Los arrendamientos de Robin de los bosques
La regulaci¨®n actual de los arrendamientos urbanos ser¨ªa la cumbre de lo rid¨ªculo si no fuese tan discriminatoria entre los individuos y tan da?ina para las ciudades. La pr¨®xima semana, terminada la presentaci¨®n de enmiendas, comienza a discutirse en la correspondiente Comisi¨®n del Congreso de los Diputados el proyecto de ley de nueva regulaci¨®n de esos contratos. No es ideal; seguramente los diputados la empeorar¨¢n, pero se necesita algo que inicie el deshielo.El control de los alquileres de viviendas y locales de negocio no es sino una m¨¢s de las medidas de redistribuci¨®n abusiva que tanto abundan en las democracias mayoritarias modernas. Se congelan los alquileres y se imponen pr¨®rrogas forzosas para robar a los propietarios y repartir a los inquilinos. Robin Hood es un personaje simp¨¢tico, pero con su bien intencionadas fechor¨ªas al final no sabe ni a qui¨¦n quita ni a qui¨¦n da, y termina con todo Nottingham instalado en el bosque de Sherwood.
Hablemos del alquiler de viviendas. El 20% tiene contratos seg¨²n el decreto Boyer de 1985. Sobre ¨¦l han reca¨ªdo todas las cr¨ªticas, en realidad merecidas, por las medidas de control o congelaci¨®n subsistentes. Gracias a este decreto se detuvo la continua reducci¨®n de viviendas arrendadas en Espa?a. Me pregunto c¨®mo quieren que haya movilidad geogr¨¢fica de trabajadores si se les ha subvencionado para que compren su casa en Canarias o en Asturias y tienen que irse a una pensi¨®n cara y mala en Valencia o en Barcelona. Tambi¨¦n me pregunto c¨®mo quer¨ªa el legislador que se firmaran contratos largos en ese r¨¦gimen si no hab¨ªa confianza de que se mantuviera. ?Ay, los misterios de las expectativas!
Otro 30% est¨¢ sometido al r¨¦gimen de la ley refundida de 1964. Aqu¨ª la norma general era revisar el alquiler anualmente seg¨²n el ¨ªndice de precios al consumo. Es un prejuicio difundido el pensar que lo deseable es que los alquileres se mantengan constantes en t¨¦rminos reales. Pero eso no tiene en cuenta la mejora o empeoramiento en la consideraci¨®n social de las vecindades. Adem¨¢s, bajo este texto legal, cab¨ªan las pr¨®rrogas hasta la tercera generaci¨®n.El 50% restante paga "rentas antiguas" y goza tambi¨¦n de pr¨®rrogas casi b¨ªblicas. El propietario no puede repercutir m¨¢s que una fracci¨®n de las obras de conservaci¨®n que se le imponen. Me dicen que en la calle Jener de Madrid, una se?ora marquesa propietaria de nueve pisos en una vieja casa burguesa ha asumido las labores de portera para completar sus ingresos.
Los abusivos alquileres de los locales de negocio se recogen en numerosas an¨¦cdotas. Contar¨¦ una que de paso indica lo elegantes que son mis amigos. Me encanta que me conviden a comer en Horcher, pero se me agua un poco la fiesta cuando me dicen que el alquiler de ese restaurante y la vivienda anexa cuesta al mes lo que un almuerzo de seis personas. ?Ser¨¢ verdad? Quien quiera abrir un negocio nuevo en un barrio lleno de tiendas de renta antigua empieza con un h¨¢ndicap casi insuperable, si no fuera porque muchos de los beneficiados por el favor legal se duermen en los laureles.
El proyecto de ley presentado por el Gobierno no extiende el decreto Boyer a todos los contratos como deber¨ªa, sino que establece un r¨¦gimen intermedio sin pr¨®rrogas forzosas y con lenta adaptaci¨®n de los alquileres antiguos a las condiciones de mercado. Pero las nuevas condiciones son suficientemente m¨¢s liberales para que vuelvan a lanzarse al negocio del arriendo las grandes inmobiliarias, y para que tengan ¨¦xito los fondos de inversi¨®n inmobiliarios.
Hoy me paseaba yo por la parte vieja de Valencia en busca de la reuni¨®n de la Sociedad Europea de la Elecci¨®n P¨²blica, dedicada al estudio del raro y abusivo fen¨®meno de la redistribuci¨®n pol¨ªtica de la riqueza (incluida la inmobiliaria). ?Cu¨¢nto abandono, qu¨¦ destrucci¨®n, tama?a cochambre, en barrio tan pintoresco!, ?Quieren saber por qu¨¦? Las casas son de renta antigua y a los propietarios no les llega para el mantenimiento. Todo el barrio se ha ido a vivir al bloque de las afueras.
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