que me encuentra"), a la libertad de expresi¨®n y a la de los telespectadores para elegir, adem¨¢s del consentimiento de las propias personas que quieren salir. El bando contrario argument¨® que este tipo de programas deshumaniza, que la audiencia no es el ¨²nico baremo por el que ha de medirse una emisi¨®n y que deber¨ªan existir unos l¨ªmites. "?Hasta qu¨¦ punto tiene derecho Nieves Herrero a desnudar ps¨ªquicamente a sus entrevistados?", se preguntaba Guillermo A. S¨¢nchez, de tercero de Sociolog¨ªa.

La votaci¨®n

Una vez terminado el debate, que dur¨® una hora y media, la votaci¨®n. Tanto los asistentes como un jurado especial, integrado, entre otros, por Jos¨¦ Mar¨ªa Carrascal, coincidieron: quien mejor hab¨ªa defendido su postura hab¨ªa sido el equipo de los contrarios a los reality shows. Minutos antes, Sara Conde Dodero, de segundo de Sociolog¨ªa, hab¨ªa terminado as¨ª su intervenci¨®n, que fue la ¨²ltima: "No maquinemos la verdad; tengamos valor y coraje para defender nuestra intimidad y la de todos. Porque si no, ?qui¨¦n sabe d¨®nde podemos llegar? Creo que debemos ya concertar una verdadera cita con la vida".