Un genial cerebro errante
La ¨²ltima voluntad de Albert Einstein, ser incinerado sin dejar ninguna huella tras de s¨ª, ning¨²n mausoleo con su nombre, ning¨²n vaso "sagrado" con sus restos, fue traicionada en 1955 por uno de los m¨¦dicos de la Universidad de Princenton (Estados Unidos), donde Einstein falleci¨®. Un h¨¢bil neur¨®logo extrajo su cerebro en la sala de autopsias para someterlo a un an¨¢lisis exhaustivo. Sin embargo, el an¨¢lisis no lleg¨® a realizarse nunca, y el neur¨®logo desapareci¨® llev¨¢ndose tan preciada materia gris. As¨ª es que, lejos de reposar en un mausoleo, los restos del creador de la teor¨ªa de la relatividad quedaron alojados para siempre en varias jarras de cristal provistas de formol para prevenir su desintegraci¨®n. Con tan extra?o bagaje, un norteamericano de a pie se ha paseado por su pa¨ªs los ¨²ltimos 40 a?os sin que nadie le preguntara nunca qu¨¦ diablos guardaba en su caja de cart¨®n.La historia est¨¢ llena de inc¨®gnitas, pero el hallazgo del m¨¦dico fugitivo, gracias a las pesquisas de un equipo del programa Arena, de la emisora de televisi¨®n brit¨¢nica BBC-2, ha abierto nuevas v¨ªas para la aclaraci¨®n de los hechos. La BBC-2 ha grabado un peque?o filme sobre la extra?a peripecia de Thomas Harvey, que ser¨¢ presentado el Viernes Santo a los telespectadores brit¨¢nicos. En la grabaci¨®n, el ex neur¨®logo, hoy octogenario, realiza una demostraci¨®n ante las c¨¢maras de su disposici¨®n para la truculencia, cortando un pedacito de la materia gris presuntamente de Einstein, que ha conservado a su lado durante todo este tiempo. Tal nivel de lealtad a un cerebro, aunque sea el de Einstein, resulta francamente asombrosa.
La b¨²squeda de Harvey no ha sido tarea sencilla. Un equipo especial del programa recorri¨® durante dos meses EE UU siguiendo la err¨¢tica pista. Cuando Kevin Hull, de la BBC, y el profesor japon¨¦s Kenju Sugimoto lo encontraron, Harvey estaba a punto de abandonar su modesto domicilio de Lawrence (Kansas), rumbo a un desconocido destino, atormentado como siempre por su necesidad de huir. En una esquina del apartamento descansaba una caja de cart¨®n en cuyo interior estaban las vasijas con el cerebro del genio. "Thomas Harvey llevaba casi cuarenta a?os huyendo de la gente. La posesi¨®n del cerebro del m¨¢s grande cient¨ªfico del siglo XX trastorn¨® su vida", explica un portavoz de Arena, "le hizo huir de Princenton abandonando su carrera, aceptar trabajos insignificantes y separarse de su mujer". Su ¨²ltimo empleo fue en una f¨¢brica de pl¨¢sticos. El equipo de la BBC asegura que Harvey hab¨ªa dejado a lo largo de los a?os un reguero de fragmentos del cerebro como regalo para sus conocidos, extremo no confirmado por Harvey, quien se neg¨® a colaborar al principio con los reporteros de la BBC. Pero su tenacidad pudo con ¨¦l. Tras recibir la tercera visita de Hull se avino a abrir la preciada caja de trofeos.
Muchos encontrar¨¢n algo fant¨¢stica la historia, pero existen, seg¨²n el portavoz de la BBC, pruebas bastante concluyentes a favor de la veracidad de los hechos. Por ejemplo, otro miembro del equipo de neur¨®logos de la Universidad de Princenton, que corrobor¨® en parte la historia de Harvey, asegur¨® que a la cabeza de Einstein se le extrajeron el cerebro y los ojos para analizarlos. El equipo que ha realizado el programa conf¨ªa m¨¢s en el resultado de las pruebas gen¨¦ticas que se le van a practicar a la nieta del investigador, Evelyn Einstein, y que pueden ser comparadas con los datos que aporte el cerebro errante
Einstein, que public¨® la teor¨ªa de la relatividad a los 26 a?os, no fue capaz de imaginar, sin embargo, hasta d¨®nde puede llegar la insensatez humana en general, y la de los investigadores en particular.
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