El Sevilla tambi¨¦n pesca en El Molin¨®n
Para un aspirante a la UEFA hubiese sido imperdonable no aprovecharse de un equipo tan d¨¦bil como el Sporting de ayer. El Sevilla lo hizo, exponiendo lo justo, sin exhibir demasiadas cualidades, pero con cierta comodidad. Control¨® el centro del campo primero, aprovech¨® un rebote para marcar y se pas¨® todo el segundo tiempo esperando poner la puntilla que no lleg¨® por la inocencia de sus delanteros. Mientras, el Sporting se pas¨® el partido en fuera de juego, en todos los sentidos.Garc¨ªa Rem¨®n agradeci¨® a los j¨®venes del filial los servicios prestados en el Bernab¨¦u y los devolvi¨® a la Segunda B, donde el equipo gijon¨¦s tambi¨¦n las est¨¢ pasando canutas. En Madrid pudo comprobar que hay futuro, pero crey¨® asegurar el presente con una alineaci¨®n de corte m¨¢s cl¨¢sico, parecida a la que asombr¨® en la primera vuelta y a la que da pena en la segunda. Pero faltaba Juanele, que casi hab¨ªa salido a hombros en el partido del S¨¢nchez Piju¨¢n, cuando catapult¨® al Sporting a su ¨²ltima victoria fuera de casa, de eso hace m¨¢s de cuatro meses.
Con Juanele en el banquillo, la defensa del Sevilla vivi¨®. un primer tiempo tranquilo. Control¨® sin demasiados problemas a Cela, un jugador con calidad pero sin pegada, y Stanic, con mucho cuerpo y poca cabeza. Pero el problema del Sporting, una vez m¨¢s, ven¨ªa de atr¨¢s, de un centro del campo sin entidad para llevar el peso del partido. Ante equipos que esperan, como el de Luis Aragon¨¦s, el Sporting es hombre al agua.
Pero la pesadilla del Sporting ayer fue un juez de l¨ªnea que cort¨® casi todos sus intentos. Al unirse la escasa producci¨®n ofensiva a ese problema reglamentario, las opciones gijonesas quedaron reducidas al m¨ªnimo. Hasta tal punto lleg¨® la psicosis que en el minuto 35, cuando el linier dio por buena una posici¨®n muy adelantada de Sabou, el sportinguista pareci¨® no recuperarse de la sorpresa y entreg¨® el bal¨®n mansamente a Unz¨²e.
El gol de Prieto nubl¨® a¨²n m¨¢s la mente de los gijoneses y del propio Garc¨ªa Rem¨®n, que se decidi¨® en la caseta por la soluci¨®n contraria a la que necesitaba su equipo. Cuando el centro del campo buscaba aire, o ayuda, lo dej¨® a¨²n m¨¢s desnudo. Juanele no pudo resolver nada porque fue junto a sus otros dos compa?eros, un n¨¢ufrago. Al Sevilla le bast¨® un f¨²tbol control para asegurar los dos puntos, aunque pudo hacerlo de forma m¨¢s rotunda en sus contragolpes.
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